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Natural, sin efectos secundarios, libre de compuestos químicos. Estas son algunas de las premisas con las que la homeopatía se ha generado una imagen de alternativa 'sana' a la medicina convencional y bajo el lema 'lo similar cura lo similar', los homeópatas recetan medicamentos en ... los que el principio activo se ha diluido en agua o alcohol sin a penas dejar rastro de él.
A día de hoy existen 30 consultas de homeópatas en Granada y, en su mayoría, comparten la misma estética: tratan de ofrecer -vender- una imagen de asepsia clínica y profesionalidad vistiendo una bata blanca como médicos y científicos, pero se alejan del decorado frío de laboratorio con un escenario más cercano y acogedor, rodeado de tarros de plantas medicinales y compuestos naturales, muy similar a las herboristerías de toda la vida, donde el usuario encuentra una infinidad de infusiones y tés.
La ruta de homeópatas se extiende desde el sur hasta el norte de la ciudad, con una aglomeración más amplia en el centro de Granada, pero los precios son más o menos similares por cada consulta. La tarifa mínima que ofrecen es de 60 euros en la primera cita, en la que el profesional diagnostica el problema del paciente. Las siguientes consultas de seguimiento se cobran a unos 30 euros y se podrán alargar en el tiempo según el paciente lo requiera hasta curar completamente su enfermedad y evitar posibles recaídas.
Javier es un homeópata que trabaja en varias consultas que comparte en distintos puntos de la ciudad con otros especialistas de esta pseudoterapia. El primer encuentro para tratar un eccema en realidad es una reunión personalizada que dura dos horas y media y que cuesta 70 euros en una especie de trastienda habilitada a modo de consulta. A ella se llega después de cruzar una tienda a caballo entre herboristería y local de esoterismo lleno de velas, incienso y amuletos para todos los males, situada en una bocacalle con Recogidas.
«Cada persona es un mundo y se necesita tiempo para conocerla, sólo si se conoce su forma de ser, sus vivencias y su entorno se pueden determinar las causas de su enfermedad, en este caso un eccema, porque habrá a quien le salga por estrés y a otros por alergia», explica este homeópata, y sentencia: «Cada persona es única, únicas las causas por las que enferma y único el tratamiento que debe recibir». Así que su prescripción es aplicar vendajes con aceite de oliva para calmar la piel y si en dos semanas no mejora, hay que regresar a consulta para recetar una pomada más específica para eccemas y que se puede comprar en una farmacia que vende productos específicos de homeopatía.
Para este especialista en homeopatía, la dermatología se limita a seguir un protocolo común que no siempre es efectivo porque no todos los pacientes siguen el mismo patrón: «El dermatólogo te receta un antihistamínico y puede que la piel mejore, empeore o vaya por rachas, pero con eso sólo recubre de ungüento la piel, no está combatiendo la causa interna del eccema». A su parecer, lo mismo ocurre con cualquier otra enfermedad y su correspondiente tratamiento.
Las opiniones sobre la homeopatía están enfrentadas. Laura, estudiante de Medicina, considera que los homeópatas son «vendedores de humo» que «sólo quieren sacar el dinero a la gente» y «no se preocupan por la salud real de los pacientes». Sus compañeros, que prefieren no opinar, asienten a cada comentario de la joven de 21 años a las puertas de la facultad. «Se aprovechan de la desesperación de la gente en momentos de flaqueza, pero son charlatanes que dan la espalda a la ciencia», sentencia.
En el extremo opuesto está Ángel, mecánico de 45 años. Este granadino asegura que empezó a visitar a un homeópata «de confianza» hace dos años porque estaba «cansado de esperar días y días para la consulta del médico» y que luego le recetara «lo de siempre». En todo este tiempo se ha tratado un par de catarros con una especie de «píldoras azucaradas» y el lumbago con «pomadas de arcilla o cataplasmas de harina vegetal». «Siento que me escucha y se toma el tiempo necesario conmigo en consulta y adapta los tratamientos a mi situación, eso un médico normal no lo hace», afirma Ángel, que dice no llevar la cuenta de las facturas 'homeopáticas' que ha pagado hasta la fecha, pero insiste en que «realmente vale la pena».
La actual responsable de la tienda Homeofarma, en calle Pedro Antonio de Alarcón, reniega de su vinculación con la homeopatía. «Esto ahora es únicamente una herboristería en la que vendemos plantas medicinales y complementos vitamínicos, pero todos ellos respaldados por el sistema de salud», dice esta mujer, que prefiere no dar su nombre, al tiempo que explica que el nombre con referencia a la homeopatía era cosa del anterior dueño del negocio, pero afirma que en cuanto se fue, dejó de vender productos homeopáticos al considerar que no beneficiaban a los pacientes.
