![José Luis Castillo, un periodista brillante y una persona irrepetible](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2024/08/23/kastillo-k81G-U2201040970847AuE-1200x840@Ideal.jpg)
José Luis Castillo, un periodista brillante y una persona irrepetible
José Antonio Lacárcel
Jueves, 22 de agosto 2024
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
José Antonio Lacárcel
Jueves, 22 de agosto 2024
La noticia llegó como golpe terrible, como uno de esos ataques asestados a traición. La noticia no me la esperaba y quería hacerme la ilusión de que no era cierta, de que no podía ser cierta. Comunicada por una compañera de IDEAL, supuso un golpe dolorosísimo, se convertía en algo que el subconsciente se negaba a admitir. Pero por desgracia era una noticia bien cierta, era una realidad por más que los mecanismos de defensa que tiene el ser humano intentaran negarse a admitirla: José Luis Castillo Rodríguez, el brillante periodista, el entrañable Kapotiyo de las jugosas crónicas taurinas, el inimitable Kastiyo de los comentarios políticos, de los comentarios de actualidad, el periodista de limpia y fina ironía, de humor exquisito y que no estaba al alcance de todos, había muerto. Sí, así de tremendo y de real.
José Luis Castillo, toda una brillante referencia del periodismo granadino, había muerto. Y uno, en su ridícula obcecación, todavía se negaba a admitirlo. Si no puede ser. Si el martes le mandé un wasap con comentarios más o menos irónicos, más o menos pesimistas, sobre la realidad social y política que estamos viviendo en España durante estos tiempos...
Y un mundo de tristeza, una nube de dolor y melancolía que se apodera de nosotros, que nos hace revivir tantos y tantos momentos saboreados en la compañía de quien fue un gran maestro en el periodismo, pero sobre todo un amigo entrañable, como un hermano mayor al que a veces intentaba imitar infructuosamente, porque él marcaba un estilo personal, único.
Porque sus comentarios, porque sus crónicas, porque esos inigualables chispazos periodísticos en los que glosaba brevemente todo un mundo de informaciones y de opinión, ese estilo personalísimo era solamente patrimonio suyo, patrimonio para que los demás, los que éramos sus lectores, disfrutáramos con ese estilo elegante, sobrio, lleno de fino humor y a veces de amarga tristeza, ante la realidad de unos acontecimientos que tenía que glosar, pero que no siempre le gustaban.
Qué difícil resulta intentar trazas una semblanza de la personalidad humana y periodística de esta singular persona que tanta importancia ha tenido y tiene en el devenir cotidiano, en el devenir cultural, de una ciudad, la suya, a la que siempre intentó servir honestamente, aportando la riqueza de una prosa fluida, elegante, concisa. Y vuelvo a insistir, una prosa en la que se daban la mano, se amalgamaban la fina ironía, la crítica acertada y una ternura que siempre estaba presente en sus escritos y, lo que es más importante, en su vivir de cada día.
José Luis era elegante, tenía ese poso de calidad que muchas veces hemos asociado –un poco neciamente– a los aristócratas ingleses. José Luis era hombre de trato muy afable, tolerante pero con una tolerancia que no implicaba nunca que tuviera que abdicar de sus convicciones y de sus lealtades. Porque siempre fue un hombre íntegro y leal que hizo de la amistad una verdadera religión.
Recuerdo que un día de verano me llamó a la Cope, donde yo trabajaba como redactor, para tener una entrevista: era el ofrecimiento de ocupar una plaza en la redacción de Patria. Y pasé a trabajar a sus órdenes. Nunca tuve un jefe de sección más asequible, con las ideas muy claras y haciéndonos ver el por qué de las cosas. Sabía mandar sin que se notara. Desde el primer momento fue un amigo y un apoyo claro y decidido en aquella redacción de la que tantos y tan hermosos recuerdos guardo. Aquellos compañeros como Ike Seijas, Juan Bustos, Rafael Gómez, Nono Hidalgo, Guillermo Soria, Francis Romacho, José Luis Codina, José García, el gran Pedro Barrionuevo, Manolo Saucedo, Daniel Saucedo, Juan José Porto...
José Luis fue una referencia en la vida cultural granadina. Casado en la pianista Maribel Calvín, fue fundador de Juventudes Musicales, junto a personas como Antonio de Haro, Ruiz Palomino, López Cobos, etc. Fue coautor de la mejor historia del Festival de Granada, y siempre fueron de destacar sus acertados comentarios en materia musical.
Ha sido un hombre irrepetible. Un gran profesional, un gran maestro, un amigo de excepción. Nunca nos acostumbraremos a su ausencia. Siempre, siempre estará vivo en nuestro cariño y en nuestro recuerdo. Descanse en paz.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.