En el vacunódromo, la Rosaleda y la sede del PP. IDEAL

Las dos horas del reencuentro al desencuentro

Dos ediles del PP coincidieron con Salvador en una inauguración a la que ninguno iba a asistir. Luego, el alcalde defendió el trabajo del bipartito mientras sus socios le abrían la puerta de salida

J. MORALES, P. RODRÍGUEZ Y L. UBAGO

Viernes, 28 de mayo 2021, 01:58

Una cita en el Parque Norte de Bomberos abrió ayer la agenda pública de Granada. Nada que ver con incendios: los medios gráficos estaban convocados a la inauguración del nuevo 'vacunódromo' de la ciudad. En la foto saldrían el delegado del Gobierno, Pablo García, y ... el de Salud, Indalecio Sánchez-Montesinos. Nada más llegar, las cámaras se encontraron a otros dos protagonistas. El portavoz del PP en el Ayuntamiento, César Díaz, y Francisco Fuentes, concejal señalado por Sebastián Pérez como único candidato del PP al que apoyaría en una investidura, acudieron a una cita que no tenían prevista. A los pocos minutos apareció un tercero: Luis Salvador.

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Coincidieron, 'por sorpresa', en un reencuentro con corrillos pero sin declaraciones a los medios. Fue el primer acto público en el que se cruzaron después de que Sebastián Pérez rompiera la baraja en la mañana del miércoles. Se saludaron y desfilaron entre vacunados y enfermeros. En las fotos, Luis Salvador al frente, Fuentes y Díaz algo retirados, y al otro lado Pablo García.

Nada es casual: dos hombres fuertes del PP granadino y un alcalde cuestionado coincidiendo en una convocatoria a la que no tenían previsto asistir –o, al menos, no lo habían anunciado a los medios–. El paseo acabó a la entrada del recinto y con un movimiento para regatear a la prensa: mientras las miradas se centraban en la noticia política, los portavoces sanitarios iniciaron su intervención. Hubo una charla de unos quince minutos, de pie, entre Díaz, Fuentes, García y Salvador. Luego se retiraron del corrillo los concejales populares, que una hora después estaban convocados en la Rosaleda junto al resto del grupo municipal. Pero siguieron conversando García y Salvador. Hablaron entre ellos; pero no ante los medios.

Para escuchar al alcalde hubo que esperar. El primer edil estaba convocado a las diez y media junto a la responsable de Cultura, Lucía Garrido, para la presentación del disco de Callejuela de la Luna. Sin embargo, no apareció en la sala GRX hasta veinte minutos después, prácticamente a la misma hora que tenía previsto hablar el grupo municipal popular en La Rosaleda y muy cercana en el tiempo también a la del acto de Jorge Saavedra en la sede del PP.

El dirigente no se movió de la línea trazada meses atrás. Tejió un discurso de fortaleza, de anteponer los intereses comunes a los personales en el que recordó las dificultades que entraña agrupar 14 firmas. Lo hizo en presencia de Garrido, a la que Pérez el martes no incluyó entre los ediles que acompañarían al regidor en un hipotético gobierno monocolor.

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Cambio de signo

En paralelo, los ediles populares escenificaban el cambio de signo. Los seis participaban en la presentación de unas obras, metáfora de un bipartito que ahora pretenden reconstruir. Esquivaron, eso sí, la que pudo ser una de las imágenes del día. Uno de los operarios pretendía vestirlos con casco y chaleco de protección, pero se intervino para que no ocurriera. Durante el acto, uno de los fotógrafos propuso centrar a Francisco Fuentes, que posaba en uno de los laterales. Otro de los ediles enarcó una ceja y el concejal se mantuvo donde estaba.

Mientras, en la sede del PP había casi ambiente de funeral. Silencio y ni un solo dirigente. En realidad, solo los responsables de prensa y poco más. Jorge Saavedra, secretario general del PP granadino, compareció solo y sin ningún colega de partido entre el público. Y al final, tiró de humor para destensar la comparecencia. «Con Ciudadanos voy a quedar en cualquier lugar menos en el hotel Meliá (risas)... Que es muy bueno hotel, que conste... pero mejor en otro sitio», anunció bromeando el secretario general de los populares.

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A las nueve y media hubo reencuentro entre Salvador y dos de los pilares de su socio de gobierno, el PP. Dos horas más tarde, mientras el alcalde hablaba del trabajo y la gestión del bipartito, los populares certificaban a dos bandas la ruptura con el regidor.

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