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Laura Ubago
Granada
Lunes, 9 de enero 2023, 00:12
La Junta ha pedido al Ayuntamiento de Granada una ofensiva contra las mercancías en calles y fachadas del conjunto histórico. Desde la Delegación de Cultura ... solicitan al Consistorio que, a través de sus competencias en materia de ocupación de vía pública, ponga freno a esta cascada de productos que atosigan a los peatones, en algunas zonas, y que taladran y dañan las portadas de los edificios protegidos, en otras.
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Las calles Elvira y Calderería Nueva y Vieja son peculiares por su aspecto de zoco que, ahora, se está yendo de las manos, después de que se produjese una intervención que cortó este tipo de dispendios decorativos en 2018. La presencia de bolsos en las fachadas, banderolas y rótulos diversos son susceptibles de sanciones administrativas que impone el Ayuntamiento. Así, los que se pasan, se enfrentan a una sanción y a tener que corregir estos excesos.
Desde Cultura explican que los planes especiales de protección, que tienen barrios como el Albaicín, el Realejo o el Centro, no han impedido que en numerosas zonas como Elvira, Cuesta Gomérez, calle San Jerónimo, Calderería o Alcaicería prolifere, «cada vez con mayor incidencia», la exhibición de mercancía en la vía pública o suspendidas sobre las fachadas de los inmuebles catalogados. «Esta situación se concreta en el montaje de instalaciones como toldos, luminarias, estanterías y otros elementos metálicos, que constituyen un auténtico foco de deterioro del BIC» que, Fernando Egea, delegado territorial de Cultura, teme «que pueda llegar a ser irreversible».
Según explica el delegado, este menoscabo de la imagen urbana de la ciudad se concreta en mercancías tapando las fachadas de los inmuebles protegidos por los planes especiales, suspendidas de los balcones o ventanas y elementos ocupando las aceras dificultando incluso el tránsito de personas y la posible evacuación de las vías públicas.
Fernando Egea recuerda que, si bien hace algunos años se adoptaron medidas al respecto poniendo «un poco de orden» en la situación, estas se han ido diluyendo con el paso del tiempo, por lo que «es indispensable una nueva actuación municipal al respecto».
«Los vecinos denunciaron con insistencia la situación en la Delegación Territorial, pero las competencias para intervenir corresponden al área municipal de Ocupación de la Vía Pública, que es la que tiene que vigilar el cumplimiento de las condiciones de venta de estos locales y la ocupación de las calles», manifesta el delegado de Cultura.
Egea indica que así se ha expuesto en la comisión municipal de seguimiento de los planes especiales ante la denuncia vecinal de esta situación. El delegado asegura que «no es lógico que haya vecinos o comerciantes de los conjuntos históricos que cumplen con las normas y esperan pacientemente su autorización administrativa para hacer obras, a veces muy menores, en su casa o local, mientras que ven cómo hay comercios que no respetan un patrimonio histórico cuyo cuidado parece recaer solo en los ciudadanos que actúan diligentemente».
Por eso, desde la Delegación de Cultura solicitan la intervención urgente y activa del Ayuntamiento de Granada para evitar que una situación que empezó siendo minoritaria acabe convirtiéndose en generalizada. «Aunque solo sea por el respeto a nuestro patrimonio y también a los ciudadanos que sí respetan las normas, habría que revertir esta situación», apunta Fernando Egea.
raquel ruz
Concejala de Movilidad
En cuanto a la gestión del Ayuntamiento sobre este asunto, la concejala de Movilidad, Raquel Ruz, manifiesta que la Junta «llega tarde», porque ya están llevando acciones para controlar la mercancía en la calle desde el anterior mandato. «Con el PP en el gobierno municipal fue un desastre y ahora estamos poniendo orden a esta situación».
La concejala indica que ahora tienen más control que nunca sobre la vía pública y que saben conjugar la actividad económica de la hostelería o los negocios con el bienestar de los ciudadanos. «Hemos aumentado los controles a las terrazas y también a las mercancías de establecimientos en zonas como Alcaicería y Calderería», expresa la edil responsable de la ocupación de la vía pública.
Raquel Ruz recordó que han sido los primeros en definir algunas zonas libres de terrazas y que también controlan este tipo de negocios, que ahora les pide Cultura. «Me parece genial que por fin se tomen esto en serio pero nosotros ya estamos actuando y damos cuenta de ello porque estas acciones son públicas», apunta.
La concejala añade que estos negocios tienen la complejidad de que van cambiando persona gestora con frecuencia y que, además de controlar e intentar que se subsanen las cosas incorrectas, aportaron en su día una solución en positivo como son los expositores desplegables, que se cierran. «El gobierno del PP tenía manga ancha y ahora nos piden a nosotros que nos encarguemos de algo que ya hacemos», puntualiza.
En 2018, el Ayuntamiento de Granada con Miguel Ángel Fernández Madrid al mando de la Concejalía de Urbanismo, lanzó una ofensiva contra estas ocupaciones de la vía pública. En aquel mes de octubre, a 70 negocios les notificaron que incumplían las normas urbanísticas. Más de una decena se tradujo en sanciones económicas.
Habían pasado dos años de amagos en los que se consensuó hasta las medidas de los carteles que se podían lucir, las ubicaciones, los centímetros de superficie y todo lo que tiene que ver con la actual selva de rótulos y banderolas, toldos y toldillas, barras, rejillas, perchas y enganches que llegan a cubrir fachadas y paredes completas de calles tan señeras como Elvira y las Caldererías, la Vieja y la Nueva.
En el verano de 19, y a pesar de todo esto, tanto Calderería como calle Elvira volvieron a llenarse de cachivaches y de telas de colores que, en algunos casos, llegaron a cubrir los bajos donde se encuentran los negocios y los pisos superiores.
El concejal del PP, César Díaz, informó en 2021 de una normativa a la que le habían dado un impulso. En el proyecto se fijaban los criterios de estos expositores, que serían de hierro y con una celosía 'tipo Alhambra', que permitirán plegarse en la propia fachada de forma que no se 'coman' mucha calle y tampoco ocupen más de la superficie de la fachada de cada negocio.
Ahora Cultura pide al Ayuntamiento que comience una nueva ofensiva por el desorden y por el deterioro al que están expuestas las calles y edificios de las zonas protegidas por los planes especiales.
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