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Que España logre resultados económicos positivos este verano dependerá del ritmo al que continúe avanzando una campaña de vacunación que ya ha tomado velocidad de crucero. Lo que de forma intuitiva parece claro lo muestra por primera vez con datos un estudio que firman Miguel ... Ángel Rodríguez Molina y José Alberto Castañeda, investigadores del Departamento de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Granada (UGR), a través de una encuesta realizada entre ciudadanos de toda España a finales del mes de abril.
Según los primeros resultados de este informe, a los que tuvo acceso este periódico, la mitad de las personas encuestadas manifiesta que tiene una intención «bastante alta o muy alta» de dedicar al menos parte de sus vacaciones a realizar turismo doméstico, es decir, dentro de las propias fronteras nacionales en las condiciones actuales. Sin embargo, la cifra aumentaría de manera significativa si se llegase a la época estival en una situación de inmunidad de grupo; en concreto, en más de 20 puntos, hasta alcanzar a dos de cada tres ciudadanos (en concreto, el 66,81%). Los investigadores resumen esta brecha de una manera muy gráfica: «Es la diferencia entre un verano para sobrevivir en términos económicos o uno que pueda resultar rentable». Según los últimos cálculos del Gobierno, España alcanzará esta situación en el mes de agosto.
Pese a todo, la cifra sigue por debajo de las de un período de normalidad comparable. Por ejemplo, en un barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de junio de 2018, hasta el 76,8% de los españoles manifestaba su intención de hacer turismo doméstico. Es decir, diez puntos más que en el escenario más optimista planteado para esta temporada de verano.
La expectativa de viajar es sin embargo algo más baja entre los andaluces que la media española. Un hecho que los investigadores achacan a posibles factores «sociales o motivacionales», aunque también económicos: Andalucía es una de las comunidades más castigadas de España en términos de empleo a causa del efecto de la pandemia en sectores como el turístico y el hostelero, dos de sus grandes pulmones, en especial en provincias como Granada. Castañeda y Rodríguez Molina señalan que hay otro estudio en marcha que podrá dar respuestas más exactas a cuestiones como esta.
Los autores del estudio señalan que detectan asimismo cambios estructurales con respecto al tipo de turismo que la población desea hacer durante este verano. Entre los principales está una caída del interés en salir fuera de España, explicable por la disparidad de medidas de restricción que continúan activas en multitud de países. También notan un aumento de la preferencia por el turismo sostenible, lejos de las masificaciones y el tradicional plan de sol y playa. Asimismo, la modalidad 'slow', más centrada en disfrutar del destino completamente y con margen de tiempo, gana enteros con respecto a otros años. Castañeda y Rodríguez Molina consideran que estos resultados vienen a consolidar una tendencia que ya se venía dando antes de la pandemia pero que esta ha reforzado. «Buena parte de la población española ha interiorizado medidas como la distancia social», argumentan, «lo que va a dificultar esas imágenes de playas masificadas» tan habituales otros veranos.
En lo que respecta específicamente a la provincia granadina, estos investigadores de la UGR consideran que existe una oportunidad para reducir la presión turística en los destinos más castigados, como ocurre en algunas zonas de la capital, por ejemplo. «Probablemente durante los primeros años de recuperación tras la pandemia recibiremos menos viajeros que hasta 2019», afirman, «y se puede aprovechar ese tiempo para pensar la reordenación del territorio como activo turístico».
También se preguntó a los participantes qué tipo de medidas incentivarían ese deseo de viajar mientras siguiese habiendo pandemia. Los resultados son muy claros: las medidas que se basan en el control y el seguimiento del turista, como la realización de pruebas PCR o la necesidad de que todos los viajeros dejen sus datos personales para poder ponerse en contacto con ellos si hubiese un brote incrementan la intención de moverse. Mientras tanto, aquellas medidas que se perciben como una limitación de derechos y libertades, como el control de aforos y el toque de queda, la reducen de forma significativa. «Si la persona percibe que no va a poder disfrutar completamente de las actividades que realice en destino, será menos proclive a viajar», resumen los autores de la investigación.
El primer estudio que trata de analizar las variables que podrían convertir en rentable el verano turístico en territorios como Granada, y que firman los investigadores de la Universidad de Granada (UGR)José Alberto Castañeda y Miguel Ángel Rodríguez Molina, quiso preguntar durante la elaboración de la encuesta que sirve de base para el estudio por ese ya afamado concepto de fatiga pandémica, en dos vertientes, la informativa y la comportamental; es decir, cómo de cansado afirmaba el encuestado estar de hablar y escuchar todo el tiempo hablar sobre la pandemia, y cuánto de cumplir las diferentes medidas de restricción que se han venido poniendo en marcha en todo el país desde el 14 de marzo de 2020.
Lo que dicen los resultados es que el primer cansancio es mucho mayor que el segundo. Así lo reconocen los autores: «En cuanto a fatiga informativa estaríamos según estos datos en niveles en los que la información comienza a ser excesiva». Respecto al cumplimiento de las normas, sin embargo, afirman que se está en niveles «tolerables».
Un hecho interesante que han detectado es que la fatiga pandémica informativa incide de manera directa en las ganas de realizar actividades turísticas. Es decir, que cuanto más cansada afirma estar una persona de que buena parte de sus conversaciones diarias giren alrededor de la covid-19, más intención muestran de viajar durante el verano con independencia de las condiciones en que eso se vaya a producir.
La elaboración de este estudio forma parte del proyecto Retotur-Andalucía, financiado por la Junta de Andalucía y fondos europeosFeder, y que tiene como objetivos, entre otros, el análisis del nivel de riesgo del virus sobre el sector turístico, la evaluación del impacto de las medidas sanitarias y de impulso para el sector y cambios de tendencia probables en el mismo.
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