«Huimos del Centro al Zaidín para vivir juntos y compartimos alquiler con mi hermano»

Pablo Cabrerizo y Candela Martínez, 28 años, han decidido recientemente mudarse juntos. La compra de un piso la descartaron desde el principio y para poder independizarse se han mudado con compañía: Hugo, el hermano de Candela. Encontrar el lugar adecuado ha sido una odisea. Decidieron buscar lejos del Centro para optar un piso decente y asequible. «Empezamos a buscar en Idealista, Fotocasa y Facebook. No hemos visto ningún piso en el centro, no queríamos vivir en un zulo o estudio de más de 300 euros por persona por solo una habitación. Además, encontrar un piso de más de una habitación es complejo. Ponían pegas y más grandes no podíamos pagarlo», cuenta Candela.

Hace unas semanas encontraron la vivienda adecuada, de dos habitaciones en el Zaidín, donde pagan al mes 800 euros. «Está muy bien, pero comparando con hace algunos años tiene un precio más elevado. Antes en la zona cobraban 500 euros por tres habitaciones y ahora rondan casi los mil», explican. «Mi hermano se ha venido a vivir a Granada y quién mejor para compartir», reflexiona. La pareja relata que el alquiler se lleva una gran parte de sus recursos económicos. Candela, que es opositora, imparte también clases de inglés en una academia, mientras que Pablo es autónomo. «No hay trabajo apenas y los sueldos son bajos. Gano lo que cuesta este piso. Sola no podría vivir», indica.

A la generación más preparada de la historia no solo le piden requisitos inalcanzables a la hora de acceder a un trabajo. El cuestionario, las entrevistas y las gestiones para optar a una vivienda son farragosas. «Piden muchos requisitos. Hicimos tres semanas de búsqueda intensa y de entrevistas. Afortunadamente ya tenemos experiencia en esto», sentencian.