![Antonio (izq.) se reencuentra con su salvador, el cabo del Ejército del Aire Pedro Talavera (d.).](https://s2.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2023/06/30/infarto-granada.jpeg)
Infarto en un bar de Granada
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Infarto en un bar de Granada
«Es mi héroe. Estaba muerto y me ha salvado la vida»Hace nueve días, la vida de Antonio se detuvo. Su corazón se paró. Literalmente «estaba muerto». Pero, no era su día para partir. Sufrió un infarto en el momento y hora 'indicados', porque a su lado había un ángel de la guarda que lo salvó.
Era un poco más tarde de las diez de la mañana. Antonio, junto a su mujer, Encarni, habían venido a Granada para disfrutar de la graduación de Cristina, su hija, una joven que ha estudiado un ciclo de Integración Social. Tras una jornada de celeración y alegría, se disponían a viajar de vuelta a su pueblo, Fuensanta de Martos, en Jaén. En ese momento, Antonio sintió un dolor agudo en uno de sus brazos. Sin previo aviso se desplomó en presencia de su mujer. Todo ocurrió en la terraza del bar Menorca, en la calle Gonzalo Gallas. «De repente, mi marido estaba en el suelo. Se golpeó la cabeza al caer y estaba inconsciente».
Pero, las casualidades de la vida sonrieron a Antonio. Por allí pasaba Pedro Talavera, un granadino de adopción que es cabo del Ejército del Aire en la Base Aérea de Armilla. Este militar se disponía a coger su moto para abandonar el lugar, pero algo llamó su atención. «Me acababan de hacer un examen médico al lado, desayuné en la cafetería y ya me iba. De repente, noté un fuerte golpe y vi a una persona tumbada en el suelo y a una mujer gritando». Era el momento de actuar.
Todo el mundo se acercó a ayudar a este jienense que estaba tendido en el suelo. Pero, fue el cabo Talavera el que tomó la iniciativa. Con ayuda de las indicaciones del servicio de emergencias 112 de Andalucía, Pedro comenzó a realizar la maniobra de reanimación cardiopulmonar. «Todos los años hacemos prácticas de formación en la Base Aérea de Armilla. Si ves una situación así, por lo menos hay que intentarlo. Son conocimientos que nunca se sabe cuándo van a hacer falta», señala.
El reencuentro
Ideal citó a los protagonista de la historia en el lugar donde ocurrió todo. Emoción y un abrazo lleno de sentimiento fue la primera reacción de Antonio y Pedro - también alguna lágrima-. Una alegría contenida por una situación que podía haber acabado en tragedia, pero que tuvo un final feliz. «Esto ha generado una unión inseparable. Pedro me ha dado la vida. Yo estaba muerto. Sin él no lo hubiese podido contar. Para mi ya es un hermano. Me ha salvado la vida. Todavía me emociono cuando lo veo. Es mi héroe». subraya Antonio con los ojos inundados de fortuna y, todavía, miedo por lo que pasó.
Pedro, sin embargo, aunque no puede esconder su sonrisa de orgullo y satisfacción por hacer las cosas bien, quiere quitarle mérito al gran trabajo que hizo: salvar una vida. «No sé si soy su héroe o no. Aquí hubo mucha gente ayudando. Empezamos con el masaje cardíaco y otra chica me cogió el relevo. Pero no sabemos quién es. Además, la ambulancia no tardó en venir».
El reencuentro en la cafetería donde ocurrió todo no era el primero. Y es que Pedro fue a ver a Antonio al hospital. «La mayor satisfacción fue cuando lo vi y pude hablar con él. Eso es lo más importante», subraya el militar.
La magia de las redes sociales
La 'culpable' del reencuentro entre Pedro y Antonio fue la hija de este último. Su padre, ingresado en la UCI, no paraba de repetir que quería darle las gracias a su héroe.
Por ello, Cristina se puso manos a la obra y movilizó los recursos que estaban a su alcance. Tiró de redes sociales y publicó el siguiente tweet. «Hola! Ayer un hombre llamado Pedro, militar en Granada, salvo una vida, en el bar Menorca en Gonzalo Gallas, la de mi padre, nos gustaría encontrarlo, tenemos que agradecerle lo ocurrido y es lo primero que mi padre ha pedido al despertarse».
Y la magia de las redes hizo su trabajo. «La publicación tenía en cuestión de dos horas más de 200.000 visualizaciones. De repente, me escribió una chica y resulta que el hombre que ayudó a mi padre era su tío. Así lo encontramos». Y el reencuentro en el hospital fue más que emotivo.
Un susto que acabó de la mejor de las maneras y que ha creado una relación forjada con uno de los vínculos más fuertes que existen: la vida.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Leticia Aróstegui, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández y Mikel Labastida
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