Hay hornos y fogones encendidos

Quiso la casualidad que el día del cumpleaños del cineasta italoamericano Francis Ford Coppola, famoso por su trilogía de 'El Padrino', nos tocara hablar de pasta. Italiana. De pizzas, espaguetis y lasañas. Nos acercamos a Pizzería Bolívar, uno de los establecimientos de restauración que trabajan en estas semanas de cuarentena, y nos encontramos con que no se puede acceder al interior. Como es lógico y normal, por otra parte, dado que solo sirven pedidos a domicilio.

«Aunque los clientes vengan a recoger su pizza presencialmente, les hacemos esperar en la calle y es un repartidor quien la saca para que se la lleven. Está terminantemente prohibido pasar al interior», señala con contundencia Antonio Bolívar, gerente tanto del local de Granada capital como otro en La Zubia. Un gerente al que no le duele en prendas hablar muy claro: «Tenemos abierto porque nunca nos hubieran aprobado el ERTE, al tener un servicio de reparto de comida a domicilio y ser un servicio de los declarados esenciales. Aunque la facturación se nos ha reducido en un 60% aproximadamente, no llegamos al 75% requerido por la normativa, por lo que aquí seguimos. Si no, estaríamos cada uno en nuestra casa, cumpliendo con la cuarentena».

Pizzería Bolívar solo trabaja en horario de noche, entre las 20 horas y las 23.45. A mediodía apenas tiene demanda la comida a domicilio.

La plantilla, íntegra

A mediodía apenas tiene demanda la comida a domicilio. Aun así, Fernando ha conseguido mantener a la plantilla íntegra: dos cocineros en cada pizzería y nueve repartidores en total. «Han hecho un notable esfuerzo, reduciendo el número de horas de trabajo y, en consecuencia, el sueldo. Así podemos seguir trabajando todos, sin prescindir de nadie», señala Antonio con orgullo.

¿Y la clientela? ¿Cómo está respondiendo? «Más del 90% de quienes hacen pedidos ya eran clientes de antes. Hay otros muchos que piensan que, al igual que la mayoría de bares y restaurantes, hemos cerrado y también hay gente con miedo a pedir comida a domicilio, de ahí que hayamos puesto en marcha un servicio de reparto sin contacto: el repartidor deja la caja de pizza sobre otra caja vacía, llama al timbre y se aparta. Cuando comprueba que el cliente –que ha pagado anteriormente por vía telemática– sale y recoge el pedido, se marcha», explica Antonio.

¿Y otras medidas higiénicas? «Todos los repartidores llevan guantes y mascarilla y cada día les tomamos la temperatura para comprobar que se encuentran bien, sin nada de fiebre. En cocina hemos organizado los turnos para estar solo dos personas a la vez, por lo que también mantenemos la distancia de seguridad. Juntos, pero sin abrazos», bromea Antonio. Juntos, pero no revueltos; sería ahora la frase hecha.

Además de pizzas artesanas, tienen otras pastas, como espaguetis, lasaña o canelones. Y también nuggets y alitas de pollo. Van a abrir durante toda la Semana Santa. Así las cosas, para estos tiempos de cuarentena radical y a la espera de que la situación mejore, este establecimiento se convierte en una inmejorable opción para variar la dieta y darnos un capricho gastronómico.