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Padul, Dúrcal, Nigüelas, Cozvíjar, Conchar, Albuñuelas, Acequias, Mondújar, Talará, Béznar (con su barriada de Los Peloteos), Izbor, Pinos del Valle, Restábal, Saleres, Melegís, Murchas y Chite, y los anejos de Los Acebuches, Tablate y Marchena, pertenecientes a la comarca granadina del Valle de Lecrín, poseen muchos encantos, entre ellos, senderos entre naranjos, olivos, limoneros, acequias morunas, olivares, almendrales, ríos, monumentos, lugares de interés, etcétera. Uno de los senderos es la la Ruta del Azahar, señalizada y homologada por la Federación Andaluza de Montañismo. Esta ruta discurre por los pueblos de Melegís y Restábal, pertenecientes al municipio de El Valle, junto a la localidad de Saleres. El Valle de Lecrín abre un mundo de posibilidades para el deleite cultural, la práctica de deportes, el placer de los paladares y por supuesto la convivencia y la tranquilidad. Esencia de unos bellos pueblos que se abren al visitante.
Cada año, durante un tiempo, flores blancas y perfumadas de naranjo perfuman el campo. El nombre de esta flor de naranjo procede del árabe hispánico azzahár, y este, del árabe clásico az-zahr, que significa flores. Los senderistas que realizan rutas por Talará, Béznar, Murchas, Chite, Acequias, Mondújar, Pinos del Valle, Izbor, Melegís, Restábal, Saleres, Albuñuelas… se embriagan con el aroma que desprende cuando florece la flor de azahar. El aceite que desprende la flor de azahar es utilizado, entre otras cosas, por la industria farmacéutica por la gran cantidad de propiedades terapéuticas que presenta. Quien visita estos lugares se encuentra en un mundo de posibilidades.
La Ruta del Azahar es apta para todos los públicos. Los naranjos, limoneros y olivos centenarios están a la orden del día. También abundan los caminos, acequias morunas, balates y ríos. La Ruta del Azahar es circular, su longitud se aproxima a los 5 kilómetros y discurre por Melegís y Restábal. Se puede realizar andando, a caballo o en bicicleta. El recorrido comienza en el Mirador de las Alvirillas de Melegís y antes de adentrarse en plena naturaleza pasa por los lugares más interesantes del casco urbano, como el Lavadero Público o la iglesia, declarada Bien de Interés Cultural. Estos lugares poseen resonancias íslámicas.
Después, tras pasar por la Fuente del Pilar y su mirador, abandona Melegís y desciende hacía el Río Torrente. Acto seguido avanza entre huertas y campos de naranjos hasta alcanzar el Río Dúrcal que nace en las altas cumbres de Sierra Nevada, disfrutando de impresionantes vistas panorámicas y del Castillo del pintoresco y tranquilo pueblo de Murchas. A partir de aquí la Ruta del Azahar continúa por una pista de tierra siguiendo el curso del Río Izbor. En este punto la Ruta del Azahar de El Valle alcanza el pueblo de Restábal y la carretera GR-3204, donde vuelve a coincidir durante unos minutos con el GR-7. Después se desciende al Río Izbor pasando por el puente de la carretera y siguiendo el cauce hacia la cola de la Presa de Béznar. Tras volver a cruzar el Río Torrente, justo antes de su desembocadura en la Presa de Béznar se inicia una subida que llevará de nuevo al punto de partida.
La Ruta del Azahar del municipio de El Valle, la realizan muchísimas personas durante todo el año porque es preciosa y en el tiempo de la floración del naranjo mucho más. También, en Saleres existen varias rutas muy concurridas. El Valle de Lecrín constituye una magnífica solana, que resguardada de los vientos fríos del norte por la propia sierra, goza de un auténtico microclima. Es una comarca fundamentalmente agrícola en la que juegan un papel importante los cultivos arborescentes: olivos, agrios y frutales, principalmente. Todo esto da lugar a un contraste y belleza paisajística en toda la comarca, donde hay tantas posibilidades para practicar el senderismo, el descanso y la tranquilidad. Muchas personas de otros países se han venido a vivir a este lugar porque le encanta el clima, el paisaje y la gastronomía, entre otras cosas.
El Valle de Lecrín debió estar incluido en el territorio de los tartesos en el área habitada por los túdulos o turdetanos. Asimismo se cree que fue uno de los posibles caminos de penetración de los fenicios para pasar de la Costa meridional al interior. En la época de la dominación romana el Valle de Lecrín quedó incorporado a la provincia Bética. En la época musulmana esta comarca estaba incluida en el 'clima' o cora de Elvira. Como consecuencia de una continua afluencia de musulmanes se produjo un incremento de la población del Valle de Lecrín por su proximidad a la capital del reino y por constituir una de sus comarcas más ricas. Comarca que quedo destruida y arruinada en la lucha que mantuvo Fernando el Católico con Boabdil tras la negativa de este último a entregar Granada.
En 1499, con la sublevación de los moriscos, ante la actitud rígida del Cardenal Cisneros al pretender que se convirtieran al cristianismo, el Valle de Lecrín volvió a soportar el paso de los ejércitos y el Puente de Tablate pone de manifiesto su valor estratégico como comunicación y paso a La Alpujarra. En 1570, durante el reinado de Felipe II, se ordenó la salida de los moriscos del reino de Granada, y por supuesto del Valle de Lecrín. Se produjo como consecuencia un gran descenso de población y se planteó un problema: ¿Cómo repoblar estos territorios? Como solución a estos problemas se optó por traer a estas tierras y a otras más gentes que procedían en su mayoría de otras zonas de Andalucía, otros llegaron de Castilla la Nueva (especialmente de Cuenca y Toledo), y de Galicia.
Es interesante visitar en el Valle de Lecrín, las cuevas y el arrollo de la laguna en Cozvíjar; la Fuente que se Ríe de Conchar; La Laguna y El Manar de Padul; La Razuela y Los Cahorros de Nigüelas; la ermita del Santo Cristo del Zapato de Talará; La Acequia de los Arcos, del tiempo de los romanos, y las ruinas del castillo de Murchas; las termas romanas de Feche y la Fuente Alta, en Sierra Nevada, de Mondújar; la confluencia del Barranco de Chite con el embalse de Béznar; el Puente de Tablate, de Béznar; el valle del Río Torrente y el Cerro Alto de Acequias; la Fuente de los Siete Años y la del Olivar de Santalla de Saleres; el Barranco de Alos y el área de recreo entre pinares de Restábal.
También merece la pena conocer, entre otras cosas, el Nacimiento Termal de Melegís; las Eras Alcatifas y el Cerro de Chinchirina en Pinos del Valle; el sendero que va desde Izbor a la Venta de la Cebada; la Ruta de los Puentes, el Fuerte de Márgena, la Cueva de Vacamia, la sierra y los Baños de Urquízas de Dúrcal; la Torre del Tío Bayo y la Fuente del Cañuelo y el Río Santo de Albuñuelas, etcétera.
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