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Que Granada le debe mucho a Giménez Yanguas es algo evidente en cualquier paseo por la ciudad.
El ingeniero, miembro del Grupo de Investigación de ... Patrimonio Industrial de la Universidad de Granada, junto al historiador José Miguel Reyes Mesa, trabajó durante más de cuarenta años para salvar y documentar el patrimonio fabril de la provincia. Gran parte de este legado perdura gracias a los esfuerzos de ambos investigadores.
Giménez Yanguas rescató de la chatarra y restauró con sus propias manos decenas de máquinas, convencido de que una máquina solo está viva si funciona. Ahí están, por ejemplo, la máquina de vapor o la almazara que se exponen en el Parque de las Ciencias; las calderas de un taller de tintado del barrio del Albaicín, situadas en los jardines de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Edificación; o los motores e ingenios expuestos como mobiliario urbano en distintos puntos de la ciudad. Entre ellos, la Fives-Lilles que perteneció al Ingenio de San Juan, restaurada por Yanguas y trasladada a la rotonda del Paseo de la Bomba, cerca del lugar donde estuvo ubicada otra azucarera, la de San José.
Guiado por el sueño de crear un Museo del Patrimonio Industrial en Granada, sus piezas han formado parte de numerosas exposiciones que han permitido recuperar la historia, la tecnología y la economía de esta tierra. Un viaje en el tiempo hacia finales del siglo XIX y principios del XX, época que vio crecer a algunas de las figuras culturales más relevantes de la ciudad, como Ganivet, Lorca, Fernando de los Ríos o Gómez Moreno, y también a empresarios como López Rubio, Juan Creus o las familias Agrela y Rodríguez-Acosta, que impulsaron las industrias azucareras y aprovecharon la llegada de la electricidad para traer prosperidad al territorio.
El Parque de las Ciencias en la sala 'Piezas de Museo' conserva objetos que desempeñaron un papel importante en la historia y que hoy estarían olvidados si no fuera por el trabajo del profesor Giménez Yanguas.
También fue relevante la exposición «El poder del ingenio. Hitos en el desarrollo tecnológico contemporáneo de la colección Miguel Giménez Yanguas», presentada en el Centro de Exposiciones de CajaGranada en Puerta Real. Fue otro paso hacia la creación de un espacio que custodiara estas piezas como testimonio vivo del pasado y del afán humano por transformar el mundo mediante el ingenio y el progreso.
Su valiosa colección personal incluye otras piezas singulares, como dos máquinas de vapor. Una de ellas fue rescatada de la azucarera de Almuñécar, cercana al palacete de La Najarra, mientras el edificio era desvalijado; fue lo único que se logró salvar. A la segunda máquina, corazón de la Azucarera de San Isidro, le tenía un cariño especial y soñaba con que algún día regrese a su antigua fábrica. Su padre fue ingeniero en esas instalaciones, que la Universidad de Granada quiere transformar en campus universitario.
Y, quizá lo más importante: Giménez Yanguas salvó por completo la Azucarera Nuestra Señora del Pilar de Motril. Inaugurada en 1883 y cerrada en 1984, es uno de los últimos ingenios azucareros aún en pie en el litoral granadino. Alberga maquinaria industrial única en Europa, con tecnología de vapor que permaneció en funcionamiento hasta su cierre. Recientemente, el Ayuntamiento restauró la nave del Tren de Molinos e incluso logró poner en marcha parte de la maquinaria, gracias a la mente privilegiada de Giménez Yanguas.
En Granada todos lo asocian con la historia y conservación de los tranvías, así como con las máquinas de las azucareras desaparecidas.
En ese contexto, el profesor Giménez Yanguas también logró recuperar la histórica rotativa del diario Patria, una joya que inicialmente consiguió instalar en terrenos de la Universidad, aunque finalmente acabó en la chatarra.
Tras su incautación durante la Guerra Civil, la rotativa había pertenecido al periódico republicano La Voz de Guipúzcoa, que la adquirió de la empresa alemana Koenig-Bauer. A finales de agosto de 1939, la máquina fue trasladada a Granada para sustituir a la antigua Marinoni con la que se imprimía Patria. Su última impresión fue el 13 de febrero de 1983, día en que el rotativo fue clausurado.
La maquinaria fue inventariada y custodiada, pasando a formar parte de los fondos del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de Madrid. Sin embargo, quedó en depósito en la Universidad de Granada con la intención de exhibirla algún día en el futuro Museo de la Ciencia y la Técnica, ubicado en el Colegio Máximo de Cartuja. Allí quedó encerrada en una habitación cuando el edificio pasó a albergar la Facultad de Biblioteconomía y Documentación. Con la remodelación del centro en 2006, la rotativa fue finalmente desguazada.
La casa de Giménez Yanguas, en el Paseo del Salón, atesora las piezas más queridas de su legado. La casa baja, entre dos altos bloques, recuerda a la de Carl Fredricksen, el entrañable anciano de la película 'Up!' de Pixar.
Puede parecer que hoy, impulsada por una nube de globos, inicia un viaje hacia el cielo.
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