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Pablo Rodríguez
Granada
Viernes, 2 de julio 2021, 00:29
La 'carrera' por la alcaldía de Granada dio inicio ayer con la renuncia de Luis Salvador. Más de tres semanas después de la ruptura del bipartito, el regidor finalmente dio el paso al lado que se le había exigido por parte de todas las formaciones ... y anunció la convocatoria de un pleno de investidura para elegir a su sucesor.
La decisión pone en marcha el cronómetro para que la ciudad tenga un nuevo gobierno en un plazo máximo de diez días. La posibilidad de un regreso del socialista Francisco Cuenca es la vía que, en estos momentos, tiene más visos de prosperar. Es lo que trasladó Salvador, que abogó por dar la máxima «estabilidad» posible a la capital nazarí en un momento trascendental. Pero no es la única opción.
Acompañado por su único apoyo en la corporación, José Antonio Huertas, el primer edil compareció en un acto convocado de manera urgente a primera hora de la mañana. Ante los medios anunció que su marcha es una «renuncia voluntaria» y no una «dimisión», un acto que solo concibe «para los que roban o los que tienen algo que ocultar».
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Explicó que la decisión es fruto de «la lealtad, la honradez y el compromiso» y no «presa de la coacción, el chantaje o las amenazas», que ligó al PP y a las figuras de los antiguos miembros de Ciudadanos Fran Hervías y Manuel Olivares así como a la independiente Lucía Garrido. Insistió en que lo hace para «desatrancar la aritmética política y poder permitir que haya un equipo de gobierno que no tenga que mirar a los periódicos sino al BOE y a otras administraciones».
Salvador avanzó que Ciudadanos va a favorecer «un gobierno estable» que entiende que «solo puede ser con la lista más votada». Esta fórmula allanaría la vuelta del grupo municipal socialista a lo más alto del Ayuntamiento. Sin embargo, empleó prácticamente las mismas palabras de 2015, cuando vetó primero a José Torres Hurtado para darle las llaves de la alcaldía después. Como entonces, volcó la responsabilidad del regreso en sus antiguos socios y aclaró que no sería él sino «el PP y los tránsfugas» quienes «pondrían» al PSOE al frente del Consistorio.
Salvador cargó contra los populares, a los que responsabilizó de un «excesivo ruido que no permitía ver lo que se estaba haciendo». También criticó el «abandono de la responsabilidad» efectuado por los ediles que formaban parte del gobierno. Les acusó de actuar «con alevosía» para impedir que existiera la junta de gobierno local con objeto de «resolver de manera exprés».
«Les salió mal», dijo. «Pretendían que se generara un caos para cuadrar las cosas que cuadran difícilmente y se ha visto que, al final, les da igual que el alcalde se llame Luis o Paco con tal de que el sillón tenga las siglas del PP, lo que es una falta de respeto para el Ayuntamiento».
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Salvador ironizó con la reconstrucción del bipartito al afirmar que «a veces la vuelta del hijo pródigo es oportuna, pero hacerlo con la mochila cargada de versos sueltos como Sebastián Pérez, Lucía Garrido y Manuel Olivares puede hacer que no quepa por la puerta». «Si además de esto tienes también a Vox, que tiene que opinar, y a seis concejales –en referencia a los miembros que restan del PP– que no han definido siquiera quién es el alcalde alternativo, se hace complicado un acuerdo que no fuese de interés», añadió.
El todavía alcalde trató de despejar las dudas y abogó por la unión «desde ya». No obstante, remarcó hasta en tres ocasiones que no existe acuerdo alguno con el resto de grupos municipales, lo que incluye al PSOE. A ese respecto, Salvador reconoció que no ha hablado con los socialistas sobre si, de seguir adelante con lo expresado, entraría Ciudadanos en un gobierno de coalición.
Admitió que esa posibilidad no está en su «ánimo» en este momento. «Intentaremos trabajar con lealtad, ya veremos si dentro o fuera, pero no quiero quitar el foco de las personas que lleven el proyecto», dijo. «Yo no entraría como teniente de alcalde ni entraría en la junta de gobierno local y no lo haría para que las personas puedan desarrollar su trabajo».
LUIS SALVADOR
Salvador también restó importancia a las dificultades judiciales que pesan sobre Francisco Cuenca. Aclaró que si para los medios no había sido un problema hasta ahora, él no se va a meter en qué candidato presenta el PSOE «porque entraríamos en uno de los mayores problemas de la política, que no es el multipartidismo sino el bloqueo». «Lo primero que tienes que saber es si puedes gobernar o no y si no, dejar que haya un gobierno. ¿Se imaginan que pusiera un veto en otro lado? Cada uno por sentido de responsabilidad sabrá a qué candidato presenta», agregó. A preguntas de los periodistas, reconoció que renunciaba a pesar de que desde la dirección nacional de su partido, con la tiene «interlocución permanente», le había pedido que continuara. Desveló que la instrucción en todo momento fue que aguardara porque era el PP al que le correspondía volver, pero apreció que su «responsabilidad» como alcalde era «saber hasta dónde se puede llegar sin hacer daño a la ciudad». «He hecho lo que me enseñó Cs, estar a la altura de Granada. Por delante de los partidos, están los intereses de los ciudadanos. Siempre actuaré en base a eso. Nadie me puede reprochar que pensé antes en las siglas», dijo.
Sobre si la decisión podría afectar a los gobiernos que tanto el PP como Ciudadanos comparten, en especial el de Andalucía, Salvador recordó que ambas formaciones, al comienzo de la crisis, habían construido un cortafuegos para evitar implicaciones más allá de Granada. Aseguró que la Junta «lleva sus pasos y procedimientos, que son los de agotar la legislatura» e insistió en que la crisis de la capital nazarí «es independiente». «Siempre he dicho y he reconocido que allí se está trabajando bien y Juanma Moreno también ha dicho siempre que no se adelantarán las elecciones, así que entiendo que la Junta seguirá funcionando», añadió.
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Pablo Rodríguez
Salvador, por otra parte, descartó que su salida de la alcaldía implique su marcha del Ayuntamiento. Confirmó que no es su «idea» y la justificó al considerar que «Granada necesita muchas cosas». «Hay compromisos asumidos y tenemos que conseguir que ninguno de ellos se retrase», señaló.
El todavía regidor hizo una defensa a ultranza de la labor del gobierno conformado en 2019. Remarcó que tenía un proyecto «a corto, medio y largo plazo con el horizonte de Granada 2031». Celebró el trabajo realizado en áreas como Cultura, Turismo, Economía, Hacienda o Derechos Sociales. También el esfuerzo realizado durante la pandemia. Agradeció la «entrega» de Huertas y sus colaboradores de alcaldía y se emocionó con el apoyo de su familia. «Ha sido un placer trabajar como alcalde con vosotros», se despidió con gesto adusto.
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