Dijeron que creían que viajaban a Granada para trabajar, pero, en realidad, iban a ser obligadas a transportar drogas. Y se negaron a hacerlo. A partir de ese momento, fueron retenidas a la fuerza en un piso de la calle Álvarez Pelayo de la capital, que está en las inmediaciones del Hospital de Traumatología.
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Tras permanecer varios días encerradas en la vivienda en cuestión, al parecer, las presuntas víctimas, ambas de nacionalidad extranjera, habrían conseguido darse a la fuga, agregaron los medios consultados por este periódico.
Ya en la calle, se toparon con un hombre al que rogaron que llamase a la Policía antes de que sus captores se dieran cuenta de que se habían evadido. El viandante accedió y se desencadenó una operación para tratar de aclarar el extraño suceso.
La huida se habría producido este pasado viernes y, el sábado por la mañana, un amplio dispositivo policial tomaba el lugar de los hechos para registrar el inmueble e iniciar las pesquisas policiales.
Las dos supuestas víctimas acompañaron en todo momento a los agentes de la Policía Nacional encargados de llevar a cabo las indagaciones.
Como quiera que en el operativo también participaron los Bomberos de Granada, fue imposible que pasara desapercibido para el vecindario.
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Efectivamente, las personas que residen en Álvarez Pelayo, en el barrio de la Cruz, observaron el movimiento que agitó la mañana del sábado. Coches de la Policía Nacional aparcaron en la estrecha calle por la mañana para investigar un presunto secuestro.
Las dos supuestas víctimas, ambas jóvenes, relataban a los agentes lo sucedido en el piso mientras agentes de la Policía Científica entraban y salían del inmueble para recoger pruebas. Para entrar en el apartamento, situado en una segunda planta del edificio, la Policía requirió los servicios de Bomberos de Granada, que entraron bajo mandato judicial al citado piso. Una vez que accedieron al interior encontraron el alojamiento vacío.
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Los vecinos de la zona explican que el piso suele estar alquilado por periodos cortos de tiempo, menos incluso que un curso universitario.
En este sentido, señalaron que lo normal es que hubiera mucho movimiento de inquilinos y, a veces, según relataron, también se escuchaban ruidos provenientes del interior del inmueble. Tras el paso de la Policía, el piso quedó vacío.
Entre los propios residentes de Álvarez Pelayo circulaba la versión de los hechos que habrían ofrecido las supuestas víctimas, que habían venido a España para trabajar, pero, nada más llegar, los supuestos empleadores les ordenaron que hicieran un porte de droga, a lo que ellas se negaron. La Policía investiga estos hechos.
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