De guardia por Granada
24 horas de patrulla con la Guardia Civil en GranadaDe guardia por Granada
24 horas de patrulla con la Guardia Civil en GranadaUna navaja de 25 centímetros, que sólo usa para hacerse el bocata. Una porra casera fabricada con un tubo del portón del maletero del coche, pero que iba a tirar a la basura. Un tarro de marihuana que habría dejado ahí su hijo. O mil ... problemas por los que no había podido pasar la ITV, o convalidar su carné de conducir de otro país. Pasar un día de guardia con los agentes de la compañía de Armilla de la Guardia Civil supone recorrer muchos kilómetros y escuchar un montón de excusas cuando hacen un control. Eso, y circular a toda velocidad detrás de un coche que se ha dado a la fuga al ver los uniformes verdes, o entrar en un barrio que estaba desierto y que de repente empiecen a salir vecinos a controlar lo que pasa de madrugada. Los más de cuatrocientos agentes que prestan servicio en este destino tienen asignado trabajo en alguno de los 17 puestos que están bajo el mando de Armilla. Pero cuando hay un aviso de un secuestro en Maracena, o hay que acudir a un tiroteo mortal en Churriana, actúan todos como una única unidad para restaurar el orden o buscar a un delincuente.
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IDEAL ha pasado un día de guardia con los agentes de la compañía, para conocer cómo es el trabajo cuando hay que dar cobertura a un área tan amplia. Y para comprobar que, toda la jornada marcha tranquila hasta que llega un aviso de robo en una vivienda, se propaga por la radio la descripción de posible agresor sexual, o tras terminar un control un señor de dos metros arremete contra el coche de la Guardia Civil a golpes y acaba fracturando las lunas.
33 denuncias diarias
Esta es la media de denuncias que recibe por día la Guardia Civil en Granada
La compañía de Armilla es, actualmente, la que da servicio a la mayor 'urbe' de Granada, la que formarían los 52 municipios que hay bajo su custodia, incluyendo todo el Área Metropolitana hasta llegar al Valle de Lecrín. A eso hay que sumarle el aeropuerto de Granada, Sierra Nevada, los dos principales centro comercialas –Nevada y Kinépolis– medio centenar de polígonos y cien urbanizaciones. Además de los agentes que trabajan en los 17 puestos, cuentan con unidades especializadas de policía judicial, Se prona, equipo Roca (de robos en el campo), de equipo arroba (para perseguir delitos telemáticos) y equipos de violencia de género.
El territorio en el que trabajan es a ratos rural, a ratos de pequeñas ciudades. Hay grandes avenidas comerciales en los localidades más grandes, y diseminados de cortijos en otra gran franja de terreno.
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«El chaleco antibalas lo llevamos siempre cuando salimos a patrullar», explica el brigada comandante de Pinos Puente José Ramón Sánchez al empezar la jornada. Se monta en el coche y enseña una tablilla. «Una de las tareas que hacemos habitualmente es entrevistarnos con las víctimas de violencia de género que más riesgo tienen», apunta Sánchez. Saben sus rutinas, pero los agentes aparecen sin avisar por si víctima y maltratador han vuelto a vivir juntos. Pero la rutina se rompe cuando llega por radio un aviso para ir a rescatar a un camionero que se ha quedado parado en la A-92. Acuden de inmediato, porque están muy cerca. Y se apean cuando llega el camionero para agradecerles la ayuda. «En cuanto llegamos, por cómo se comporta el conductor, ya sabemos si hay que registrar el vehículo», señala el brigada, mientras saluda al piloto, que resultó ser de origen portugués. Unos minutos charlando con el conductor y señalizando en la autovía, hasta que los compañeros de Tráfico se encargan del asunto. Y vuelta a la carretera. Paran en un par de áreas de servicio, que son lugares de interés especial porque hay mucho tránsito de personas, porque históricamente han sido espacios que sufren atracos y porque hay mercancías valiosas que transportan los camioneros.
El servicio tiene un lado humanitario, porque también están en contacto con centros educativos, centros de salud y residencias. Por una de ellas, en Pinos Puente (casa de la misericordia de San Gabriel), paran para comunicar al párroco que la dirige que puede recoger en el puesto varios depósitos de gasoil procedentes de una operación.
