Álex, como le conocen sus amigos, desembarcó en las orillas del Támesis «para crecer a nivel laboral», al mismo tiempo que mejoraba su nivel de inglés. Rápidamente encontró un puesto libre como camarero en el Hotel Claridge's, de 5 estrellas. «Por aquel entonces no lograba entender ni la mitad de las cosas que me decían», recuerda. No desesperó y este licenciado en Historia se puso manos a la obra: superados los problemas lingüísticos empezó a trabajar en el Museo del Transporte el pasado mes de diciembre.
Álex se pone cada día al frente de personas que reservan el Hidden London Tour, actividad que consiste en visitar túneles de estaciones de metro en desuso que sirven como rodaje de películas
En este lugar eminentemente turístico Álex se pone cada día al frente de personas que reservan el Hidden London Tour, actividad que consiste en visitar túneles de estaciones de metro en desuso que sirven como rodaje de películas. «También enseño otras estaciones que fueron utilizadas como refugios durante la II Segunda Guerra Mundial y las oficinas centrales del metro de Londres, que se encuentran en el primer rascacielos que fue construido en la ciudad, en el número 55 de Broadway».
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La ambición marca el camino de Alejandro en Inglaterra. «Aspiro a entrar como guía en el British Museum», confiesa. Para eso se está preparando. «Quiero perfeccionar al máximo mi inglés y el mes que viene me presentaré al examen para conseguir el certificado del B2 expedido por la universidad de Cambridge».
«Aprendes a valorar mucho más la calidad de vida que tiene Granada cuando sales de allí. Echo mucho de menos su gente»
Entre 'curro' y estudio también tiene tiempo para hobbies. «Suelo jugar el fútbol cada semana y lo compagino con gimnasio». Los fines de semana, cuando puede, los aprovecha para visitar a su novia en Madrid o para «bajar a Granada a ver a la familia». Y es que la tierra sigue 'tirando'. Y no poco. «Aprendes a valorar mucho más la calidad de vida que tiene nuestra ciudad cuando sales de allí. Echo mucho de menos su gente».