Imagen de los incidentes en Neurotraumatología la semana pasada. Ideal

El joven del motín de 'Trauma' fue condenado por atracar un bar y huir con la caja registradora

Un juzgado le impuso una pena de cuatro años de prisión que no habría cumplido y por eso acabó en prisión tras la revuelta del hospital

Carlos Morán

Granada

Jueves, 5 de diciembre 2024, 00:27

Los dos atracadores aparcaron la motocicleta frente al bar y uno de ellos desenfundó una pistola de fogueo. Acto seguido, irrumpieron en el local y, tras intimidar a un empleado, escaparon en la moto con la caja registradora del negocio de hostelería.

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Ocurrió la madrugada ... del 4 de mayo de 2018 en Granada y, según una sentencia judicial, uno de los dos asaltantes fue el joven al que intentó liberar una turba la semana pasada cuando fue llevado por la Policía Nacional al Hospital de Neurotraumatología de la capital para ser atendido de una lesión que, presuntamente, se había causado él mismo.

Gas pimienta

De hecho, fue encarcelado precisamente porque tenía pendiente de cumplir la condena de cuatro años de prisión que le impuso un juzgado de Granada por el asalto a la taberna. Acumulaba más 'marrones', tal y como desveló IDEAL en su edición de ayer, pero ese fue el que determinó su ingreso en la penitenciaría de Albolote el viernes 29 de noviembre, 48 horas después de que fracasara un motín de unas 70 personas que, supuestamente, pretendían ayudar al sospechoso a fugarse de 'Trauma'. No lo lograron, pero llegaron incluso a utilizar gas pimienta para generar la mayor confusión posible en el centro sanitario.

Aparatoso 'hito'

Fue un 'hito' más, seguramente el más aparatoso, en la trayectoria delictiva de un granadino de solo 29 años, pero con un abultado historial de encontronazos con la ley, caso del robo con violencia a un bar que se narra al comienzo de esta información y que sirvió para que ahora esté entre rejas. Aquel fue un golpe rocambolesco. Tras hacerse con la caja registradora del establecimiento, el joven se fue a su casa sin percatarse de que la Policía Nacional le pisaba los talones. Instantes más tarde, los agentes que le habían perseguido llamaron al timbre de la vivienda y el sospechoso y su compinche huyeron por un patio interior.

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Sin embargo, y según el relato de los hechos que recoge la sentencia condenatoria, dejaron en el piso el botín, es decir, la caja registradora, la pistola y las capuchas y las prendas que, presumiblemente, habían usado para perpetrar el atraco.

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