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Cada vez que la Junta de Andalucía le abre la mano a la hostelería, los clientes responden y la jornada de ayer no fue una excepción. Tras nueve semanas de restricciones, con limitación de cierre a las seis de la tarde, Granada se echó a la calle, llenó bares y terrazas y recuperó las compras vespertinas para alegría de hosteleros y comerciantes que recibieron el primer gran balón de oxígeno después de la Navidad.
A pesar de que el cierre perimetral de las provincias se mantiene y de que no han vuelto los turistas, los propios granadinos tomaron la ciudad en un viernes disfrazado de jornada festiva con gran afluencia en las calles y en el que los locales de hostelería pudieron servir desde los cafés de la mañana hasta las cenas tempranas, sin interrupción, hasta las diez y media de la noche.
Especialmente contentos estaban los empresarios de los pubs y los locales de copas, que con el cierre a las seis tenían en la práctica tenían apenas dos horas de margen para trabajar y ayer recuperaban por fin el tardeo y con él a sus empleados de los ERTE. «Estamos muy contentos de recuperar plantillas y poder volver a trabajar», comenta Pablo Rivas, gerente de locales de ocio de la calle Ganivet, uno de los focos del ocio granadino. La calle estuvo ayer literalmente tomada por agentes de la Policía Local que vigilaron durante toda la tarde el cumplimiento de las medidas de seguridad, evitaron aglomeraciones y despejaron la zona, a las diez y media de la noche, el horario de cierre de los bares.
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«Estamos acostumbrados a la presencia policial y nos parece muy bien que se mantengan todo el tiempo en lugar de venir solo un rato», valoraba este empresario. En puntos como la calle Moras, a la espalda de Ganivet, hasta cuatro agentes estuvieron apostados de forma continua para mantener la situación bajo control, según pudo comprobar este periódico.
En total, la Policía Local de Granada desplegó en la tarde de ayer a 55 agentes por toda la ciudad, con especial incidencia en las zonas de bares del Centro, como Ganivet, la plaza de Mariana, calle Moras, la calle Sol o Pedro Antonio de Alarcón, donde la cobertura se realizó en coordinación con la Policía Nacional.
Además, agentes de paisano vigilaron los miradores del barrio del Albaicín –donde la afluencia de público no fue tan alta porque la tarde fue fría– y denunciaron a trece personas por hacer botellón. La primera jornada de ampliación horaria se saldó también con tres denuncias a locales de copas que tuvieron que ser desalojados por exceso de aforo, uno de ellos con 132 personas que bailaban en el interior sin cumplir las normas de seguridad.
La presencia disuasoria de la Policía Local a las diez y media de la noche, la hora en la que los locales estaban obligados a bajar la persiana, permitió que los clientes se dispersaran sin mayor problema en zonas como Ganivet. Por otra parte, durante la tarde de desescalada, los agentes de la Policía Local pusieron 16 denuncias a ciudadanos que no llevaban puesta la mascarilla, cortaron seis fiestas en pisos y multaron a trece personas que hacían botellón en la calle.
«Podemos decir que la jornada ha ido razonablemente bien para ser la primera de aumento de horario en los locales de hostelería y haberse registrado una gran afluencia en las calles, especialmente en el centro», valoraba a las once de la noche de ayer, una vez cerrados los locales, el teniente alcalde de Seguridad Ciudadana de Granada, César Díaz.
Durante todo el fin de semana, se mantendrá el mismo dispositivo de control con agentes uniformados y de paisano en el marco del plan de vigilancia especial impulsado por el Ayuntamiento para evitar que se descontrole la situación tras la relajación de las restricciones anunciada por la Junta de Andalucía.
El edil explicó que entre 30 y 60 policías, según el turno, se van a distribuir por toda la ciudad para comprobar el cumplimiento de las medidas. Los agentes seguirán especialmente atentos a lo que ocurra en los establecimientos hosteleros para que se respeten las limitaciones horarias, que obligan a los negocios a cerrar a partir de las diez y media de la noche. Lo que se quiere evitar, según Díaz, es que se repitan «estampas que se están viendo en muchas ciudades y de las que no es ajena Granada».
El dirigente insistió como viene haciendo desde el inicio de la pandemia, en hacer un llamamiento a la «responsabilidad» para poner freno a los contagios. «Estamos en una situación extremadamente crítica, en las últimas horas han fallecido 12 personas por la covid y hay mas de 200 afectados en hospitales. La meseta en la que nos encontrábamos se está transformando desgraciadamente en un ascenso que no nos podemos permitir. No podemos bajar la guardia», subrayó.
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