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«Habilitamos espacios para que el personal sanitario obrara el milagro de la curación»

Héroes 2020 | Antonio Vera ·

Jefe del servicio de Mantenimiento del Hospital Universitario Virgen de las Nieves.Su equipo convirtió plantas enteras del centro en áreas UCI en las peores semanas de la primera ola. Los trabajadores habilitaron en tiempo récord el antiguo Clínico

Pablo Rodríguez

Granada

Miércoles, 6 de enero 2021, 01:00

Antonio Vera, jefe del servicio de Mantenimiento del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, le gusta apartarse en solitario cuando su equipo termina una intervención importante para observar cómo se organiza la labor asistencial. Es el único instante que se concede lejos de los suyos. Desde un rincón, suele contemplar cómo se organizan los espacios, la medicación, el material fungible; de qué forma se terminan de hacer las camas y se preparan los doctores. Sin embargo, el engranaje no está completo hasta que entran los pacientes. «En ese momento todo tiene sentido y los esfuerzos y los sacrificios quedan plenamente justificados».

Con 38 años de trayectoria en el centro, este profesional conoce de primera mano lo que es enfrentarse a situaciones límite. Lo lleva haciendo, junto a otros miembros del área que encabeza, en acciones de cooperación internacional que lo han llevado por medio mundo. Sabe lo que es preparar un quirófano en un camión o construir una clínica en el desierto, también lo que implica resucitar un hospital a contrarreloj en medio de la pandemia más mortífera de los últimos cien años. Es lo que hizo en abril junto a los más de cien miembros del servicio.

La virulencia de la primera ola sorprendió a todos, también a los profesionales sanitarios. El aumento exponencial de las hospitalizaciones amenazó con saturar el servicio. En el Virgen de las Nieves, centro de referencia en enfermedades infecciosas, se vieron obligados a actuar con extrema celeridad para afrontar la situación. «Nos tuvimos que volcar en todas las estrategias que la gerencia puso en marcha para atender la avalancha de pacientes», recuerda. El objetivo era aumentar el número de camas en el menor tiempo posible. Para ello, había que transformar plantas enteras del hospital. La orden llegó el mediodía de un viernes e, inmediatamente, Vera reunió a su equipo para exponerles la situación. Aún hoy, ocho meses después, sigue emocionándole lo que vivió. «Era una situación muy complicada: no teníamos los EPIS que necesitábamos, las empresas externas que normalmente nos daban apoyo no estaban porque habían entrado en ERTE, todo el servicio había ampliado las jornadas de trabajo y la gente tenía miedo, pero no hubo nadie que se pusiera de perfil, que dijera aquí no entro o yo no hago. Fue un momento de compromiso y de implicación muy fuerte», cuenta.

En apenas 72 horas, prorrogando jornadas hasta la extenuación y con protecciones diseñadas por ellos mismos de forma artesanal, convirtieron dos plantas enteras del hospital en áreas UCI. Albañiles, técnicos de gases, electricistas y carpinteros habilitaron estancias de la antigua unidad de Oncología o que llevaban años con un uso administrativo para que pudieran acoger a los pacientes más graves. Todo en coordinación con el personal sanitario que, en muchas ocasiones, se mantenía en habituaciones contiguas salvando vidas.

El operativo volvió a repetirse pocos días después, cuando la avalancha de casos obligó a tomar medidas más severas. Los trabajadores habilitaron las siete plantas del viejo Clínico, que llevaba cerrado años, para que pudieran acoger a los afectados por la pandemia. En apenas una semana, devolvieron la vida a las instalaciones. La hazaña fue alabada dentro y fuera del hospital. Asombró a Granada entera. «Fue intenso», concede Vera, que rehúye los elogios y pone, una y otra vez, el foco sobre sus compañeros y, en especial, a los jefes de equipo: Pedro Lara, Fran Zafra, José Antonio Baena, Manuel Mármol, Pepe Martín y José María Caballero. «Somos la base de la pirámide del acto sanitario. Hacemos reformas y reparaciones. Mantenemos quirófanos, UCIs, instalaciones de electricidad, de agua o de gases medicinales. Habilitamos espacios para que el personal sanitario obre ese milagro de la curación de las personas enfermas». Solo entonces Vera se permite alejarse unos momentos de los suyos y contempla, desde un rincón, cómo el engranaje se completa.

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