El pastor de ovejas de la Alpujarra Abraham Terrón Álvarez ha pedido a la Reyes Magos que alguna administración le preste ayuda para sacar adelante su rebaño de 1.300 ovejas. Este joven, de 18 años de edad, que comenzó a pastorear a los 10 años, ha manifestado ha IDEAL que «la profesión de pastor me gusta mucho desde que era chico. Aunque es un oficio muy sacrificado, me encanta. Yo soy de Órgiva y pastoreo por muchos lugares: en la zona de la Carretera de la Cabra, en Tablate y en otros lugares de la Alpujarra. Pero me he dado cuenta que sin tener una ayuda, una subvención de alguna administración pública, no gano nada, porque los corderos tienen el mismo precio de hace diez años», ha reconocido.
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«A ver si esta vez los Reyes Magos me echan una mano y ellos hacen el milagro de que alguna institución me ayude a seguir siendo pastor de ovejas, porque, además, este ganado hace una gran labor para que no se produzcan fuegos en el campo. Antes se sacaba un dinero vendiendo la lana, pero ahora no la quiere nadie y hay que esquilarlas todos los años. Yo supongo que a los pocos pastores que van quedando hay que ayudarlos para que este viejo oficio no desaparezca. Mi hermano Andrés posee un rebaño, pero de cabras», terminó diciendo.
Abraham aprendió el oficio con su padre, Andrés. Este pastor posee perros pastores para guardar las ovejas y otros para cuidar el rebaño en las cuadras. Abraham, llueva, nieve, haga frío, viento o calor, está pendiente de sus ovejas, que por cierto están muy lustrosas porque la comida no le falta en el campo y en las naves. La oveja para comer en el campo es mejor que la cabra porque es menos delicada. Antiguamente en la Alpujarra la agricultura y el pastoreo eran la base de la economía. Antaño la vida en esta comarca transcurría con cierta serenidad. Los niños se iban al campo con sus padres para realizar trabajos agrícolas y ganaderos, casi como las personas mayores. Pocos niños iban a la escuela.
Los hombres de la casa tenían que dar de comer a los animales. Las amas de casa fregaban, lavaban, preparaban la comida... Con la llegada del verano tocaba la recolección. En cada pueblo había un ramillete de pastores y ganaderos. Abundaban las ovejas, cabras, vacas, mulos, caballos, asnos, especialmente. Ahora queda poco ganado y bestias de tiro y carga, además de pocos pastores, en la Alpujarra. Y casi todos son mayores, siendo el más joven de ellos Abraham Terrón, el muchacho que le ha pedido a los Reyes de Oriente que le ayuden en su oficio para seguir trabajando como pastor.
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