En una de las plazas del barrio del Raval, uno de los barrios más afectados por la DANA en Algemesí, Valencia, un grupo de voluntarios granadinos saca paladas de barro a destajo. El esfuerzo es absoluto y, de vez en cuando, hay que descansar. Todos menos Isa, que no para. Es un torbellino. «Chica, ¡qué valiente eres! ¡Cómo trabajas!», le dice una vecina del municipio, tan agradecida como emocionada. Isa sonríe levemente, agarra la pala y sigue currando.
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Lo de Isa es pura inspiración. Sobre todo porque tiene 16 años. Isabel Baca Baier estudia primero de bachillerato y juega al baloncesto en el Fundación CB. «Me gustaría ser arquitecta paisajista… o jugar al baloncesto profesional. Me encanta».
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José E. Cabrero
«Y juega con la misma pasión que trabaja», guiña su hermano, Arturo, que tiene una empresa de jardinería en Monachil. Lo cierto es que ambos están aquí por una de esas carambolas del destino. Y no están solos, también han venido sus padres a trabajar, aunque ellos están con el equipo sanitario.
«Nosotros a trabajar y ayudar todo lo que podamos, que para eso hemos venido», dice Isa que, aunque ella no quiera ningún título, es todo un ejemplo de esa juventud que sí que mueve el mundo. «Había que lanzarse», sonríe, pala en mano.
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