La llegada de Feijóo y el PP 'granadiño'

El entorno de Juanma Moreno –principal barón cuando Alberto Núñez Feijóo deje la presidencia de la Xunta– se siente aún más fuerte a nivel interno. Los hay que resucitan y otros que ya tenían mucho poder se liberan de las interferencias de Teodoro García Egea. «A Feijóo lo ha puesto Juanma», resume un cargo de la provincia sin entregarse en exceso a la hipérbole. «Y ahora hay que ver quién será el secretario general», hace cábalas tras dar por hecho que el PP andaluz presionará al máximo por controlar la fontanería de Génova. Han sonado los nombres de Elías Bendodo, Carmen Crespo o, incluso, el de la granadina Marifrán Carazo; este último echado a circular por quienes le tienen aprecio –y no es ironía–. De momento, no son más que especulaciones plausibles.

El presidente del PP de Granada, Francisco Rodríguez, fue del círculo de García Egea y ahora se postula como la persona de confianza de Feijóo en la provincia. El martes iniciará una campaña por las comarcas para explicar el proyecto de «unidad». Los populares confían en salir fortalecidos en este cambio y dejar atrás un periodo de indefiniciones:«¿Quién se acuerda ya de Pablo Casado?», relativiza alguien desde dentro.

En esta inmersión gallega acelerada, el Ayuntamiento de Alhendín, que preside Francisco Rodríguez, ha organizado un viaje al Camino de Santiago para los vecinos en el mes de julio. Ya hay un autobús lleno y el alcalde saludará al micrófono.

Alberto Núñez Feijóo no tiene grandes vínculos con dirigentes del partido en la provincia, aunque raro es el cargo público que no haya subido a redes sociales un selfie en los últimos días. Alguno de tiempo tan pretérito que cuesta distinguir si se trata de Feijóo o de Fraga.

Es normal que no se hayan labrado grandes afinidades porque el todavía presidente de la Xunta lleva centrado en su tierra desde 2009. A los pocos meses de acceder al gobierno gallego participó en un mitin en Granada para la campaña de las europeas de aquel mes de junio. En la tribuna de la plaza de las Pasiegas estuvo acompañado por Javier Arenas, Sebastián Pérez y Marifrán Carazo. Y en vísperas de la Navidad de aquel mismo año, Feijóo recibió en Almuñécar la Chirimoya de Oro que entrega el partido. También visitó el Ayuntamiento de Motril, donde era alcalde Carlos Rojas, y posó con una bufanda del club de fútbol local.

No se espera que Feijóo descienda tan pronto a los niveles provinciales y Juanma Moreno tendrá todavía más autonomía en Andalucía. Se antoja complicado que en las próximas listas aparezcan algunos nombres que impuso Génova. Habrá renovación, pero sin hacer excesivo ruido. El partido se la juega en dos elecciones en cuestión de un año: andaluzas y municipales.

Mientras tanto, se ensaya el acento gallego en el PP granadiño. Alguno ya pronuncia sin trabarse pulpo a feira.

El lunes Macarena Olona estacionó su autobús en el muelle de Nueva York de Sevilla para contraprogramar los actos institucionales del Día de Andalucía. Su candidatura a la Junta no se hará pública hasta el día en que se convoquen las elecciones, aunque ya se comporte como si estuviera en precampaña. Macarena de Graná –como se refiere a sí misma– se detuvo esta semana en el taller de la diseñadora Raquel Terán en la sevillana calle Sierpes y se probó varios modelos de trajes de flamenca para la feria de abril, que este año cae en mayo y coincide con las Cruces de Granada. Macarena tiene dos meses para aprender a bailar sevillanas y la reja. El autobús de Vox pasará por la provincia granadina 8, 9 y 14 de marzo; con parada en la Costa. Las encuestas internas les dan buenos resultados en el litoral. Dicen.

Nota: Macarena se compró finalmente un traje. Pero no es con el que posa en la foto de las redes sociales.

Sin su autobús –está la gasolina más cara que el vino–, Juan Espadas estuvo el jueves en Santa Fe y en Baza. De Granada saltó a Almería, pero volverá pronto. También está volcado en su precampaña y pretende visitar de media cuatro provincias a la semana.