Entrada a la cueva de Vacamía en Dúrcal. Ideal

La cueva de Granada que esconde una vaca de oro custodiada por un fantasma guerrero

Dice la leyenda que los moriscos del Valle de Lecrín, antes de su expulsión del Reino de Granada, juntaron las piezas de oro que tenían para fundirlas y hacer una vaca y esconderla en la galería más profunda y casi inaccesible de la denominada 'Cueva de Vacamia' de Dúrcal

Domingo, 28 de julio 2024, 11:14

En el término municipal de Dúrcal se encuentra la misteriosa 'Cueva de Vacamia', también llamada 'Cueva de los Riscos', formada por travertinos, una roca sedimentaria de depósitos de carbonato de calcio en la que podemos encontrar estalactitas y columnas adosadas a las paredes. Pues bien, dice la leyenda que una valiosa vaca de oro está situada en la profundidad de una de las grutas de la caverna y que está custodiada por el espíritu de un fantasma guerrero. Muchísimas personas han intentado a lo largo de los siglos dar con ella pero les ha sido imposible llegar hasta donde se encuentra escondida.

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Esta cueva se encuentra encaramada a unos cuatro metros sobre el nivel del Río Dúrcal. Desde su entrada parten varias galerías. El acceso a esta caverna está desaconsejado desde hace años. Aún así, si alguien decide entrar no debe hacerlo solo y llevar material adecuado para el acceso. La humedad hace resbaladiza la movilidad. Existen salas grandes y pequeñas y galerías en forma de gatera.

Según el historiador, escritor, maestro, actor, escenógrafo… Antonio Serrano Jiménez «cuando la expulsión de los moriscos del Reino de Granada, dice la leyenda, muchas personas que residían en el Valle de Lecrín (el Valle de la Alegría) antes de marcharse a tierras africanas, escondieron sus pertenencias más valiosas a buen recaudo. Y para ello juntaron las piezas de oro que tenían para fundirlo y hacer una vaca no muy grande con este metal precioso. Según la leyenda la valiosa vaca de oro la introdujeron en una de las profundidades de la 'Cueva de Vacamia' y hasta la fecha nadie ha podido dar con ella. Yo me he metido muchas veces en esta gruta pero nunca he llegado al final porque después de pasar por unos salones se vuelve estrecha y claustrofóbica. Algunas personas han recorrido muchos metros de profundidad por una de las galerías pero no han dado con el final ni con la vaca de oro macizo», terminó diciendo.

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