La granadina que viaja desde el Zaidín a Nepal en bici

Hace seis semanas salió de la puerta de su casa y pretende recorrer toda Asia, entrando por Turquía y pasando por Irán, Pakistán y la India. «Nunca habia utilizado mucho la bici; eso de cambiar las marchas no sabia ni cómo era pero en el camino fui aprendiendo». Falta le hace, dada la empresa que tiene 'entre pies'.

Esta peculiar odisea supone todo un reto para Elisabet. «Voy con tienda de campaña y saco, y me echo en cualquier lado. Hace unas noches dormí en la ermita de un cementerio... no se escuchaba ni un alma». ¿Se imaginan la situación? Pues tiene un gran anecdotario. Y eso que no ha hecho más que empezar.

«Me pasan cosas increibles. La gente que me conoce me regala fruta, pan, e incluso me abrieron un albergue cerrado solo para que pasara la noche bajo techo, y no me quisieron cobrar». La granadina da buena cuenta de lo que le pasa en su cuenta de Instagram y en el futuro pretende convertir sus fotos en postales para vender una historia de cada una de ellas.

Elisabet nos cuenta cómo ha ido cociendo esta bendita locura. «He tenido una evolución en el tema de viajes; empezando sola con todo planificado hasta llegar a no tener ni idea de lo que hacer. Incluso ha perdido un vuelo porque alguien me ofreció un plan mejor que volver«. De aquel entonces hasta ahora. «Llevo casi siete meses con este estilo de vida: dos viviendo en una caravana, tres recorriendo Marruecos y también haciendo autostop».

¿Qué pretende con este viaje en bici? «No sólo es una busqueda en mi interior sino que toda la gente que conozco se abren y me muestran sus verdaderas identidades. La vida es un autentico sueño, es muy bonita y llena de experiencias unicas. Tan solo tenemos que escuchar a nuestro corazon y seguir nuestros deseos».

Como muestra, estos ejemplos: «En cada rincón encuentro gente que me ayuda. Sin ir mas lejos, esta mañana salí de mi refugio de los arboles y la bici igual se me volaba... no podía subirme y tenía unos 20 kilómetros que recorrer hasta encontrar un hostel o algo donde ducharme. Luego una furgoneta se ha parado y el conductor se ha ofrecido llevarme a su destino. Era un hombre de Berlin y rápidamente me ha contado su historia. Ha sido muy bonito conocerlo».