Caratáunas ha celebrado sus antiquísimas fiestas en honor al Padre Eterno. Muchísimas personas de este municipio de La Alpujarra y de otros pueblos de la zona se dieron cita en la explanada donde existen dos ermitas dedicadas al Padre Eterno (la grande edificada en 1991 ... y la chica construida hace muchísimos años en el término municipal, junto a la carretera) para asistir al concierto ofrecido por una gran banda de música de Granada capital. Después hubo barra, almuerzo a base de paella gratis cocinada por Rafael 'Machaco'. Las 300 raciones se gastaron en un periquete. También este cocinero, que hace poco ha perdido a su querido padre, cantó y tocó el acordeón hasta altas horas de la madrugada. Hubo sorteos y rifas para recaudar fondos para las fiestas.
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El Ayuntamiento de Carataunas, presidido por Diego Fernández, también colabora en estas fiestas. La historia de la festividad del Padre Eterno se pierde en las raíces de la zona y de la teología. En Carataunas existe mucho fervor hacía la Santísima Trinidad reflejada en el Padre Eterno. También adora a su santo patrón San Marcos.
La misa fue oficiada por el extraordinario párroco de Órgiva, Rafael España. La primera y segunda lectura de la misa la realizaron Luis González y Guillermo Navarrete. Además, participó ayudando al sacerdote en el montaje del altar el exalcalde de Carataunas, Salvador Rodríguez, y su esposa Pilar. Cantaron en la misa Remedios, Felipa, Encarna y Concha. Las mayordomas de estas fiestas han sido Carmen y Matea.
El campanillo de la ermita no pudo sonar porque al querer repicarlo tirando de una cuerda desde el suelo se desprendió su lengüeta. Una de las personas que más se preocupan por estas fiestas es el célebre agricultor Pepe Daniel, con casa y fincas cerca de la ermita.
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En estas fiestas se encontraba Juan Díaz Carmona, nacido hace 86 años, que se ha criado en el Cortijo Carrasco (término de Órgiva) y desde pequeño acude a las fiestas del Padre Eterno de Carataunas. Este alpujarreño es un gran apicultor y agricultor. Recuerda cuando una mujer que vivía en el paraje de La Herradura de Órgiva acudía a las fiestas para vender turrón, caramelos y otras cosas. Otra mujer, María Rosa Rodríguez, de 83 años, recordó cuando residía en la Casa forestal de Soportújar, en la sierra, y cuando acudía siendo pequeña con su familia a estas fiestas montada en una burra. Su madre preparaba en su casa una tortilla de patatas para ella y su marido y para sus tres hijos. Solía amenizar las fiestas la banda de Pitres.
También asiste a estas fiestas José Antonio Vílchez, de 71 años de edad. Él nació donde existió la antigua ermita del Padre Eterno. Desde hace 37 años se encarga con otros amigos de procesionar la imagen por la carretera que se dirige a Pampaneira y otros pueblos de la alta Alpujarra. Este año no ha habido fuegos artificiales. Cuatro miembros de Protección Civil de Órgiva se encargaron del tráfico. Después de la procesión se repartieron 300 bocadillos y refrescos gratuitamente. Acto seguido, tocó la hora de bailar más que un trompo.
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