La Junta decreta un toque de queda nocturno para Granada y su Cinturón

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En resumidas cuentas, el Ejecutivo andaluz quiere restringir de forma radical los movimientos de los ciudadanos por la noche. Concretamente, entre las once y las seis de la madrugada, tramo horario en el que solo se podrá pisar la calle para lo estrictamente necesario. Para saber quien podrá o no hacerlo y en qué casos, habrá que esperar a la publicación –previsiblemente hoy– de este decreto a través del Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), donde también figurará la fecha de entrada en vigor de esta nueva medida así como su periodo de duración.

Ni el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, ni tampoco el portavoz del equipo de gobierno autonómico, Elías Bendodo, dieron ayer más detalles sobre una medida que por el momento solo se aplicará en España en Granada capital y los 31 municipios de su Área Metropolitana. Y se hará así si el TSJA ve convenientedar su aval a esta limitación radical de los movimientos de los ciudadanos.Aguirre explicó que lo que esperan en la Junta es directamente la ratificación de esta decisión, pues están convencidos de que el Alto Tribunal andaluz dará las garantías legales necesarias para que se pueda poner en marcha. Y dijo estar seguro porque antes de decretar esta resolución lo primero que ha hecho es consultarle a su gabinete jurídico, que habría emitido ya un informe favorable.

De todo ello habló ayer en el curso de la rueda de prensa celebrada por la mañana tras el Consejo de Gobierno andaluz, que tuvo lugar horas antes de que se reuniese el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de España. El él se acordó un marco de criterios comunes para todo el conjunto nacional pero se dio vía libre a las comunidades para que adopten las medidas que estimen oportunas.

El Consejero de Salud y Familias quiso ayer desmarcarse de las decisiones que adoptó este órgano. «Nosotros iremos a nuestra propia velocidad y actuaremos con la máxima prontitud posible», señaló Jesús Aguirre, que se mostró muy preocupado por la dinámica rectora de una pandemia que se está cebando con Andalucía, en general, y con Granada en particular.

En los últimos días los positivos diarios en la provincia alcanzan cotas inimaginables tan solo hace un mes; las muertes crecen de forma devastadora (se contabilizaron once solo ayer); y las hospitalizaciones están en niveles parecidos ya a los días más duros que se padecieron durante la pasada primavera. Y lo peor es que no hay visos por el momento de que la situación mejore. Las autoridades sanitarias de la provincia exigen medidas más drásticas de las que se han tomado ya, que por otra parte han sido más duras de las que se habían aprobado hasta ayer en cualquier otro punto de Andalucía.

Entre ellas destaca el recorte casi total de la actividad quirúrgica en los centros hospitalarios de la capital; la restricción horaria para que los bares no puedan recibir a nadie más allá de las diez de la noche; o la que ha sido más polémica: cerrar por decreto las aulas de la Universidad de Granada.

Precisamente en el Consejo de Gobierno se dio ayer luz verde a prorrogar la suspensión de la docencia de tipo presencial en la UGR, donde se suponía que los alumnos podían volver ya el próximo lunes, día 26. La Junta de Andalucía anunció, dentro de las nuevas medidas de prevención anticontagios, la extensión de esta prohibición durante diez días más, por lo que los estudiantes continuarán con su formación telemática.

Cabe recordar que desde el pasado día 15 de octubre los más de 50.000 estudiantes de grado y postgrado de la institución universitaria granadina no acuden a las aulas de las facultades y escuelas de la ciudad de la Alhambra. La UGR informó ayer de que la Administración autonómica les había comunicado que se mantienen las mismas restricciones en cuanto a servicios que entraron en vigor el pasado 13 de octubre. Esta suspensión afecta a los títulos de grado, máster universitario, ya señalados, y a los títulos propios y formación permanente.

En cuanto a las pruebas evaluativas de carácter presencial ya programadas, estas se posponen diez días más. Continúa la presencialidad, en cambio, en casi todas las prácticas que son consideradas insustituibles y no prorrogables. Informa: Andrea G. Parra.