El Colegio de Farmacéuticos celebra su patrona con la entrega de distinciones

De él se dijeron muy bonitas palabras, y él expresó también un mensaje en positivo en el que dejó claro que es «médico rural y vocacional», dando las gracias a los colectivos que le acompañaron en muy complicados momentos y destacando también la presencia de su mujer, Teresa Clavero. No le conocía, pero me acordé de alguna entrevista del entonces consejero de Salud cuando decía que su familia le preguntaba cuándo podrían ir de vacaciones. Y han sido años –como nos ha pasado a muchos– sin poderlas planificar.

Me encantó saludarle, y felicité al presidente de los Farmacéuticos, Manuel Fuentes, por la elección; y por un colectivo, el colegio oficial, que ya ha alcanzado los dos mil componentes. Y. como me dijo, no solo porque sea obligado el ingreso para ejercer sino también, como dijo, «porque son muchos los que se gradúan y quieren estar». De esos nuevos colegiados habló también el decano de la facultad, Manuel Sánchez –espero saludarlo en el acto que celebrarán en unos días–, que lleva poco tiempo en el cargo.

En nombre de esas nuevas incorporaciones realizó el juramento o prensa Inmaculada Acuña. Como previo a otros reconocimientos, como el que recibió Celia Castaño, ganadora del I Premio al mejor artículo científico publicado en el año 2021. Luego se entregaron las insignias ofrecidas por Bidafarma, representada por el vicepresidente, en la mesa, y por el responsable de Comunicación, Ignacio Pérez Ortiz. Momento especial para quienes han cumplido cuarenta años como cooperativista, con tres nombres en esta ocasión: los de Rafael Toledo, José Ramón Giménez, y el propio presidente del Colegio, Manuel Fuentes, más emocionado que nunca en un encuentro donde la normalidad se convirtió en un bonito encuentro para festejar al colectivo farmacéutico al que, en estos años pasados, hemos aprendido a respetar, más allá de lo que ya se habían ganado.

Hubo representación de otros colegios profesionales, como el de Médicos, Enfermería o Abogados, y también representantes de Caixabank en cuya sede –el conocido Cubo– tuvo lugar el encuentro. Estuve saludando a Rosa Márquez, coordinadora de Instituciones en Andalucía –besicos para su marido y compi Aurelio Cappa– con la que charlé junto al responsable de Negocios de la entidad bancaria, Manuel Vergara. Y me encantó saludar a José Ramón Carmona –Jota para los conocidos–, secretario del Parlamento andaluz, o a Leticia Soriano, del Distrito Granada-Metropolitano, y a muchos más que quisieron compartir el momento.

Cerró el acto el delegado de Salud, Indalecio Sánchez-Montesinos. En su línea, muy cercano. Cada vez que habla apunto alguna cita para no olvidarme –como lo de que «no hay problemas sino incidencias», que me enseñó hace tiempo–. La de ayer es que no le gusta hablar –refiriéndose al colectivo de los farmacéuticos– de «servicio público», sino de «servicio a los demás». Porque, insistió, todos, «incluidos lo que tenemos cargo», tenemos «cara, corazón y cerebro».