El nuevo plan urbanístico de Granada abre una vía a la esperanza para la Marea Amarilla. Los vecinos de Chana yJuventud, que se manifestaron con camisetas de este color durante años para exigir el soterramiento del AVE a su entrada a la ciudad, ven con ... buenos ojos la propuesta de los técnicos: llevar la estación de tren al entorno de Hipercor.
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JAVIER MORALES, AMANDA MARTÍNEZ Y CARLOS J. VALDEMOROS
Esta fórmula permite que las vías, que ahora atraviesan la capital desde Bobadilla hasta Fuentenueva, vayan paralelas a la Circunvalación en lugar de aislar barrios como Juventud. Allí, la plataforma del ferrocarril Antequera-Granada pasa a pocos metros de las viviendas de la calle Jesse Owens. El «muro de la vergüenza», como lo bautizaron los vecinos del estadio, impide el paso de vehículos y peatones entre Chana y Rosaleda. En casi dos kilómetros de vías solo hay dos pasos inferiores para vehículos y peatones y un paso elevado solo para peatones.
«Nosotros siempre hemos estado a favor de un soterramiento, pero el soterramiento parece estar complicado, así que nos parece bien que quiten las vías que impiden el desarrollo de nuestros barrios», opina el presidente de la asociación de vecinos de la Chana, José Fernández Ocaña. «Vemos el plan con buenos ojos, pero llevamos tanto tiempo así, desde inicios de siglo, que ya no nos creemos nada. Está bien, pero puede ser un canto de sirenas».
Califica de «ilusionante» el proyecto para quitar las vías y convertir este espacio en un gran corredor verde, con zonas deportivas y de ocio. La Chana siempre ha defendido la opción de mantener la estación de Andaluces, pero descartado el soterramiento –el coste es inasumible por las administraciones– avalan la idea de los técnicos y trabajarán con el Ayuntamiento para definirla. Por otro lado, critica la inconcreción del Gobierno sobre el Corredor Mediterráneo. «En Granada siempre vamos a la cola. No vemos voluntad. Ahora, después de tantos años, volvemos a debatir dónde puede ir la estación».
«La Chana se está muriendo poco a poco, mi barrio igual, no se puede poner un solo negocio porque al año o dos años tienen que cerrar». Al otro lado de las vías, en el barrio de la Juventud, el portavoz de la plataforma vecinal, Paco Rodríguez, confirma también el apoyo de los residentes en la Rosaleda al proyecto. «La Vega sufrirá muy poco, habría que expropiar muy poco porque las vías transcurren por el carril pegado a la autovía. Quizá haya que entrar un poco en la Vega pero siempre que luego no especulen con los terrenos de la estación y la zona de las vías, estamos de acuerdo», relata.
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