C. L.
Domingo, 3 de noviembre 2024, 14:09
El éxito del Bar Ávila de Granada es innegable. Las colas a las puertas de sus dos establecimientos en el centro de la ciudad son una constante casi a diario. Tanto que ya se están empezando a ver incluso horas antes de que se abra el local hostelero. Este sábado, sin ir más lejos, en el Ávila I había gente esperando desde las 18.30 horas para poder entrar a degustar una de las tapas de su carta, cuando la hora de apertura es las ocho de la tarde, aproximadamente.
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La necesidad de dar el mejor servicio a sus clientes llevó a los propietarios del negocio a encarar una compleja y ambiciosa reforma de su mítico bar de la calle Verónica de la Virgen, que lleva funcionando desde 1967. El 14 de septiembre reabrió con un local reformado que mantiene la esencia de la mítica cafetería que abrió el abuelo Ávila con toques más modernos en el que duplicaron las mesas. El éxito se ha mantenido e incluso ha crecido.
El Ávila, como todo el mundo lo conoce, sigue siendo un negocio familiar que ahora lideran los hermanos Juan Miguel y Fernando. Ambos tomaron las riendas del Ávila II en 2014 y de ambos locales en 2019, cuando sus padres decidieron dejar paso a la nueva generación definitivamente. Ellos le han dado el impulso para dar ese salto exponencial a un negocio que siempre ha funcionado a base de esfuerzo y de intentar entender y atender las necesidades de sus clientes.
El negocio arrancó en 1967 de la mano de Juan Rafael Ávila. En 1985 fue su hijo Miguel, junto a su mujer, Josefa, los que tomaron el relevo hasta dejar paso a sus hijos. El nuevo cartel tras la reforma recuerda sus raíces a los visitantes antes de cruzar la puerta: 'Casa Ávila. Los de siempre'.
Hace unos meses, cuando reabrió el Ávila I, uno de sus dirigentes, Juanmi Ávila, reconoció, ante las colas que se generaban, que «es una pasada». Tras terminar la reformar de su segundo local, en la calle San Isidro, a escasos metros del primero, el éxito continua.
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Ahora, con una plantilla que se ha duplicado tras la reforma de ambos locales, son capaces de seguir atendiendo a sus clientes con la misma cercanía de siempre. «Ahora vienen a tomarse algo al bar los nietos de nuestros primeros clientes, y eso es una maravilla», cuenta Juanmi.
Entre os secretos de su éxito, además del trato al cliente, está su amplia carta de tapas y raciones y, entre ellas, destacad el famoso jamón asado, que se ha convertido en un gran reclamo tanto para los locales como para los turistas, hasta el punto de que llegan a vender alrededor de ocho jamones al día.
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