Granada
La insólita imagen de las cabras en mitad de Puerta Real extraída del Congreso de los Estados UnidosGranada
La insólita imagen de las cabras en mitad de Puerta Real extraída del Congreso de los Estados UnidosLos coches encaran la subida de Reyes Católicos mientras, en el sentido contrario, bajan hacia Recogidas o la Acera del Casino. Enfrente del edificio Suizo, jóvenes adolescentes se sientan en las jardineras a esperar al resto del grupo o a 'echar la tarde' mientras los turistas se toman un helado para refrescarse ante las temperaturas que ya suben en esta época del año en Granada.
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Esta es la estampa de Puerta Real hoy en día, pero hubo un tiempo en que los protagonistas no solo eran los granadinos (entonces los visitantes eran mucho más escasos), sino que los animales tenían su espacio en pleno centro de Granada.
Así se refleja en una imagen de 1895 que la cuenta de 'X' Granada Old Pics (@granadaoldpics1) se ha encargado de difundir. Lo curioso de esta fotografía no es solo ver a las cabras tumbadas plácidamente en Puerta Real, sino también de dónde se ha extraído dicha imagen: desde la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. «Según la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, 'Milk market' de #Granada en 1895, nuestra Puerta Real de siempre», apunta Francisco Ariza, la persona encargada de recoger en fotografías el pasado de la ciudad a través de esta cuenta de 'X'.
La imagen ha sido tratada desde una original estereoscópica para conseguir una mejora evidente. En ella se puede observar el edificio del Suizo con su café que le da nombre; la competencia del café Colón al inicio de Mesones; a la derecha se observa la publicidad del estudio de fotografía del gran Ayola. También se aprecia en el embovedado el desnivel, «la joroba que había», que se corrigió más adelante, cuando no había ni rastro del tranvía todavía.
Cuenta Francisco Ariza que era muy común que los animales anduvieran sueltos por el centro de la ciudad, no solo las cabras, «en Plaza Nueva, en la plaza de Mariana pineda, en la Trinidad...». De hecho, las cabras «se ordeñaban allí mismo a demanda del consumidor».
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La Granada del siglo XIX y principios del XX era una ciudad en la que convivían los cabreros ambulantes con vendedores de comida cuyo género estaba expuesto en mitad de la calle sin demasiado orden ni condiciones de salubridad adecuadas.
Según señala José González Martínez en su trabajo 'La presencia equina en la ciudad de Granada', «el mundo animalístico que pululaba por la ciudad en el pasado ocasionaría serias dificultades, lo que motivó, desde antiguo, su regulación y ordenamiento». En concreto, las ordenanzas, en lo que se refiere a los equinos en particular del siglo XIX y el XX, establecieron formas y lugares de ir las caballerías, concretaron sus andaduras, paso y trote, según las vías urbanas; prohibieron la doma de caballos en sitios públicos y obligaron a que las «bestias de carga» llevaran cencerros, campanillas o cascabeles que las hicieran notar a su paso.
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Cuando tuvieron que coexistir con los nuevos adelantos mecánicos (tranvías eléctricos y automóviles), la situación se complicó, en detrimento del animal.
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