Carmen López, junto a sus compañeros de la farmacia en Órgiva Rafael Vílchez

La cariñosa despedida de Órgiva a Carmen López tras medio siglo cuidando de la salud de sus vecinos

La farmacéutica se jubila tras estar 50 años detrás del mostrador de uno de los establecimientos de Órgiva

Jueves, 8 de febrero 2024, 12:05

Merecido descanso de una gran profesional. Siempre ha dado ejemplo de profesionalidad y amabilidad con el público en la botica donde ha trabajado. Carmen López Gómez acaba de jubilarse tras estar trabajando medio siglo en una farmacia de Órgiva, que con el paso de los ... años ha tenido tres propietarios. Carmen cumple 65 años el día 6 de febrero. Su madre se llama María y su padre se llamaba Antonio. Son 4 hermanos. Ella es la mayor. Carmen estudió en el Instituto de Órgiva. Desde pequeña le encantaba la farmacia de doña María Muñoz.

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Ella conocía este establecimiento porque iba a comprar medicinas para su abuela Carmen. En esta farmacia trabajaba su prima Mari Carmen, Un día, cuando supo Carmen que su prima iba a dejar de trabajar porque se iba a casar le pidió que hablara con doña Carmen para que la metiera a trabajar en su farmacia, frente a la iglesia. Carmen tenía 15 años y sus padres no querían que se saliera del instituto pero Carmen se impuso a ello y cuando acabó cuarto al siguiente día ingresó a trabajar como auxiliar en la farmacia de doña María, esposa del procurador don José.

Según Carmen López «trabajar en aquellos entonces en una farmacia era muy diferente a lo de ahora. Antes había en la farmacia de doña María muchísimos medicamentos encima de otros. El local no era muy grande. Yo me pasaba el día queriendo mirar y aprender donde estaban todos los medicamentos. A esta farmacia acudía muchísima gente de Órgiva y de otros pueblos de La Alpujarra.

Todos los días echaba muchas horas de trabajo y además trabajaba los sábados, domingos y días de fiesta. Y como a mí era lo que más me gustaba pues lo pasaba muy bien. Se me dio bien leer las recetas escritas por médicos de otras partes y por los médicos de Órgiva don Baldomero Villanueva y don Francisco Camacho. Yo empecé ganado 2.000 pesetas de las de antes al mes. En aquellos entonces se llenaba el bicarbonato en bolsas de medio y de kilo. El alcohol venía en unas garrafas grandes y había que llenarlo en botes pequeños y grandes. También se hacía el alcohol alcanforado. Doña María hacía algunas fórmulas magistrales», recuerda.

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Al mes y medio de estar en la farmacia falleció el padre de Carmen López. «Y mi vida cambió. Tuve que madurar mucho porque mi vida fue diferente y a mi madre le dio depresión. Yo tuve que ocupar el puesto de mi padre. Fueron unos años de mucha pena pero gracias a Dios que estaba doña María y su marido que me ayudaron y me aconsejaron porque yo no dejaba de ser una niña. Tuve como compañera a Chiqui Navarro. Años después conocí a Antonio Martín, mi marido que es de Murtas, y tuvimos un hijo y una hija que es lo mejor que pudo pasar.

Después doña María traspasó su farmacia y comencé a trabajar con María Ángeles Martín. Para mí fue un ángel porque pasé de hacer guardias, a no trabajar todos los sábados y para mí todo eso fue mucho que agradecer. Años después esta farmacéutica traspasó su farmacia a Iván Martínez, que es de Albacete, y con este gran señor me he jubilado a los 50 años menos tres meses. He tenido de compañeras a Carmen Terrón y Esperanza Martín, que las echaré mucho de menos porque ya forman parte de mi familia», ha indicado Carmen López con lágrimas en los ojos.

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Según Carmen, 'La de la farmacia' «ahora me dedicaré a mi familia, a mi madre que va a cumplir 96 años, a leer, a hacer ganchillo, etcétera. En la farmacia me han pasado muchas anécdotas. Recuerdo dos concretamente que no se me olvidan. La primera fue cuando me pidieron condones y yo entendí cordones y me puse a buscarlos y no di con ellos. Después cuando supe lo que eran me dio mucha vergüenza. Otra vez llegó una señora y me dijo que quería un bote 'palorín' y nos pusimos a buscarlo y no dimos con él. Al final supimos que lo que quería era un bote para la orina. Bueno, por último doy las gracias a todos los jefes que he tenido, a todos los clientes, a mi marido y a mis niños porque le he faltado muchas horas de trabajo por las guardias, a mi madre que ha sido el pilar fundamental porque ella ha criado a mis niños. Siempre recordaré a mi padre porque nos legó la constancia en el trabajo. Mi padre era minero en Tablones. Fue el mejor y mayor padre del mundo porque a nosotros antes de entrar en la escuela nos enseñó a leer, escribir y hacer cuentas. Mi puesto lo ocupará desde ahora en adelante Sergio, hermano de Iván, el propietario de la farmacia que existe en la Plaza Alpujarra de Órgiva», terminó diciendo la entrañable y admirable Carmen López, medio siglo al servicio de la salud.

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