Entre los gestores sanitarios reside una honda preocupación ante el gran número de jubilaciones que se prevén en la plantilla de profesionales del Servicio Andaluz de Salud (SAS) en los próximos años. A la llamada generación del 'baby boom', la nacida en las décadas posteriores ... a la Segunda Guerra Mundial, le toca dar un paso lateral tras una vida entera consagrada a la salud del prójimo. Lo que va a suponer todo un quebranto en lo que respecta a la asistencia sanitaria.
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Es un problema del que muchos hablan en privado, pero del que pocos lo hacen en público: sin ambages. Entre los motivos, la indignación y la incredulidad ante la imprevisión institucional y esa falta de visión a largo plazo de los que mandan, que han dejado pasar muchas oportunidades para pilotar un cambio de paradigma en la formación de profesionales o en la misma atención sanitaria que, más tarde y más temprano, tendrá que llevarse a cabo por pura supervivencia.
De acuerdo a los datos del Sindicato Médico a los que ha tenido acceso IDEAL, entre los años 2019 y 2025 entran en edad de jubilarse (cumplen entre 63 y 67 años) casi un tercio de la plantilla de médicos que hay en Granada. En este periodo se estima que podrían jubilarse casi un millar de los más de 2.500 facultativos que entre hospitales y atención primaria ejercen hoy en la provincia. En concreto, 425 en hospitales y unos 510 en centros de salud.
Las cifras que obran en poder del Colegio de Médicos van en la misma línea. Su proyección es tan solo de tres años, hasta 2026. En este periodo cumplen entre 65 y 67 años un total de 556 profesionales que están hoy activos. Retiros que afectan a todas las especialidades, aunque a unas más que a otras. La más castigada es también la más numerosa: la Medicina Familiar y Comunitaria, donde hasta 2026 podrían dejarlo un total de 151 profesionales.
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Vicente Matas, del Sindicato Médico de Granada, explica que es difícil precisar con certeza cuántos profesionales se podrían jubilar en los próximos años, pues la horquilla en la que se permite hacerlo es variable. Sin embargo, lo hagan un año antes o uno después, el problema es real, dice, y lo peor es que se lleva desoyendo desde hace tiempo. «Nosotros llevamos diez años pidiendo que aumenten las plazas MIR (Médico Interno Residente) para paliar esta desviación que se está produciendo entre la cifra de los que se jubilan y la de aquellos que empiezan», apunta.
La dificultad, alerta él, no solo radica en la carencia de profesionales que se forman. También tiene que ver con la «falta» de estabilidad que se le ofrece a los acaban la carrera o con el incremento «enorme» de las cargas de trabajo que se soportan hoy por la pandemia. Lo que, unido a unas retribuciones «poco competitivas» con el entorno europeo o incluso estatal, hacen que el oficio de médico en Andalucía sea cada vez menos atractivo. El resultado es que cada vez son más los que quieren adelantar su jubilación. «Hace unos años esto no pasaba. Entonces nos preguntaban en el Colegio qué había que hacer para quedarse más años, mientras ahora lo que se pregunta es todo lo contrario: que cuándo pueden irse», lamenta Matas.
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Vicente matas
Colegio de Médicos
Aunque desde el sindicato reconocen que en los últimos dos años ha habido un pequeño esfuerzo de la administración para paliar estos problemas, las medidas puestas sobre la mesa no han sido suficientes para minimizar una sangría que inquieta a los que tienen que gestionar el capital humano del SAS.
Farid Muwaquet es el director médico del distrito Granada-Metropolitano. En su área, de la que dependen todos los centros de salud y consultorios de la capital y el Cinturón, organiza el trabajo y coordina al personal. Explica que el horizonte es «feo», pero aclara que no es una consecuencia de la falta de dinero, pues asegura que nunca le han puesto trabas para contratar. El problema es que no hay médicos. Las causas cree que son variadas. Menciona las plazas MIR, la Universidad o el largo periplo formativo que tiene que pasar un profesional de la Medicina hasta que empieza a trabajar.
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Mientras se solucionan o no los problemas «estructurales» que se arrastran, cree que los próximos años se podrían salvar aplicando a esta herida abierta varias curas de urgencia. Entre ellas, la captación de profesionales extranjeros, para la que opina que habría que agilizar la homologación de sus títulos, la de profesionales jubilados, a quienes habría que incentivar, o la de estudiantes recién egresados. Parches comparados con otras soluciones más profundas y a su juicio más eficaces como podría ser el hecho de liberar a los médicos de parte de la carga asistencial. Por ejemplo, favoreciendo que den un paso adelante otros profesionales como los de Enfermería.
El problema es que también está afectada por el mismo mal. Al menos eso dicen los datos recopilados para IDEAL por el Colegio de Enfermería. De acuerdo a las estadísticas, casi el 20% de la plantilla se jubila entre 2019 y 2025. En total, unos 830 enfermeros.
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Lo peor ya no es la cifra en sí, sino la tendencia que se viene observando.En los dos últimos años han crecido las jubilaciones anticipadas en 13 puntos: han pasado del 57% del total de las que se solicitan, al 70%.Para el decano de los enfermeros, Jacinto Escobar, los motivos son claros. Habla de que el «ninguneo» de las administraciones, la «falta» de personal, el «cansancio crónico, las agresiones y el hartazgo» han aumentado de manera «alarmante». Lo que hace que muchos lo dejen antes de tiempo. Algo que encima les supone un «coste económico».
Tienen que pagar un «castigo», en palabras de María. Ella tiene 62 años y quiere jubilarse ya porque ha llegado a ese momento en el que «no se puede tirar ya», dice esta mujer, enfermera de planta en uno de los hospitales de la capital. Tras 40 años de cotización lamenta que la penalicen por querer irse. Como muchas compañeras, ella no pensaba en jubilarse antes de tiempo, pues se considera «vocacional», pero le han sobrevenido unos achaques y considera que ya no puede más.
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Por eso pide relevo. Lo que no resulta tan sencillo. Desde el Sindicato de Enfermería, su portavoz en Granada, Fayna Gómez, alerta de que la edad media de la población es cada vez más elevada y que, por tanto, van a requerir en pocos años cada vez más cuidados. Una circunstancia que demandará más profesionales que los que están saliendo ahora de las facultades. Pide que se corrija este problema, al igual que también solicita que se acabe con la «precariedad» de unos contratos que encima hacen que muchos de los que terminan se 'fuguen' a otros destinos más ventajosos. Es como ver caer una tormenta perfecta sobre un sistema ya de por sí muy debilitado.
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