Lacal, con uno de sus Goyas, en su estudio de trabajo. PEPE MARÍN

El lojeño de los cuatro 'goyas' y casi un 'oscar'

Desde la provincia: Miguel Ángel Lacal García ·

Dibuja cómic, trabaja en el cine de animación y desde hace un tiempo se ha revelado como un excelente acuarelista. Pese a su juventud, el lojeño Miguel Ángel Lacal García lleva una carrera meteórica, tan extraordinaria como sorprendente, en la que con 45 años ya ha ganado 4 premios Goya por su trabajo en películas de animación y se quedó a las puertas del 'oscar', una experiencia inolvidable que vivió en Los Ángeles en la casa de Antonio Banderas

Domingo, 31 de octubre 2021

«No está mal», dice este lojeño que es hombre de retos, pero que tiene claro que a estas alturas de su vida su principal objetivo solo es disfrutar de sus hijas Elvira y Carmen, de 9 y 7 años, que son, además, sus principales ... fans, y seguir haciendo las cosas que le divierten, como el cine. De hecho, está a punto de estrenarse en las salas 'Mummies', de la Warner Bros, que seguramente en los cines españoles llegará como 'Momias', y la próxima semana empieza a trabajar en una nueva película, un proyecto del que por ahora no puede dar muchas pistas. En ambos casos está detrás la productora española de Tadeo Jones.

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Orgulloso de sus raíces lojeñas, salió de la ciudad cuando era niño porque su madre buscó futuro en la capital para él y sus siete hermanos. Cada vez que regresa, que es con frecuencia porque allí tiene ahora a casi toda su familia, disfruta caminando por el paseo Narváez –que le trae los recuerdos de su colegio San Francisco– o el puente viejo sobre el Genil, lugares de juego y travesuras con amigos de la infancia que dejó atrás con cinco años para seguir sus estudios en Granada, en el Juan XXIII, de la Chana, y el bachillerato en el Hermenegildo Lanz.

Al acabar la mili le ofrecieron reengancharse como militar profesional y estuvo un tiempo hasta que comprendió que ese no era su mundo. Lejos de los uniformes, el universo de Miguel Ángel estaba en la creación artística, en pinceles y ratones que se retroalimentan con el talento de un creador autodidacta que no ha parado nunca de aprender alumbrando acuarelas extraordinarias, novelas gráficas, aventuras dibujadas para Broadcastingcomics y sobre todo en la animación cinematográfica, con largometrajes y cortos con los que ha ganado cuatro premios Goya y estuvo nominado para los Óscar.

Junto a Antonio Banderas, en el estudio de Kandor. IDEAL

Su afición por el dibujo, por el cómic, nació con él, tanto que pintaba sobre los huecos blancos de las libretas, los libros y, lo que es peor, en el pupitre, con la mala suerte de que lo pilló el maestro. «Me dijo que no estaba mal el dibujo, pero que iba a limpiar ese y todos los de las demás mesas... y lo hice, claro». No solía pintar demasiado donde no debía, pero reconoce que tuvo un breve 'punto grafitero' que se le cortó de raíz cuando lo sorprendieron en una pared. En todas sus 'aventuras' de travieso acababa atrapado, así que decidió dejar que su ingenio se canalizara de 'forma correcta'.

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En Navidad se estrena 'Mummies', de la Warner Bross, la última película en la que ha trabajado, y ya está con la próxima, que es secreto por ahora

Llevaba el talento artístico en la sangre, que alimentaron los tebeos y los cómic con ilustraciones de Marvel que le dejaban sus primos o sus hermanos mayores. Entre ellos hubo uno que le llamó mucho la atención: Superlópez. Tenía cinco años cuando las ilustraciones de este héroe fueron algunas de sus primeros bocetos, que todavía guarda su madre en una caja en la casa de Loja. «Superlópez tenía como un plus de calidad sobre los tebeos tipo Mortadelo que había conocido hasta entonces, y me sigue pareciendo una genialidad».

