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Órgiva, en una imagen de archivo Juan González
Las tormentas que se cobraron la vida de cinco mineros y arrasaron Órgiva hace 132 años

Las tormentas que se cobraron la vida de cinco mineros y arrasaron Órgiva hace 132 años

A causa de las incesantes lluvias, se derrumbaron también más de un centenar de viviendas y desaparecieron caminos de herradura y muchísimas cosechas y olivos

Domingo, 1 de diciembre 2024, 14:03

En 1892, hace 132 años, los ríos de Órgiva inundaron las fincas adyacentes. Fue un año especialmente lluvioso, con grandes tormentas en varias estaciones del año. Según el catedrático Juan González Blasco, «fue un años de calamidades humanas y destrozos de casas, caminos, carreteras y cosechas. Los ríos eran imposibles de cruzar. Mucha gente se encontró aislada en el término de Órgiva. Durante un mes no cesaron las lluvias«.

Recuerda que la carretera en aquellos entonces no estaba terminada. Se derrumbaron más de cien casas y otras tantas tuvieron que ser apuntaladas. Sementeras y olivos fueron arrastradas por la corriente. Reinó el pánico. El alcalde de Órgiva visitó todos los lugares afectados. Se dio a conocer la noticia a varias autoridades a través del telégrafo, relata.

«El Gobierno, al tener conocimiento de lo sucedido, concedió al pueblo de Órgiva la suma de 2.000 pesetas de las de antes como socorro por los siniestros agrícolas que padecieron a causa de las fuertes lluvias. También, se le concedieron 500 pesetas, respectivamente, a los pueblos de Trevélez, Pitres, Bubión, Carataunas y Mecina Fondales«, añade el profesor.

Este proceder se debió a las «continuas e incesantes gestiones que don Antonio Roca Togores, marqués de Alquibla, hizo cerca de los poderes público, a favor del distrito que representaba».

Las consecuencias de estas inuncaciones también acarrearon la pérdida de vidas humanas. En 1892, cinco mineros murieron en la Sierra de Lújar. El suceso impresionó tristemente al pueblo de Órgiva. Ocurrió a las tres de la mañana del día 14, en las inmediaciones de la mina llamada 'Los Morenos', en uno de sus cortijos construidos para defender las inclemencias del tiempo a los mineros de esta mina. En el cortijo, situado en la falda de una terrera, y a consecuencia de las últimas lluvias, se desprendió un terraplén, sepultando entre sus escombros a cinco de los ocho mineros, relata Juan González Blasco.

«Solo tres mineros lograron milagrosamente salvarse. Estas personas corrieron precipitadamente al cortijo del guarda pidiéndole auxilio para salvar a sus compañeros, cuyos cuerpos, horriblemente mutilados, fueron encontrados a las cinco y media de la mañana, después de penosos esfuerzos. Horas después, en el lugar de la catástrofe, se presentaron miembros del juzgado, instruyendo diligencias y ordenando el traslado de los cadáveres al cementerio de Órgiva«, cuenta González Blasco.

Los fallecidos fueron: Jerónimo Martín, Francisco Funes, Manuel Morillas, su hermano Vicente y Juan Gordillo. Todos dejaron a sus familias «en la más espantosa miseria». El diputado por la circunscripción, el marqués de Alquibla, remitió a sacerdote de Órgiva 1.000 pesetas para que las distribuyera entre las familias de las víctimas y los heridos. También, se pidió ayuda al Gobierno. «Hubo personas caritativas que ayudaron también a estas familias», termina diciendo González Blasco.

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