El granadino que lleva 60 años cumpliendo la promesa que le hizo al Cristo de la Salud

José Álvarez Rodríguez prometió hace 6 décadas ir todos los años desde su pueblo de Pórtugos a las fiestas de Almegíjar para venerar y poner una vela al Santísimo Cristo de la Salud si sus hijos se criaran sanos y salvos y como no enfermaron cumple con lo prometido a raja tabla

Lunes, 14 de octubre 2024, 10:45

El vecino de Pórtugos, José Álvarez Rodríguez, de 85 años de edad, le hizo una promesa al Santísimo Cristo de la Salud de Almegíjar hace 60 años y desde entonces la viene cumpliendo a raja tabla asistiendo a la procesión todos los años porque lo que le pidió se cumplió. Según este alpujarreño «yo, cuando tenía 25 años de edad eché una promesa al Cristo de la Salud de Almegíjar. Le prometí que si no le pasaba nada a mis hijos pequeños, si se criaban bien y no enfermaran, iría todos los años a su procesión y le pondría una vela por cada hijo que tenía, y como lo que le solicité se cumplió, sigo yendo cada año a las fiestas de Almegíjar para cumplir con lo prometido hasta que Dios quiera. En un principio acudía a Almegíjar con mis 4 hijos pequeños montados en los serones de pleita de mis dos mulos. Luego tuve 2 hijas y también nos acompañaron a la fiesta de septiembre. Años después, una de mis nietas se sacó el carnet de conducir y ya pudimos ir en coche. Este año hemos estado en las fiestas de Almegíjar 22 miembros de la familia para dar las gracias por los favores concedidos y encender 22 velas. Además de no pasarme nada gracias al Cristo de la Salud, yo y mi esposa, pudimos prosperar, estamos bien situados y mis descendientes también», ha manifestado.

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José Álvarez, hijo de Francisco y Carmen, tuvo tres hermanos y una hermana (ya fallecidos). Su mujer se llama Dolores Vázquez Pérez. Sus seis hijos e hijas le han dado ocho nietos y nietas. Poco tiempo estuvo José en la escuela porque a corta edad comenzó a guardar tres vacas y tres cabras en el campo. También él y sus hermanos labraban la tierra con sus padres en el paraje 'La Cruz del Viso' para cosechar maiz, cebada, patatas, etcétera. José se libró de ir al servicio militar para poder asistir a sus padres. Cuando contrajo matrimonio no pudo ir de viaje de novios porque poseía poco dinero. José siguió trabajando en la agricultura, criando trigo para el pan, maiz, hortalizas, etcétera. Todos los años cebaba varios cerdos para la matanza. Poseía dos mulos, varias cabras, gallinas, un gallo y varios perros. «Eran otros tiempos. Lo que comíamos era muy sano y casero. Antes nevaba mucho en Pórtugos y otros pueblos. Recuerdo que tenía que apartar la nieve del tinao tres veces al día cuando nevaba. También recuerdo cuando debía un poco de dinero y me fui a Santa Coloma siete meses para poder ahorrar y pagar lo que debía. Ahora sigo criando hortalizas en mi tierra que posee un cortijo que hice a fuerza de brazos, sudando mucho y arrancando piedras», ha indicado.

Este vecino de Pórtugos, muy querido y respetado en su tierra, sostiene que su terruño ha cambiado mucho. «El mil por mil, para mejor. Antes los pobres malvivían aquí. No había agua potable ni luz eléctrica en las casas. Recuerdo cuando nos alumbrábamos en mi casa con un candil. El pueblo estaba abarrotado de familias con muchos hijos. Había muchas bestias. Existía un herrador en el paraje de 'La Ermita' y más de una docena de tabernillas. Cuando yo cumplí 19 años conocí Granada capital y al ver tantos coches allí me quedé espantado. El viaje lo hice con el patrón de la construcción de las escuelas de Pórtugos. Yo también conocí el primer coche que se acercó a la 'Fuente Noguera' de Pórtugos, era un Seat 600. Todos los niños salieron corriendo a verlo. Se me viene a la memoria también cuando terminaron el tramo de la carretera Pitres-Trevélez. Yo he trabajado también a jornal ganando 25 pesetas de las de antes y después 30. Cuando Franco ordenó plantar pinos en la sierra íbamos andando a este trabajo. Había que andar mucho. A pesar de duro trabajo de sol a sol a un servidor le ha gustado mucho echar serenatas con mucho respeto e ir a las fiestas de los pueblos cercanos. En numerosas ocasiones Antonio 'El Rulo', el sanador de animales y cartero, me salvó varias vacas. Él sabe más que los veterinarios. Es una excelente persona que ya no sale de su casa y que ha hecho mucho bien sin cobrar nada asesorando y curando animales y aves. También diré que las mayordomas de las fiestas de 2018 me homenajearon y el excelente alcalde José Javier Vázquez Martín me felicitó también, cosa que agradecí muchísimo», terminó diciendo José Álvarez.

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