«No me veía de artista»

Ese niño lojeño no sospechaba entonces lo que estaba por venir. Ni siquiera se veía de artista. «Para ser sincero, de niño nunca imaginé que acabaría ganándome la vida así. El dibujo lo veía como algo imposible, demasiado grande para mis sueños, y por eso en un primer momento pensé seguir la tradición militar de algunos miembros de la familia, pero los amigos, la gente que me rodeaba, siempre me animaban porque les gustaba mi trabajo, y al final terminé creyéndolos a ellos y a mí mismo, y eso que en aquellos años había pocas referencias en el cómic para un chaval de pueblo, ni existían las redes sociales para poder comunicarse ni teníamos las posibilidades de conocer y aprender tendencias de todo el mundo y en el momento».

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Hubo un momento que decidió la vida de Miguel Ángel. En 1996 se organizó una exposición de jóvenes talentos en el III Salón del Cómic de Granada y un grupo de muchachos, entre ellos él, envió sus trabajos para ver si eran seleccionados para la muestra. Lacal estuvo entre los elegidos y formó parte, incluso, del catálogo. Ese fue su primer contacto 'profesional' con ese mundo.

Una empresa de Málaga, Megamultimedia, que contaba con varias publicaciones como Wet Comix o Wet Fetish dedicadas al cómic erótico y esotérico, lo contrató. Así que Miguel Ángel ganó su primer dinero como dibujante haciendo cómic erótico, que en la época tenía mucho tirón. Fue además una oportunidad para conocer a muchos profesionales, unos que como él empezaban y otros ya consagrados.

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Con Melanie Griffith en la fiesta de los Óscar en la casa de Banderas. IDEAL

El éxito del cómic, que ha evolucionado tanto de los formatos clásicos a las técnicas digitales actuales, tiene explicación en su opinión en el desarrollo de la tecnología y en novedades como el manga, que en su momento fueron un revulsivo. «Contar historias con dibujos me parece fascinante». Pero el cómic era solo un trayecto de paso para este creador granadino que acabaría encontrando en el cine de animación una actividad que le apasiona y en la que se mueve con maestría. Ha pasado por Kandor Graphics, Core Animation o Lightbox Animation Studios.

Su primer Goya y el que más ilusión le hizo, llegó por su participación en 'El lince perdido'. Por el corto de la 'Dama y la muerte' logró otro de estos galardones, proyecto que lo llevó también a la gala de los Óscar como nominado. Estuvo seleccionado además para los Goya por 'Justin', pero no lo ganaron. El tercer 'cabezón' se lo trajo con 'Atrapa la bandera' y el cuarto con la segunda parte de 'Tadeo Jones'.

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Su trabajo artístico en estas producciones cinematográficas ha sido múltiple, pero sobre todo en el departamento de arte con diseños y fondos, supervisor de personajes, mucho trabajo a caballo entre el 2D y el 3D, técnicas en la que se ha especializado. Un currículo así abre puertas. Las empresas de animación buscan talento y experiencia y por eso siempre se encuentran con Miguel Ángel y éste con las ideas más atractivas de los estudios europeos y norteamericanos.

En la actualidad intenta compaginar su creación digital con el arte de la acuarela para no quemarse mucho. «El paso lógico de los primeros años es lo que hice, irme a Madrid y después a Londres o Hollywood, y la tentación y la oportunidad la tuve hasta que me di cuenta de que mi familia, mis hijas, me necesitaban. Cuando eres joven te hace ilusión trabajar en una película, pero yo sentía que me hacía más ilusión ver crecer a mis niñas», y eso que en Estados Unidos trabajó para Avatar y que estuvo en pruebas para la compañía Marvel.

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Rodeado de sus acuarelas. PEPE MARÍN

Hacer una película puede llevar tres años y la preproducción se puede alargar hasta 30 años. Detrás de una cinta hay miles de horas de trabajo, mucho esfuerzo, muchos profesionales. «Si después una película fracasa se lleva por delante estudios y compañías. Que una película salga es un milagro a pesar de la evolución técnica de la animación, que ha cambiado muchísimo. En veinte años el desarrollo tecnológico ha sido brutal». Ahí está el desenlace del premiado estudio granadino de Kandor Graphics. «La creatividad artística en Granada es de diez, pero ha faltado apoyo para sacar adelante algunos proyectos. A Kandor lo arrastró la segunda producción que hicimos, 'Justin', que no funcionó como esperábamos porque competíamos en Champions, y para jugar en esa liga no estábamos preparados. Los grandes te dejan hacer mientras no los molestes, pero si se ven amenazados o creen que lo pueden estar, te destrozan y más si cuentas con los recursos justos».

