El Instante Preciso es el nombre de la escultura situada en la cornisa superior de la fachada principal del consistorio granadino. Representa un jinete montado a la grupa de un caballo sustentado sobre tres de sus patas, cada una apoyada sobre una esfera dorada. El ... caballero guía al caballo con su mano izquierda, mientras que en la derecha soporta una cuarta esfera dorada, simbolizando en términos de armonía, al equilibrio y la oportunidad en uno de esos momentos irrepetibles que a veces se dan en nuestras vidas.
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Bajo esa escultura, en estos días estamos viviendo en Granada un ambiente dado en muy pocas ocasiones; pues podría decirse, sin exageración, que la ciudad entera respalda a la candidatura para acoger en ella la sede de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA).
Nuestra propuesta no se ha improvisado con urgencia para concurrir a un concurso que nadie preveía, ya que en Granada llevamos trabajando en Inteligencia Artificial (IA) desde hace mucho tiempo. Más de cuarenta años. De hecho, antes de que por vez primera apareciera en 1984 en el panorama científico español la IA de manera oficial, aquí llevábamos ya varios años estudiándola y produciendo resultados que lograron una repercusión nacional e internacional que todavía hoy no solo se mantienen sino que alcanzan niveles de excelencia.
La creación en Granada del primer Centro Español de Investigación en IA se propuso en 1986, pero no llegó a nada; quizás por no ser aquel su «instante preciso». En años sucesivos vinieron a nuestra ciudad desde Japón el profesor Sugeno, del Instituto Tecnológico de Tokio, y el profesor Yamakawa, del Instituto Tecnológico de Kyushu, para proponer que se instalaran aquí las sedes europeas de sus respectivos centros, aportando ellos toda la financiación, a cambio de que se les facilitara un lugar físico donde ubicar dichos Centros. De nuevo ambos proyectos no fructificaron: eran ya dos las ocasiones que suponemos no debieron llegar en buen momento.
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Más adelante, en 1996, con motivo del nombramiento como doctor honoris causa del profesor Zadeh, de la Universidad de California en Berkeley (EE UU), fue él quien insistió en proponer la creación en Granada del Centro Europeo de Investigación en IA. Era una idea con una enorme proyección económica por su trascendencia científica y tecnológica, pero se quedó en bosquejo, pues de nuevo no era la ocasión oportuna.
Podríamos seguir relatando las oportunidades perdidas en torno a la IA en Granada, para así comparar lo que sin justificación se nos ha negado, frente a lo conseguido por otros lugares sin explicación o sin necesidad; pero sería estéril a estas alturas, sobre todo cuando las fortalezas de nuestra candidatura son incontestables por tres razones principales: nuestro difícil contexto socioeconómico, que la llegada de AESIA ayudaría a mejorar en gran medida, el gran talento que hay en torno a la IA en nuestra Universidad y el potente ecosistema que hemos sabido construir en los últimos años para las TIC.
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La escultura del Ayuntamiento simboliza esas tres fortalezas con las tres esferas doradas sobre las que reposa nuestra candidatura, dando estabilidad a la cuarta esfera dorada que transporta el jinete en su mano: la AESIA, que se ofrece al mundo desde Granada. Todo lo pasado, lejos de lamentarlo y criticarlo, dejémoslo a la cola del caballo para olvidarlo, porque este es el Instante Preciso. Nuestro Instante Preciso para mirar al futuro con ilusión.
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