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La Guardia Civil de Tráfico de Granada ha arrojado luz sobre el accidentado viaje de un autobús de transporte público que dejó tras de sí ... un reguero de coches destrozados y dos personas heridas, un desconcertante suceso que ocurrió la mañana del pasado 10 de julio. Aunque en ningún momento llegó a ser detenido, los investigadores del instituto armado ha concluido que el chófer pudo cometer, presuntamente, los delitos de conducción temeraria, lesiones por imprudencia y abandono del lugar del siniestro, según confirmaron a IDEAL fuentes de la propia Benemérita. Es lo que ha recogido la Guardia Civil en un atestado en el que cataloga al sospechoso como investigado. No obstante, será la justicia la que dirá la última palabra.
Los agentes han imputado los cargos a conductor después de interrogarlo y recopilar pruebas y testimonios sobre el terreno.
La sucesión de choques comenzó media hora después de que el autocar saliera de las cocheras para cubrir la línea entre Granada, Fuente Vaqueros, Valderrubio, Escóznar y Obéilar,
Treinta o cuarenta minutos después de la partida, llegó un aviso: el bus en cuestión había sufrido un percance y requería ayuda. Pero el alcance del suceso era mucho mayor de lo esperado. El vehículo, que iba sin pasajeros y pertenece a una empresa privada que trabaja para el Consorcio de Transportes de Granada, había colisionado con al menos cinco automóviles estacionados en las distintas calles de Valderrubio y Escóznar; y con un sexto turismo que estaba en marcha y circulaba por la carretera que une ambos municipios, un percance en el que dos personas sufrieron heridas leves. Los lesionados fueron una mujer de 25 años y un hombre de 29 que fueron trasladados hasta el Hospital de Neurotraumatología Virgen de las Nieves para ser sometidos a una serie de pruebas.
Después, el chófer, presuntamente, habría abandonado el autocar a la carrera, pero, poco después, fue localizado por las fuerzas de seguridad. Agentes municipales de Láchar, Chauchina e Íllora, que participaron junto a la Guardia Civil en el dispositivo para encontrar al conductor, mediaron para que este se presentase voluntariamente en la comisaría más próxima, a lo que accedió. No fue formalmente detenido. A partir de ese momento, los especialistas de la Guardia Civil de Tráfico se hicieron cargo de las pesquisas para tratar de esclarecer lo sucedido.
El fruto de esas indagaciones es que los expertos del instituto armado han hallado indicios de que el chófer pudo, supuestamente, cometer los delitos de conducción temeraria, lesiones por imprudencia y abandono del lugar del siniestro,
Los test de drogas y alcohol dieron un resultado negativo, es decir, que el investigado no había bebido ni había consumido sustancias estupefacientes, según informó la propia Guardia Civil.
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