Una avería en la catenaria a la altura de Toledo afectó el martes a medio centenar de trenes de alta velocidad entre Andalucía y Madrid; más de diez con Málaga y alrededor de veinte con Sevilla. Granada fue de las provincias menos perjudicadas. Ventajas de ... estar entre las que tiene peores frecuencias. Para Semana Santa se recuperarán las cuatro anteriores a la pandemia con Sevilla; casi tres años y 500 ultimátums después.
No es Granada la tierra de la malafollá ni del chavico; sino de las advertencias de fogueo y el hartazgo indolente. En uno de los trenes que iban el miércoles para Madrid –caminito de Fitur– tuvieron que esperar algunos empresarios alrededor de media hora para dejar paso a otra máquina en sentido contrario. Un ceda el paso. Los empresarios que el 22 de febrero de 2022 –queda un mes para cumplirse el año– protagonizaron en el Ave María un multitudinario plante histórico contra el déficit de conexiones que lastra el desarrollo de esta tierra; aún sin el avión de primera hora de la mañana a Madrid, con unos trenes que se agotan por anticipado los fines de semana y que –sin necesidad de avería– también hacen en algunos casos su paradita en Antequera o en Córdoba.
El pasado 13 de enero la Cámara de Comercio envió un correo a varias empresas para comunicarles que, tras el hartazgo de este agravio histórico, ha encargado junto a la Confederación y la Universidad un informe para calibrar las pérdidas que suponen el déficit de conexiones. Tras el ultimátum viene el estudio.
El tren de esta semana llegó a Fitur con retraso. Esa Feria Internacional de Turismo donde los alcaldes de la Costa han ido a vender las bondades de un litoral al tiempo que un mínimo temporal se llevaba otra vez por delante las playas ante la falta de unos espigones que empezaron a reclamarse en 1987. De los seis anunciados, la mitad siguen en fase de tramitación ambienta, y los otros tres, en supervisión técnica. Es habitual que se admita como respuesta el silencio. El Gobierno sigue sin dar plazos ni explica por qué tanta tardanza en la tramitación de unos proyectos que en 2017 ya se presentaban como inminentes. Pero la indignación efervescente de Granada siempre se muere en la orilla.
El mismo silencio que existe sobre el estudio para la integración del tren en la capital, que tendría que haber estado entregado en septiembre de 2020. El lunes se reúnen todos los grupos municipales para meter presión al Gobierno.
Otro ultimátum, otra indignación transitoria. Y vuelta a hibernar en el lamento.
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