Los jóvenes cada vez prestan menos atención a la religión. No es una afirmación nueva ni un tema de actualidad. La realidad es esa desde hace décadas. La Iglesia en España es consciente y las causas múltiples. No hace falta acudir a los números y ... a las estadísticas, basta con acercarse a una iglesia para comprobar que sus bancos cada vez están menos poblados y que la edad media de los feligreses es muy elevada.
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Esta desafección también afecta a los matrimonios. Aquello de que cuando un joven lograba estabilidad laboral se casaba por la iglesia y tenía hijos, el modelo tradicional de la España de hace décadas, ha ido variando y hoy día los matrimonios, además de mucho más diversos, ya no responden a este estereotipo tradicional.
Para muestra los números en la provincia de Granada. Según los datos que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE), los matrimonios religiosos se han reducido a casi la mitad desde 2010. Aquel primer año de la segunda década del siglo XXI se registraron en Granada 1.665 matrimonios religiosos, mientras que en 2022 fueron 963. Analizadas las cifras globales, esto no significa que hayan bajado los matrimonios en general, todo lo contrario. Se traduce en un significativo aumento de las uniones civiles en detrimento de las religiosas.
De hecho, los matrimonios civiles ya suponen casi el triple de los religiosos. En 2022 se produjeron 2.562, muy por encima de los menos de mil religiosos. En 2010 esta situación era impensable y las uniones por la iglesia eran mayoría (1.665 por 1.351), aunque la tendencia había cambiado y se estaba produciendo ya una variación en la elección de los granadinos a la hora de 'pasar por el altar'.
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En 2012 las cifras de ambos matrimonios se igualaron y, a partir de ahí, se produjo el cambio de tendencia en favor de las celebraciones sin connotaciones religiosas. Con la llegada de la pandemia del coronavirus, en 2020, las cifras se redujeron, en general, a mínimos históricos, sobre todo en los enlaces civiles (apenas 200), pero a partir de ahí se produjo un claro repunte que ha sido mucho más acusado en el caso de los matrimonios civiles.
Aunque la mente humana tiende a desprenderse lo antes posible de aquellos malos recuerdos para conservar los más agradables, es imposible olvidar cómo la pandemia condicionó la vida del mundo entero. El confinamiento total y la desescalada progresiva en España hicieron que todo se viera afectado, también los casamientos. De 3.185 matrimonios registrados en la provincia de Granada en 2019 se pasó a 1.503 en 2020. Y eso teniendo en cuenta que hasta marzo de ese año no se produjo el encierro total de la población.
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Con la evolución progresiva hacia la vida normalizada, los números fueron también remontando y antes de acabar 2021 ya se habían igualado las cifras de uniones matrimoniales, para acabar por superarse en 2022 ampliamente (2.794 en 2013 por 3.525 en 2022).
Sin embargo, los divorcios no han evolucionado en la provincia de Granada de la misma forma. Han sufrido una tendencia regresiva en los últimos nueve años. Así, de las 1.931 separaciones oficiales firmadas en 2013 ha descendido a las 1.694 del año pasado. Por medio hubo una línea ascendente, pero muy poco acusada, hasta 2017 y un descenso desde entonces. Eso teniendo en cuenta, como ocurrió con los matrimonios, la especial situación de la pandemia. 2020 quedó con la cifra más baja de divorcios, separaciones y nulidades: 1.402.
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