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Halla Heredia ha estado dos meses ingresada en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada por una operación de reducción de estómago mal realizada ... en Turquía. Fue dada de alta el pasado jueves, 4 de mayo. 67 días y 67 noches de angustia en los que no ha dejado de pensar que ojalá no hubiera cogido aquel avión. Ella nunca se había planteado pasar por quirófano, pero coincidió con un conocido captador granadino que se lo puso en bandeja. 3.000 euros con todo incluido. Sabía de varios casos de personas a las que le había ido bien, así que tomó la decisión rápido. Viajó a Estambul en febrero junto a un amigo que se iba a realizar un trasplante capilar.
Conforme llegó firmó unos papeles y entró a quirófano, sin pruebas previas. Cuando despertó, el cirujano le dijo que todo había salido muy bien y nunca más lo vio. A los dos días le dieron el alta. Unos papeles y un bote de vitaminas fue todo lo que le facilitaron. Halla se encontraba bien, hablaba, bebía agua, caminaba. Incluso le dio tiempo a visitar el Gran Bazar de Estambul antes de regresar. Hora y media antes de despegar, comenzó el calvario. «Durante el vuelo me encontraba fatal, no veía la hora de llegar», admite Halla, de 42 años.
El dolor era insoportable. Los conocidos que habían pasado por lo mismo le aseguraban que serían gases, pero aquello no era normal. Se fue directamente al Hospital Virgen de las Nieves y no recuerda nada más. Pasó 40 días en la Unidad de Cuidados Críticos Postquirúrgicos, del servicio de Anestesiología. Cuando despertó, su familia le explicó que había sufrido una infección generalizada que le llegaba «hasta la garganta». Durante todo ese tiempo le fueron abriendo drenajes para sacarle la pus y limpiarla. «La causa es que me dejaron un hueco abierto en el estómago que se infectó. Además, me han cortado más estómago de la cuenta», lamenta.
Halla-Paciente afectada
Después de pasar por la UCI ha estado ingresada en planta, donde ha necesitado que le administren oxígeno. Acaba de ser dada de alta. Lleva dos semanas comiendo comida triturada y agua y lo está tolerando bien. También ha perdido la fuerza y necesita ayuda para levantarse. «A mi familia le dijeron cuando ingresé que quizás no llegaba al día siguiente», explica la granadina, que denunciará a la clínica turca. La familia le contó lo ocurrido a los profesionales, pero lamentan que nadie se ha interesado por su estado de salud. «Si llego a saber lo que iba a pasar jamás hubiera ido. No recomiendo a nadie esta cirugía», concluye Halla, que solo desea completar su recuperación.
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