Polémica en el PTS por el traslado al parque del mercadillo del Zaidín

Lo hizo en una reunión reciente en la que también, según las fuentes consultadas, estuvieron presentes representantes de algunas de las empresas más importantes que tienen localizada allí su sede. El objetivo de los actuales vecinos de esta zona es tratar de hacer ver que la nueva ubicación del mercadillo no es buena para nadie; mucho menos para ellos. Pero el equipo de gobierno, que tomó la decisión después de atender una petición de muchos años de los vecinos del distrito Genil, no cambiará de opinión. Al menos eso fue lo que el propio alcalde defendió en el encuentro.

La postura del Ayuntamiento es conocida. La concejala Ana Muñoz es presidenta del distrito Genil, y quiere dejar claro que en el Ayuntamiento están siempre abiertos a dialogar. Sin embargo, la decisión está tomada. Asegura que el traslado se ha consensuado con los vecinos de la zona y que es el mejor y único emplazamiento que permite celebrar el mercadillo con todas las garantías.

«La actual localización era provisional. Y así lo heredamos este equipo de gobierno. En nuestra anterior etapa, conscientes de que lo teníamos que cambiar de lugar, pues no cumplía con las medidas de seguridad pertinentes, lo proyectamos en el hoy parque Miguel Ríos. El problema es que cuando llegó el anterior Gobierno, el del bipartido, modificó el diseño del equipamiento sin tener en cuenta el mercadillo, por lo que ya no podía ir allí. Ahora, cuando nos ha tocado trasladarlo y tras estudiar muchos emplazamientos, hemos visto que el único posible era el que hemos escogido», relata la edil.

A falta de que el traslado se haga efectivo, que Muñoz confirmó a IDEAL que será inminente, a principios de año, la Gerencia del Parque mantendrá una reunión el lunes con el tejido empresarial para ver qué hacen. No se descarta nada. Ni hacer ruido ni tampoco lo contrario, conformarse con aceptar a los nuevos vecinos cuando vengan y santas pascuas. En la agenda, si finalmente se determina plantar batalla, también se encuentra buscar el apoyo de otro vecino ilustre, el hospital Clínico San Cecilio, que por el momento se mantiene callada.

Otros apoyos ya los tienen, como el de los vecinos de Zaidín-Campus. El presidente de la asociación de vecinos de esta zona de Granada, Juan de Dios Jiménez, ya ha mostrado su enfado por este asunto en varias ocasiones. «El PTS no es un sitio idóneo. Es un parque biosanitario», señala enfadado este vecino, a quien le da rabia que hayan tomado la decisión «unilateralmente, sin consultarlo con nadie», apunta. Un extremo que niega la concejala Muñoz, que recuerda que este asunto es recurrente en las juntas de distrito de Genil.

Alguien que ha dado mucho la lata pidiendo el traslado es el representante en la junta de la asociación de vecinos Castaño Mirasierra, Luis Miguel Herreros. Reconoce estar deseando que se lleven el mercadillo de su barrio. «Es que hace 13 años nos lo impusieron y que sería una ubicación provisional. Esto es una zona residencial, por lo que cada sábado los vecinos nos vemos afectados por un caos circulatorio y por todo lo que genera un mercadillo», cuenta este hombre, que se refiere a los «ruidos desde bien temprano, la suciedad que queda cuando se levantan los puestos o a la falta de servicios con los que cuentan allí», precisa. «Es un desastre», remacha.

Para él, el sitio ideal es el parque Miguel Ríos, pero teniendo en cuenta que no se puede, no ve mal que se lleve a una zona «donde no hay vecinos».

No opina desde luego lo mismo el colectivo de los vendedores ambulantes, que es al fin y al cabo el único que tendrá que trasladarse. El portavoz de la Federación que agrupa a este colectivo en Granada, Juan Cano, lleva unos días pidiendo explicaciones por todos lados. No le gusta la avenida del Conocimiento: «Es que es un sitio para hospitales y no para el mercadillo», se queja este hombre, que critica que la decisión municipal se ha tomado de espaldas a los intereses del colectivo. «Estoy esperando a ver si nos reciben, pero se están haciendo los suecos», critica Cano, que opina que la nueva ubicación no tiene los servicios necesarios y que, además, pilla a desmano.

El cabreo es mayúsculo y advierte al Ayuntamiento de que están dispuestos a hacer lo que haga falta para que reconsidere la mudanza: «Iremos a la huelga o haremos lo que sea», advierte este hombre.

Muñoz, abierta al diálogo, entiende sus críticas, pero no las comparte. «Esto pasa siempre con los vendedores cuando hay traslados. Si quieren hacer huelga, pues que la hagan, pero no hay otra solución que lo que se ha hecho. También hubo revuelo en la Chana cuando se cambió y ahora están encantados. Apuesto a que aquí pasará lo mismo», vaticinó la concejala.