El mes de septiembre marcará un punto de inflexión en la vida de medio centenar de parroquias de la capital y la provincia de Granada que cambiarán a sus sacerdotes, algunos después de más de veinte años. El arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo, ... ha renovado así por completo el mapa de destinos pastorales con nombramientos y traslados que se publicaron los días 18 de junio y 26 de julio y se llevarán a cabo durante este mes de septiembre, cuando los nuevos titulares de los oficios eclesiásticos tomarán posesión canónica, según confirman fuentes de la Archidiócesis de Granada.
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La cadena de cambios para atender a las necesidades pastorales comenzó con el relevo en los altos cargos del Arzobispado y es habitual después de una nueva incorporación en la sede episcopal. En octubre se cumplirán dos años del nombramiento de Gil Tamayo como arzobispo de Granada. No obstante su antecesor fue más conservador en esta materia y la renovación que ha llevado a cabo Gil Tamayo es el mayor movimiento que se recuerda en años en la iglesia de Granada.
Los nombramientos que adaptan la iglesia de Granada a los nuevos tiempos y dan protagonismo a los sacerdotes jóvenes también conllevarán relevos difíciles de asimilar para los vecinos de pueblos como Íllora que se están volcando con los homenajes a su querido párroco, don José Luis Ontiveros, que cambia de parroquia después de 26 años. Igual ocurre con Zujaira o Peligros, donde los sacerdotes llevaban más de veinte años de servicio.
Entre los pueblos que tendrán nuevos sacerdotes se encuentran también Ventas de Huelma, Escúzar y Agrón, Villanueva de Mesía y Salar, Fornes y Jayena, Huétor Tájar, Almegíjar, Órgiva, Cúllar Vega, Las Gabias, La Zubia, Chauchina, Zagra, Peñuelas, Albolote, Cijuela, Láchar, Cacín y Loja. En la Costa y la Alpujarra se renuevan también a los titulares de la parroquia de Nuestra Señora de la Cabeza de Motril, La Herradura, Albuñol y Polopos, Lobres, