Se llaman Lian y Fun pero en Almuñécar son Carmen y Carlos. La pareja de empresarios chinos optó por 'rebautizarse' con nombres españoles para ponérselo más fácil a sus vecinos y a sus clientes del supermerado Covirán La Najarra, que regentan muy cerca de la ... playa de San Cristóbal.
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Carmen llegó a España en 2001, cuatro antes que su marido. «Vine a buscarme la vida y tuve que ser valiente. Tenía solo 19 años y fui a Madrid a trabajar en la hostelería, fueron años muy duros porque no sabía ni decir ni hola ni adiós en español», recuerda. Una vez asentada en el país, su marido se unió con ella en Madrid, donde trabajó como cocinero y allí nacieron sus tres hijos.
«Con los dos sueldos no llegábamos en Madrid porque ya teníamos tres niños y queríamos buscar una vida que fuese mejor«, continúa. La pareja vio su gran oportunidad cuando el tío de Carmen, que ya era socio de Covirán y tenía una tienda en Motril, les habló de que un socio, Manolo, que se jubilaba e iba a traspasar su tienda en Otívar, un pueblo de poco más de mil vecinos en la Costa granadina.
La idea de abrir su propio negocio era un sueño para la pareja y Manolo les ayudó a cumplirlo, alquilándoles la tienda. «Su ayuda fue fundamental para empezar, los dueños nos enseñaron el funcionamiento del negocio, nos facilitaron los pagos... Estamos muy agradecidos tanto a ellos como a todos los clientes de Otívar, la gente es muy buena», relata Carmen.
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Y de Otívar, en el Valle del Río Verde, saltaron a Almuñécar, donde Carmen y su marido acaban de estrenar un flamante Covirán plus, el formato más moderno de la cadena de supermercados granadina, un modelo de tienda 'supercercana' que avanza en innovación, sostenibilidad y excelencia y con el que Carmen y Carlos están como dos niños con zapatos nuevos. «Trabajar para ti mismo también es duro, hay mucho más trabajo del que se ve cara al público. Hay mucho sudor y muchas horas de trabajo detrás pero, después de todo lo que hemos pasado, es un sueño tener nuestro propio negocio, merece la pena«, señala feliz la socia de Covirán.
La tienda de 250 metros tiene secciones de carnicería, charcutería, frutería, pescadería, panadería y comida lista para llevar más productos locales de la costa granadina. Tienen dos empleados y Carlos, experto cocinero, se mueve como pez en el agua en la carnicería. «Es muy bueno cortando las carnes, lo hace fácil», asegura su mujer.
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«No tenía vocación de emprendedora, no llegamos a España con la idea de ser empresarios sino de buscarnos la vida. Hemos luchado mucho para llegar hasta aquí pero ahora ya tenemos una buena vida. Estamos muy contentos, vivimos muy bien y muy tranquilos. En Almuñécar hay calidad de vida, todo está a mano, no necesitas metro ni autobuses y el clima es estupendo«, señala feliz la empresaria. »Tenemos clientes todo el año, no solo en verano, son muy fieles y no podemos más que estar agradecidos, también a Covirán que nos ha animado a crecer y a mejorar el negocio. Es muy bonito estar en esta familia, están muy pendientes de los socios«, concluye.
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