Investigan si el abuelo de Huétor Tájar mató a los niños poco después de atrincherarse

El trágico suceso arrancaba en realidad dos meses antes, cuando el abuelo conducía su coche en dirección a Huétor Tájar y sufría un accidente. En el turismo viajaban el hombre, su esposa –abuela de los niños–, la hija de ambos y los dos nietos. La abuela y la madre de los chicos perecieron. Y el abuelo no volvió a ser el mismo.

El fatal accidente de tráfico había ocurrido justo dos meses antes. Los vecinos del pueblo señalan que desde el siniestro, el hombre se había mostrado cada vez menos hablador. Se culpaba por lo ocurrido. Al hombre se le había retirado de forma cautelar el carné de conducir.

Al parecer, la relación con su yerno y padre de los niños se había enfriado desde entonces. Y el domingo por la tarde tuvieron una discusión. El abuelo llegó a encañonar al yerno con su escopeta de caza, para la que tenía licencia. El hombre tuvo que salir huyendo ante el temor de que llegara a dispararle. Pero los niños se quedaron con el abuelo.

Los familiares avisan entonces al 112 de Emergencias, que activa a Policía Local y a Guardia Civil, además de a servicios sanitarios. Acuden los agentes de la zona y de la Policía Judicial del instituto armado. Pero ante el perfil del hombre y el hecho de que hubiera dos niños que estaban en riesgo, se activa también al grupo de élite de la Guardia Civil, que tiene base en Madrid. La Unidad Especial de Intervención se desplazó de forma urgente desde la capital hasta Huétor Tájar. El padre de los niños sigue por allí, pasa toda la noche en vela con ellos, preocupado por sus hijos, asistiendo impotente al operativo que trata de sacarlos con vida.

Una vez que el hombre se atrinchera en la vivienda, llega a hacer un par de disparos desde el balcón de la vivienda, tras lo que se encierra en la casa a cal y canto. Esos disparos llegan a oírlos los vecinos, que empiezan a ver el revuelo de agentes en torno a la casa de la calle Alfredo Nobel.

Poco después del aviso al 112, el mayor de los niños llama a su padre desde el móvil del abuelo para pedirle quedarse a dormir en casa de los abuelos, que está en el mismo edificio que su vivienda. El padre le pide que deje que le vea un médico primero, porque todavía tiene la pierna escayolada por las secuelas del accidente de tráfico. Los niños no parecen nerviosos en ese momento, según señalaron fuentes de la investigación. Pero es la última vez que se sabe algo de ellos. Después de eso, ya solo se puede hablar con el abuelo, según ha podido saber este periódico de varias fuentes cercanas al caso. Nadie accede a la vivienda y el hombre baja las persianas e incluso apaga las luces. No se puede ver lo que ocurre en el interior.

La Unidad Especial de Intervención, el equipo de élite del instituto armado, llega durante la noche al lugar. Acuden con negociadores y con interventores. Una vez allí, tratan de ganar tiempo para que salgan con vida los tres. Trabajan con la hipótesis de que están los tres vivos y tratan de dialogar con el hombre.

Pero durante la madrugada hay un momento en el que deja de comunicarse con ellos. Ocurre unas horas antes de que la unidad decida entrar. Sobre las 5 de la mañana se comunica por última vez. Dice que va a preparar a los niños para ir al cole. Ya no hay más contacto y no se oye nada.

Sobre las 8.30, los agentes de la Guardia Civil usan carga explosiva para echar la puerta abajo. Posiblemente son las detonaciones que escuchan los vecinos a esa hora, porque desde que llegan los agentes de Guardia Civil no se oyen más disparos. Fuentes cercanas a la investigación explican que «la casa está blindada, bunkerizada, no se oye nada de lo que pasa dentro».

Una vez que entran, los agentes encuentran ya los tres cuerpos sin vida. Según señalaron fuentes del caso, el hombre no se disparó justo cuando entraba la Guardia Civil, sino que llevaba ya tiempo muerto cuando acceden. Trabajan con la hipótesis de que los tres llevaban ya horas muertos cuando los agentes acceden al interior. Será la autopsia la que ratifique la hora exacta de la muerte, pero sospechan que a los niños los mató al poco de que hicieran la llamada a su padre. A los niños los encuentran a cada uno en una habitación. Uno de ellos presenta heridas de disparos, el otro no, manejan que pudo morir asfixiado.

Pasadas las 9 de la mañana, y aunque inicialmente hubo algunas informaciones confusas, se confirma el peor de los presagios. Cuando acceden los agentes, los tres están sin vida. El hombre habría acabado con la vida de sus dos nietos y posteriormente se habría suicidado con su escopeta.

El levantamiento de los cuerpos se produce pasadas las 12.00 de la mañana y los agentes de Policía Científica siguieron en la zona recabando más datos para tratar de esclarecer los hechos.

Los vecinos no salen de su asombro y son muchas las escenas de dolor de los familiares que se acercaban por la zona al conocer lo ocurrido. Al padre de los niños tienen que atenderlo en un hospital tras conocerse el desenlace.