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En la entrada de Pinos Puente, paran un autobús metropolitano y encuentran a un hombre que tenía orden de detención por parte de un juzgado, por lo que acaba esposado y declarando en el puesto de la Guardia Civil.
El turno de tarde, bajo el mando del teniente Andrés Hinojal, comandante del puesto de Santa Fe, incluirá ese día varios 'cierres' de localidades. Ponen controles en varios municipios, en los que buscan personas requisitoriadas, drogas o personas sin carné. Dan con todo eso y con alguna cosa más. En un puesto de control en Santa Fe, justo en la salida de la autovía, paran dos coches que dicen ir juntos. Los ocupantes de la primera furgoneta, aseguran que iban a ver unos caballos a un cortijo santaferino. Uno de los ocupantes aparece vinculado a una operación contra el tráfico de armas. Pero no lleva nada encima y le dejan marchar. El segundo coche, ocupado por dos chicos más jóvenes, ambos extranjeros, esta 'marcado' en Sirene, una división de cooperación internacional policial. Al coche se le sigue la pista, así que 'marcan' dónde lo han encontrado, quién iba en su interior y hacia dónde se dirigían. La investigación seguirá en marcha, ahora con datos nuevos logrados en el control.
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José Ramón Sánchez
Brigada comandante de Pinos Puente
«Estos controles se montan durante pocos minutos, para que haya efecto sorpresa. Y se cortan los dos accesos de un municipio, por ejemplo. «Es muy importante la labor del agente que se encarga de parar a los vehículos, su olfato es fundamental para saber a quién parar», explica Hinojal. En la tarde hubo de todo, coches sin ITV, conductores sin carné, niños sin sillita, y hasta un conductor que al ver a la Guardia Civil frenó en seco, dejó el coche en mitad de la calle y salió andando para irse de allí.
El trabajo es incesante. Hay agentes destinados a las oficinas de denuncias –en la compañía se recibieron 12.400 denuncias en 2022, una media de 33 diarias–pero la mayoría está en la calle. De las 10.000 infracciones que registraron el año pasado, 1.666 fueron por consumo de droga y 361 relacionadas por portar, exhibir o usar armas.
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Llega la noche y surgen otro tipo de avisos. El primero, un robo en una vivienda. Luces azules, velocímetro a toda revolución, y coordinación de los efectivos por radio. Se ha producido en una casa aparentemente humilde, en la que ha saltado la alarma. Las paredes, por dentro, están sin terminar y con el ladrillo fuera. Pero tienen puesta una alarma de las que avisan a la Policía si pasa algo.
Conforme pasan los minutos, cada vez hay más personas en la calle, gente que no se sabe de dónde salen pasada la medianoche. Tras unos minutos de charla con los vecinos, la patrulla vuelve a la ruta. Sospechan que la casa pudiera ser una 'guardería', aunque no tenía nada en esta ocasión.
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José Ramón Sánchez
Brigada comandante de Pinos Puente
Entra un aviso de intento de suicidio en Sierra Nevada, otro de unos vecinos por amenazas tras un accidente de tráfico y pasan por la zona trasera de Kinépolis donde tres chicas se abrigan en la calle con una hoguera mientras ejercen la prostitución. Y al poco entra otro aviso por radio: «una chica ha denunciado una agresión sexual». Se activan los 'halcones' –guardias civiles– que hay en la calle en ese momento, y también los 'lobos', –miembros de la Usecic de la Guardia Civil-.
La descripción del posible agresor se difunde rápidamente. Las patrullas empiezan a buscar y los agentes dan con un chico que reúne todos los requisitos. Circula en bici –son cerca de las dos de la mañana–cuando los agentes lo paran. Lo cachean y le pide la Guardia Civil que espere unos minutos. Pasado un rato, otro coche policial se acerca. Le piden al identificado que se acerque a la ventanilla, sin entender bien qué pasa. Desde el interior, la víctima echa un ojo y concluye que no es el hombre que la amenazó con un cuchillo y la obligó a hacerle una felación. En ese primer momento no hubo suerte, pero los 400 agentes seguirán buscando.
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