El pueblo de la provincia de Granada que ha vivido durante cuatro días la festividad de la Virgen de la Cabeza

El Ayuntamiento de Cozvíjar y los mayordomos han ofrecido a los vecinos y visitantes en sus famosas fiestas patronales, churros, espichás, huevos fritos, paella, migas con engañifa y pasteles

Sábado, 10 de agosto 2024, 09:29

Cozvíjar, perteneciente junto a Cónchar al municipio de Villamena, en la comarca del Valle de Lecrín, ha celebrado sus fiestas patronales en honor a la Virgen de la Cabeza los días 2, 3, 4 y 5 de agosto. Antes de esta fiesta ha tenido lugar su Semana Cultural con un gran número de eventos. El programa festivo ha contemplado las VIII Jornadas Gastronómicas; dos procesiones, una hasta la ermita del siglo XVI, pasacalles y disfraces; verbenas a cargo de la Orquesta la Profecía; servicios de ludoteca infantil; proclamación de la reina de las fiestas y sus damas de honor; actuación del DJ Sergio; arroz gigante y música a cargo del Grupo Calagüi; actuación de Antonio Fernández y Javier de Carmen; Blue Party y Fiesta House.

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También se han celebrado, entre otras cosas, meriendas; fuegos artificiales; dianas; desayuno con churros, espichás y huevos; misas; concierto de Cristina Alarcón; comida para los mayores amenizada por Antonio 'El Músico'; actuación de 'Con dos cojones'; concierto rumbero con Sensi Martos; carrera de cintas; actuación de la Orquesta Roma; procesión a la ermita de la Virgen de la Cabeza y misa; feria de día; paella; fiesta del agua; circuito hinchable de 60 metros con rampas; actuación de la Orquesta Amadeus; concurso de migas; degustación de pasteles y traca fin de fiestas. El Ayuntamiento de Villamena, presidido por Manuel Luis Vílchez, y la comisión de fiestas se han encargado de la organización con la ayuda de otras personas y empresas. La banda de música Nuestra Señora del Carmen de Dúrcal se ha encargado de las dianas y conciertos.

Una vecina de Cozvíjar, María Megías Prieto, de 81 años de edad, hija del que fuera alguacil del pueblo, José Megías Vílchez, recuerda cuando ella subía a la torre de la iglesia para repicar las campanas durante las fiestas. «A mi me encantaba que llegaran las fiestas para tocar las campanas. Entonces tenía buenos pies y subía las escaleras sin darme cuenta. Recuerdo también que varios guardias civiles acudían a las fiestas del cuartel de Padul y paraban en la casa de mis padres. La banda de música que venia era la de Dúrcal. Uno de sus músicos era Cándido. También venía su hijo José Francisco con siete años, un grupo de mayores y otros dos niños también músicos. Mi padre se encargaba de alojar a los miembros de la banda en casas de particulares. Mi abuelo Juan José fue sacristán con don Benjamín, y cuando mi abuelo perdió la visión mi hermano y yo le ayudamos mucho, hicimos lo que él hacía», ha indicado.

Según María Megías «antiguamente se guardaba un pollo de corral para la comida de aquellos días festivos. Otras personas hacían arroz con carne de conejo. La ensalada no faltaba y el vino casero estaba a la orden del día. Se bailaba mucho con la banda de Dúrcal. Las madres vigilaban a sus hijas en todo momento. El suelo de la plaza era de tierra. Se montaban varios chiringuitos. Recuerdo que venía de Dúrcal Manuel 'El de los Helados' con su garrafa, Rosa 'La Rorra' con su cesta de mimbre repleta de caramelos, almendras, pastelillos, etcétera, y el hombre de los garbanzos tostados. Mucha gente le entregaba un tazón de garbanzos crudos con colmo y él, para ganar algo, lo entregaba un poco más de medio con garbancillos tostados que estaban tiernos y riquísimos. El cohetero venía de Motril. Ahora viene un muchacho que se llama Jorge. Yo le encargo todos los años una rueda para que la tire en mi puerta. A las fiestas de mi pueblo siguen viniendo mucha gente de otros pueblos porque se lo pasa muy bien», terminó diciendo.

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