Polémica en la Alpujarra
Un alpujarreño logra que Madrid escriba bien el nombre de Órgiva en la calle OrjivaPolémica en la Alpujarra
Un alpujarreño logra que Madrid escriba bien el nombre de Órgiva en la calle OrjivaEl desorden en el nombre de Órgiva a punto ha estado de causar un incidente diplomático entre la Alpujarra y la capital del Reino de ... España. Resulta que en un barrio del Sur de madrid, Usera, hay una serie de calles rotuladas con nombres de localidades granadinas, entre ellas, Órgiva.
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La cuestión es que en vez de leerse Órgiva, la placa de marras dice 'Orjiva', sin tilde por ser esdrújula y con la jota en vez de la ge. En suma, un desastre ortográfico que ha pasado inadvertido durante décadas hasta que un alpujarreño vecino de Cáñar, Mariano, levantó el teléfono de quejas del Ayuntamiento de Órgiva y dio la voz de alarma sobre tamaño dislate.
El concejal orgiveño Ángel García, el encargado de recibir estas llamadas vecinales, comenta que recibió la queja y rápidamente se pusieron en marcha. El propio Ayuntamiento de Órgiva informó de que habían presentado una reclamación ante el Ayuntamiento de Madrid.
El texto enviado decía lo siguiente: «Excelentísimo Señor José Luis Martínez-Almedia, Ayuntamiento de Madrid, con todo respeto y a los otros efectos que corresponden, exponemos. El distrito Usera mantiene el nombre de una de sus vías como calle Orjiva, junto a la calle Trevélez y la calle Lanjarón. Entendemos que Orjiva se refiere a la cabeza del partido judicial de la Alpujarra granadina. El problema es que la capital de la Alpujarra granadina se escribe con ge, como Getafe o como Girona».
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Prosigue: «Comprenderán ustedes el perjuicio que una nomenclatura inexacta ocasiona al turismo, la economía y el conocimiento de una localidad y una reserva natural que aspirar a ser un referente turístico de la Comunidad Autónoma de Andalucía por su gastronomía, por su propia condición de reserva natural de Sierra Nevada y su gente, un ejemplo de acogida multicultural y de cariño a sus visitantes».
Continúa: «Entendemos la dificultad que tiene cambiar la nomenclatura de una calle, pero también deben compartir con nosotros los perjuicios que semejante error ocasiona a toda la Alpujarra granadina, por lo que rogamos corrijan el error. Aprovechamos la ocasión para invitarle a usted y al concejal del distrito Usera a visitarnos, conocer y disfrutar de nuestra tierra». La misiva está firmada por el alcalde de Órgiva, Raúl Orellana, que se ha encargado de toda la tramitación de este proceso.
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El caso es que la carta enviada por el alcalde de Órgiva ha tenido éxito. Este mismo miércoles, según ha informado en Twitter el propio Ayuntamiento alpujarreño, que cita a TeleMadrid, se ha cambiado la placa de la calle de Orjiva y se ha sustituido, bien escrito, por Órgiva. Final feliz y todo el mundo tan contento.
El vecino de la localidad alpujarreña de Cáñar que dio origen a todo este proceso, Mariano, no tiene demasiado interés en que su nombre sea público. Licenciado por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha desempeñado varias ocupaciones. Una de ellas, le llevó a Madrid, donde descubrió esta tormenta perfecta de erratas.
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Según la versión que ha compartido con este periódico, «la nomenclatura incorrecta la vi en un viaje de trabajo a la Feria Internacional de Turismo. Algunos paseamos por las ciudades que nos acogen. Enseguida pensé: ¿De qué sirve el despilfarro millonario de Fitur si la propia capital de España, o cualquier otra ciudad española, no se preocupa de dar a conocer el nombre correcto del resto de ciudades y pueblos de España y esas mismas ciudades y pueblos no exigen que se las nombre correctamente?».
A su juicio, lo más grave es que el Ayuntamiento de Madrid reconociera que ha mantenido la nomenclatura incorrecta de la capital de la Alpujarra granadina durante décadas. Critica que «sorprende que los concejales de distrito desconozcan la denominación de sus propias calles, no hayan visitado esos lugares y, sin embargo, bauticen sus vías con el nombre de otras poblaciones».
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Su conclusión es que «cuando la capital del país, o cualquier otra ciudad, nombre a una de sus calles con la denominación de otro pueblo o ciudad debería ser un honor, y lo es, y nunca ha de convertirse en un triste error ortográfico». Un fallo, que lo tiene cualquiera, que ha estado visible cuarenta años y que gracias a Mariano este miércoles ha sido subsanado.
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