Fernando Hidalgo es el responsable de la Farmacia Zarco Ríos, situada frente a la Fuente de las Batallas y reconocida por la amplia variedad de productos homeopáticos que dispensa. Hidalgo destaca que hay «muchos médicos de distintas especialidades que recetan habitualmente medicamentos homeopáticos con otros tratamientos» y pone de ejemplo a pediatras, traumatólogos, médicos de atención primaria y ginecólogos. Para este farmacéutico, el problema con la homeopatía es que «hay mucho intrusismo y existe mala praxis al practicarla personal no sanitario sin formación».
Además, destaca que «el peligro ocurre, al igual que con otros medicamentos, cuando se utilizan de forma incorrecta por los pacientes». Por eso remarca que en «Europa y España se ha regulado como medicamento» para asegurarse de que ha sido «prescrito por un médico y dispensado por un farmacéutico». No obstante, preguntado sobre si se necesita algún tipo de receta médica para adquirir productos homeopáticos en farmacias se contradice y afirma que «actualmente se trata de medicamentos no sujetos a prescripción médica».
El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Granada, Manuel Fuentes, es escueto y formal al tratar la cuestión de la homeopatía: «Recientemente, una resolución de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha publicado la relación de medicamentos homeopáticos que van a adecuarse a la normativa de aplicación y la salida del mercado de los medicamentos homeopáticos que no figuren en la citada relación. Por tanto, todos los medicamentos homeopáticos que a fecha de hoy se dispensan en farmacia cuentan con autorización».
Sin embargo, pasa palabra y no valora si la homeopatía cura al paciente, genera un efecto placebo o es peligrosa como pseudociencia, a pesar de que la Real Academia Nacional de Farmacia Española publicó el año pasado un elaborado informe en el que aseguraba que «la homeopatía puede poner en riesgo la salud de los ciudadanos» porque «no hay pruebas científicas que justifiquen su utilización clínica».
Por otro lado, tanto el Colegio Oficial de Médicos de Granada como la Organización Médica Colegial consideran que «la homeopatía no ha demostrado su eficacia en el tratamiento de ninguna patología y, por tanto, se cataloga como una pseudociencia que puede perjudicar a los pacientes si la utilizan como alternativa a los tratamientos convencionales», en palabras del presidente del Colegio de Médicos granadino, Jorge Fernández Parra.
El presidente del Colegio insiste en que no hay que prescribir «terapias que no han demostrado ser eficaces por ningún médico, llámese homeopatía, acupuntura u otros tratamientos alternativos» y recuerda que, en el código deontológico del gremio, el artículo 26.2 señala que «no son éticas las prácticas inspiradas en el charlatanismo, las carentes de base científica y que prometen a los enfermos la curación». Además, recalca que la homeopatía sólo genera un efecto placebo y alerta de que esta pseudoterapia por sí sola no es peligrosa, pero puede ocasionar «perjuicio en el caso de que los pacientes abandonen el tratamiento convencional» para tratarse con esta «alternativa». Por último, reconoce que lo que más le preocupa es que «hay estadísticas que demuestran una confianza en estos tratamientos de hasta en el 50% de la población aunque no sean usuarios».
Quien también se opone rotundamente a la homeopatía es el representante del Parlamento Europeo en el Consejo de Administración de la Agencia Europea del Medicamento y excatedrático de Legislación Farmacéutica de la Universidad de Granada (UGR), José Luis Valderde López. Aunque la Unión Europea ha regulado la venta de productos homeopáticos, este experto matiza que «una cosa es que sea regulable y otra muy distinta es que sea válida como terapia curativa». Valverde critica que no aporte «nada positivo para el ciudadano» y que al final «sólo se tenga en cuenta el beneficio y se deje de lado el derecho del paciente de recibir un tratamiento eficaz». Para este especialista, la homeopatía «no sirve para nada, no mejora la salud de los pacientes y vulnera el derecho de los consumidores a adquirir medicamentos útiles». Cierra su crítica aplaudiendo que las universidad como la UGR no ofrezcan asignaturas sobre esta pseudociencia. «Sería muy esotérico que se impartieran clases de homeopatía. El consenso a nivel mundial es que no tiene base científica», concluye.
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