El histórico pueblo alpujarreño de Narila, perteneciente al municipio de Cádiar, celebrará el próximo día 22, sus fiestas primaverales en honor a Santa Rita de Casia. Cuentan que cuando esta santa murió en 1456, en el ducado de Espoleta, las campanas de Casia se pusieron ... a tocar por sí solas. El gran número de prodigios que obró en vida y después de su muerte han hecho de Santa Rita bendita la abogada de los imposibles.
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En Narila hace unos días tuvo lugar la bajada de la imagen en un trono de plata desde su ermita a la iglesia. La célebre y famosa banda de música de Cádiar estuvo presente en la procesión. Después hubo degustación de productos de La Alpujarra. Narila es un pueblecito muy precioso con estupendas aguas minero-medicinales y pintorescos lugares dentro y fuera de su casco urbano.
El próximo día 22 tendrá lugar la procesión entre el latir del campanario, primero por las calles encaladas y después, cuesta arriba, por la hermosa y vegetativa atalaya que se dirige a la ermita de Santa Rita. En este primoroso pueblo existe la tradición de guardar los pétalos de rosa bendecidos por el párroco el día de Santa Rita, junto a una moneda, para que no falte el dinero durante todo el año. También, dicen que trae mucha suerte poner en un recipiente con agua una rosa que haya embellecido las andas de Santa Rita.
El pueblo de Narila se hizo famoso hace muchos años por esta y otras fiestas, por sus garbanceros y zapateros y por venerar a una santa muy milagrosa a la que visitan numerosos devotos de todas partes en las fiestas y fines de semana para rogarle o para darle las gracias por los favores concedidos. Narila también celebra en agosto sus fiestas en honor a San Roque. La carreterilla de Narila, entre ingente estrado de verdor, concierta su andadura a la entrada de Cádiar. Por este lugar desarrolla la brisa su pliego de fragancias a tomillo, romero, orégano, espliego, mastranzo… Olores múltiples a frescor de bancales y a hierba seca en fermento. Por la virginidad de estos parajes crece multiplicado el jolgorio pajarero. Narila tiene mucho sabor a pueblo. Muchas personas amantes del deporte, el senderismo, la cultura y las tradiciones visitan Narila durante todo el año.
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La iglesia de San Esteban de Narila fue mandada a construir por Felipe I de Castilla y Juana I de Castilla, entre los años 1548 al 1549. En un principio y hasta el año 1948 fue consagrada a San Juan Bautista. La ermita data del siglo XIX. Narila tuvo mezquita mayor y varias rábitas. En 1568 Aben Humeya fue coronado bajo un olivo como rey de los moriscos con una corona de plata sobredorada. La corona, seguramente, provenía de la primitiva iglesia que había en Cádiar antes de la guerra de La Alpujarra. Narila y Yátor se unieron en 1972 al municipio de Cádiar.
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