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Un policía nacional del área de Subsuelo inspecciona las galerías situadas justo debajo del Palacio de Congresos. Pepe Marín

Seguridad en la gala

Los guardianes subterráneos del Palacio de Congresos para los Goya de Granada

La Unidad de Subsuelo de la Policía Nacional revisa exhaustivamente arquetas y colectores para garantizar la ausencia de explosivos y frustrar los intentos de colarse en el evento

Laura Velasco

Granada

Miércoles, 5 de febrero 2025, 23:47

Un imán de neodimio con capacidad para levantar hasta 400 kilos de peso retira sin esfuerzo la tapa de una alcantarilla. Los agentes se asoman y comienza el desfile de herramientas. Sobre el agujero colocan un enorme trípode, no precisamente para fotos. Sirve de agarre. De él se descuelga un policía nacional, sujetado por un arnés, hasta ese lugar invisible llamado subsuelo. Ellos son los guardianes subterráneos, los que vigilan que debajo de nuestros pies no haya ningún peligro. En la víspera de la ceremonia de los Goya, que se celebra el próximo sábado en Granada, su labor cobra más importancia que nunca. La revisión de ese mundo oculto se vuelve una prioridad y una constante. Inspeccionan las profundidades y caminan por ellas para garantizar la seguridad total de un evento que atraerá a miles de personas.

Ellos pertenecen a la Unidad de Subsuelo y Protección Ambiental de la Policía Nacional. Con sede en Granada, gestiona también las demarcaciones de Almería y Jaén. Seis personas la componen; un subinspector, un oficial y cuatro policías. «Nuestro principal trabajo es garantizar la seguridad a través de un dispositivo centrado en el riesgo de atentado y de intrusión, es decir, de que alguien se cuele o intente hacer algo para dificultar la celebración del evento, como cortar el agua, los suministros eléctricos y de gas o infectar el agua», cuenta Nicolás de Acuña, jefe del área en Granada.

La previsión es que a la ciudad lleguen miles de personas, entre las que estarán el presidente del Gobierno, en torno a cinco ministros, consejeros, alcaldes y otras tantas personalidades del mundo del cine. Por tanto, la misión de esta unidad es revisar cualquier punto vulnerable en el subsuelo, lo que ellos conocen como «cota roja». «Revisamos arquetas de electricidad, telefonía y agua potable, también colectores y cualquier habitáculo o pozo situado bajo la superficie. Bajamos y lo inspeccionamos absolutamente todo», detalla. También comprueban las galerías situadas justo debajo del palacio, un entramado de tuberías, cables y oscuridad sobre el que se sitúa el escenario donde se desarrollará la gala.

En el entorno del Palacio de Congresos hay unas 175 arquetas, pero ninguna es transitable, es decir, nadie puede acceder desde el exterior al interior del palacio a través de ellas, por lo que en ese sentido no es vulnerable. Lo que sí podría ocurrir es que cuelen algún «artefacto» en las cercanías, o que alteren algún elemento e impida el desarrollo correcto de la gala. «Que corten el cableado o la fibra puede dejarte perfectamente sin evento, por eso lo revisamos todo», apostilla Nicolás de Acuña. Hasta ahora, como esperaban, no han encontrado ninguna sorpresa desagradable.

La supervisión se alarga durante una semana aproximadamente, incluyendo el mismo día de la gala, cuando realizarán una última batida. «Ahí lo sellamos todo hasta que vienen las unidades de Seguridad Ciudadana, las que custodian el edificio», agrega. Por tanto, un mismo punto es revisado en varias ocasiones.

La cumbre, el punto de inflexión

Si hubo un evento que marcó un antes y un después en el trabajo de Subsuelo es la cumbre europea, que prepararon durante medio año. Fue la primera vez que perimetraron el palacio y plasmaron en un documento de más de 100 páginas todos los puntos vulnerables. «Hicimos un estudio de seguridad completamente cartografiado para saber qué zonas hay que vigilar; nunca habíamos hecho una planimetría tan exhaustiva. Para los Goya, al contar ya con este informe, había muchísimo trabajo avanzado. Teníamos localizadas las ubicaciones donde podría cometerse un atentado, entrar una persona, cortar los suministros de luz y agua… La cumbre fue muy útil, porque desde entonces no ha cambiado nada», apunta el responsable. No solo se centran en el Palacio de Congresos, también inspeccionan zonas donde se alojan y carreteras por las que circulan.

Por lo general, Granada es «muy tranquila». Atrás quedó la época en la que ETA les ponía contra las cuerdas. El trabajo entonces era intenso y estresante; ahora las incidencias son ocasionales. «Hacemos labores de seguridad ciudadana y trabajamos con los grupos de investigación, por ejemplo, en el tema de tráfico de drogas», detalla Nicolás de Acuña, jefe de un equipo que esta semana realizará batidas continuamente por el Palacio de Congresos y sus alrededores. Así, cuando Richard Gere suba las escaleras, cuando Penélope Cruz camine por la alfombra roja, cuando Pedro Sánchez se siente en la butaca… podrán estar seguros de que debajo de sus pies no hay ninguna amenaza.

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