Sandra Martínez
Guadix
Sábado, 12 de noviembre 2022, 00:17
Bajo la atenta mirada de todos sus compañeros, los cuidadores de la residencia y sus familiares, Antonia sopla una a una las velas de su cumpleaños. Unas velas de color dorado que se ubican sobre una gran tarta y que celebran, más que nunca, la ... vida de su protagonista, porque cualquiera no tiene el honor de cumplir 100 años. Mucho menos, tras los últimos años de pandemia que se han vivido.
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Pero la celebración del día de Antonia empezó mucho antes de que esta soplara las velas. En torno a las 9 de la mañana, se desplazó junto a sus compañeros de residencia hasta la Catedral del municipio accitano, donde oficiaron una misa en su honor y se realizó una ofrenda floral a la Virgen de las Angustias, patrona de Guadix.
«Queríamos hacer algo especial y coincidiendo con la presencia de la imagen en la Catedral, porque procesiona este domingo, quisimos realizar una ofrenda a la Virgen», afirma Francisco Polo, el responsable de la residencia FOAM de Guadix, encargada de llevar a cabo el homenaje.
Nacida hace justo una centuria, a la cantidad de acontecimientos históricos que Antonia ha vivido –la Guerra Civil, la dictadura franquista o la transición– se le debe sumar uno más: la pandemia de covid. «Para nosotros, ha sido muy emocionante organizar su fiesta de cumpleaños, porque es la primera de la residencia que cumple 100 años y porque Antonia también pasó y superó la covid este mismo año a pesar de su edad», añade Francisco, quien afirma que la difícil situación que vivieron durante la pandemia, con brotes en los que llegaron a tener a la mitad de los usuarios contagiados, es lo que ha hecho que los 100 años de Antonia merezcan ser mucho más que celebrados.
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Unos aperitivos y un brindis con sidra sin alcohol continuaron la celebración en el salón de la residencia. Globos, banderillas y un gran número 100 adornaban las paredes del edificio para recibir con música en directo la llegada de su protagonista. Una mujer a la que definen por ser «una persona con carácter que se ha hecho querer en el centro».
Natural de Alicún de Ortega, Antonia Marín fue una de las mayores de siete hermanos, de los que ahora solo viven dos. Trabajó en el campo en el municipio en el que nació hasta que se trasladó a Madrid, donde residió durante muchos años y sirvió a un alto cargo militar estadounidense en la base de Torrejón de Ardoz. Tiempo después, volvió a Guadix para cuidar de uno de sus hermanos, que había sido misionero en Venezuela, y quedarse así con el resto de su familia, hasta que en 2015 ingresó en la residencia en la que se encuentra ahora.
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Aunque nunca tuvo hijos, siempre ha mantenido una estrecha relación con sus sobrinos, también presentes en la fiesta de su 100 cumpleaños, quienes afirman que poder ver a su tía llegar a esa edad es algo muy especial para ellos. «Hemos querido pasar este día con ella por todo lo que supone para nosotros verla llegar a esta edad», indica Pedro, uno de sus familiares. Y así, bajo el sonido de algunos pasodobles y de la canción de 'cumpleaños feliz', Antonia cerró este 2022 el día de sus más que especiales 100 años.
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