El kiosquero de Plaza Nueva que fue agredido en septiembre reparte dos quintos premios

El propietario del quiosco Chalo, Francisco Bartolomé, ha indicado emocionado que, aunque no sabe a quién lo ha podido vender, le contenta con saber que el premio, que ha salido antes de las 9,30 horas, haya «hecho» feliz al agraciado, después de «dos años muy duros», en referencia a la pandemia del coronavirus.

Pero esto es ya agua pasda en un día en que las nubes no dejan de arrojar agua sobre la ciudad de Granada. «La lluvia es buena, dice Paco desde su quiosco. Ya iba haciendo falta», añade. Pero todavía eran las once de la mañana y quedaba mucho sorteo de Navidad por delante. «No os vayáis muy lejos, que todavía tenéis que volver porque todavía nos da tiempo a vender otro gran premio más».

La profecía se cumplió, cuatro horas después, sobre la una y cuarto del mediodía, el kiosco de Plaza Nueva repartió otro pellizco. Esta vez, otro quinto premio, el número 89109, con 6.000 euros. El boleto ha sido una apuesta de máquina

El quiosco de Plaza Nueva es uno de los más antiguos de toda Granada, y ha repartido muchos premios en quinielas y diversos sorteos. Esta vez, aunque la cuantía repartida este año es anecdótica, el kiosco de Plaza Nueva ya dio un quinto premio hace dos años, un segundo, y una «aproximación al primero» anteriormente, ha contado.

El primer número fue cantado a las 9,23 horas horas en el quinto alambre de la primera tabla, momento en que en Plaza Nueva, padre e hijo se fundieron en un cariñoso abrazo. «A mi hijo le abrieron una brecha en la cabeza, a mí me rompieron tres costillas», recuerdan ahora la triste agresión que sufrieron este mismo año 2021, que ahora se enjuaga «porque hemos podido repartir un poco de felicidad».

El incidente ocurrió en septiembre. Como consecuencia, Paco Bartolomé, el dueño del quiosco de Plaza Nueva, se tuvo que recuperar de la fractura de tres costillas después de la agresión recibida el jueves día 30 de septiembre sobre las 14.30 horas a manos de dos personas, identificadas por la víctima como indigentes de la zona y por el hijo de este, que también fue golpeado. «A mí me han tenido que poner tres grapas en la cabeza para cerrarme la herida que me hicieron», recordaba Paco Bartolomé hijo, mientras explicaba a IDEAL como ocurrió todo.

Los hechos sucedieron cuando el dueño del quiosco le llamó la atención a uno de los agresores porque estaba pintando la parte trasera del quiosco. Después de llamarle la atención, este hombre volvió al quiosco para seguir con su trabajo. Pero pasaron pocos minutos cuando empezó a notar que este individuo comenzó a arrojar pequeñas piedras contra un lateral del establecimiento, el dueño de este negocio volvió a recriminarle esta acción.

En ese momento, el indigente comenzó a encararse con el quiosquero. «Le empujé un poco para que dejara a mi padre tranquilo y de repente vino otro indigente corriendo y golpeó con fuerza a mi padre», comenta el hijo que también fue agredido por estos individuos.