Su estudio está en Granada y desde ahí se mantiene en contacto con las productoras de todo el mundo. Su trabajo lo mantenía horas y horas delante de un ordenador hasta que un día un amigo le pidió un dibujo en un folio. Le contestó que sí, pero que se lo hacía en la tableta. «Entonces me quedé un momento pensativo y me di cuenta de que no podía ser, que llevaba muchos años trabajando en el desarrollo digital en el ordenador y que todo lo que hacía salía de una pantalla».

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La calle, un bloc y un lápiz

Decidió dedicar parte de su día a salir a la calle 'armado' con un pequeño bloc y un lápiz porque es una fuente permanente de inspiración. «Cuando era niño dibujaba referencias de otros cómic o imágenes que veía, después me pasaba horas a oscuras delante de una pantalla en el estudio de animación, y llegó un momento que echaba de menos ver y participar de lo que sucedía fuera, mirar a la gente pasear, observar edificios, diseños... y empecé a percibir que todo lo interesante que pueda imaginar o dibujar está ahí fuera. Y esa perspectiva de la realidad me ayudaba después a crear en el estudio con más facilidad».

Fue así como se abrió a la acuarela hasta depurar la técnica y convertirse en un artista reconocido que ha participado ya en numerosas exposiciones y ha ganado premios por sus obras, en formatos pequeños y grandes en los que da vida a rincones, lugares y paisajes de Granada, sobre todo el urbano con sus destellos y nostalgia por el paso del tiempo. «La mirada de un artista está en el movimiento, en la luz, en miradas, en formas o gestos... Aprendo mucho cuando estoy sentado en un parque y me limito a observar lo que sucede al mi alrededor, porque ahí está toda la verdad de la vida».

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En el camino hay muchos bocetos en la papelera y muchos reinicios en el ordenador. «Hay que manchar el papel y no pasa nada. Hay que trabajar mucho y no tener miedo a equivocarse».

Fiesta 'granaína' en la mansión de Antonio Banderas

Todo lo que rodeó el antes, durante y después de la candidatura del corto 'La dama y la muerte' para el Óscar es una aventura inolvidable para Miguel Ángel. Viajó con el resto del equipo a Los Ángeles y estaban convencidos de que lo iban a ganar. Había ganado ya el Goya y otros premios europeos y parecía que estaba al alcance. Después supieron que la votación fue muy reñida y que se quedó segunda para el jurado por muy poco. Parte del equipo se quedó en un hotel para seguir la gala, y al auditorio Kodak Theatre entraron el director, Javier Recio, y Antonio Banderas, el productor.

Cuando anunciaron los nominados y se esperaba el 'The Oscar goes to...', los nervios parecían una estampida de bisontes en el pecho de los granadinos, y cuando perdió hubo unos segundos de silencio y la sensación de quedar aplastados por una losa. «En ese momento grité para mí: 'Mierda, tenemos que volver a Granada y no hemos ganado'. Con el paso del tiempo me he alegrado porque habrían cambiado muchas cosas de mi vida y en la de los demás. En Pixar nos dijeron que si ganábamos ya no saldríamos de Estados Unidos, y mi vida ha sido muy rica e interesante después; no sé cómo habría sido si ganamos y nos quedamos allí, pero muchas cosas no las tendría. No estoy seguro de que todo hubiera sido mejor... Nunca lo sabré». Al día siguiente el equipo tuvo fiesta en la casa de Banderas. Estaba Melanie Griffith y su madre Tippi Hedren, actriz y protagonista de 'Los Pájaros', de Alfred Hitchcock, «que es lo más cerca que yo voy a estar de Hitchcock en mi vida. Imagínate allí a los granaínos en la casa de Banderas, que estuvo genial y cariñoso, nos consoló por no haber ganado e intentó que nos sintiéramos bien. Nos decía 'si yo os contara la cantidad de veces que me he quedado así...' La 'casilla' está bastante bien. Fue una velada increíble. Banderas nos decía: 'Pero qué hacéis aquí con lo 'a gustico' que se está en 'Graná'».

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