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Antonio Arenas
Granada
Lunes, 17 de agosto 2020, 00:14
Joaquín Tomás Valderrama (Granada, 1984) se considera un «chico con suerte» pues ha tenido la «gran fortuna de tener una familia increíble y de toparme en mi camino con gente excepcional». Desde hace un lustro reside en Sídney (Australia) junto con su esposa, también granadina, Pilar Molina, y su gata 'Lola', trabajando como investigador en los National Acoustic Laboratories, un centro de investigación parcialmente financiado con arcas públicas que trata de mejorar la vida a personas con dificultades auditivas al tiempo que preside la Asociación de Investigadores Españoles en Australia y Pacífico (SRAP-IEAP.org) que aglutina a cerca de dos centenares de miembros con la que dan rienda suelta a su pasión por divulgar la ciencia.
De su infancia en Granada recuerda haber crecido con un padre, con dos madres (su madre y su tía), su abuelo, su tito y su perrillo 'Tim'. También el hecho de tener un padre profesor de Matemáticas, algo que sin duda le influyó en que le cogiera el gustillo a las ciencias. «Estudié en el colegio Maristas y en el instituto Padre Manjón, sitios donde tuve compañeros que siguen siendo mis grandes amigos. Todos ellos han forjado gran parte de mi carácter y de mi forma de ser», comenta antes de añadir que se decidió por estudiar un plan de dos carreras, ingeniería en Telecomunicaciones y licenciatura en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Europea de Madrid (UEM). De su etapa profesional destaca el año de Erasmus en Alemania donde comenzaría su trayectoria profesional como consultor de estrategia en una consultora de las conocidas como Big4.
Después vendría su doctorado en Granada «una de las decisiones más acertadas que he tomado en mi vida. Me ofrecieron la posibilidad de investigar en técnicas de procesado de señales sísmicas, o en procesado de señales relacionadas con la audición. Así comenzó mi carrera en investigación audiológica». Su tesis doctoral se centró en investigar una nueva forma de obtener señales del cerebro y del tronco cerebral asociadas a la audición. «En mi tesis, además desarrollé la electrónica de un sistema de registro de estas señales. Fue muy curioso ver cómo un equipo que normalmente vale varias decenas de miles de euros yo lo pude hacer por unos pocos cientos. Actualmente el equipo que diseñé lo están utilizando en instituciones que yo nunca habría imaginado, como 'U.S. Navy Marine Mammal Program' (San Diego, California) en investigación con delfines y 'Life and Health Sciences Research Institute' (Universidade do Minho, Portugal) en investigación con ratones», añade. Justo al acabar su tesis, un amigo que había conocido en una conferencia le comentó que había una plaza con su perfil en los National Acoustic Laboratories (NAL).
Joaquín Tomás manifiesta que «la experiencia de vivir en Australia es alucinante. Es muy distinto de lo que normalmente podamos conocer de Europa». De Sídney, destaca lo cerca que está la naturaleza de la ciudad y su clima suave. Como curiosidades cuenta que «es normal encontrarse a ejecutivos que llevan al trabajo una tabla de surf, y encontrarse a australianos andando descalzos, incluso por el campo». Así mismo, hace referencia a que existe« una auténtica religión en torno al café» y al hecho de que hay animales de todo tipo que pueden matar o herir gravemente a un ser humano (el blue-ring octopus, la araña red back. la serpiente marrón o el gran tiburón blanco).
Su experiencia en NAL la califica de «muy positiva» pues «ponen a tu disposición todos los recursos que necesitas si tienes ideas que aportan valor. Además, NAL es el departamento de investigación de Hearing Australia, el principal proveedor de servicios de audiología de Australia». Ahora Joaquín Tomás investiga el impacto de la exposición al ruido en la integridad del sistema auditivo. «Nuestros resultados indican que las personas con mayor exposición al ruido presentan menor actividad coclear, lo cual puede estar asociado con problemas de comunicación en entornos ruidosos como cafeterías o restaurantes», explica. Actividad que compagina con otras de voluntariado en la SRAP, de la que es su presidente y cuyo principal objetivo es difundir ciencia española de la máxima calidad y facilitar oportunidades de colaboración con el fin de enriquecer y estrechar lazos entre las sociedades española y australiana. Señala que «presidir esta asociación es un privilegio y una experiencia extremadamente enriquecedora, en la que estoy conociendo a gente excepcionalmente interesante, y en la que siento que aportamos un granito de arena para construir una sociedad mejor».
Pese a todo, el investigador granadino tiene claro que su corazón está en España, y más especialmente, en Granada. Considera que la experiencia que está adquiriendo en Australia puede ayudarle «a mejorar el entorno audiológico en España, la cual se encuentra un poco atrás en relación a otros países europeos. Por poner un ejemplo, aún no existe un grado en Audiología en España».
Sus padres, Joaquín y María Angustias, se sienten «muy orgullosos» de la trayectoria profesional y personal de su hijo y que la separación les provoca sentimientos encontrados. «Veintidós horas de avión son demasiadas como para visitarlo de vez en cuando. Él suele venir a Granada dos veces al año como máximo, y nosotros hemos estado en Sídney en las navidades de 2019, casi un mes. La ciudad nos encantó y la consideramos una ciudad ideal para vivir, solo que ¡está muy lejos!». También les entristece sobre todo que su hijo, y muchos jóvenes de esta generación, «terminen su formación en el extranjero pero que no tengan facilidades para el regreso. Pensamos que la salida al extranjero debería ser una opción, y nunca una obligación».
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Juanjo Cerero | Granada y Carlos Valdemoros | Granada
Lucía Palacios | Madrid
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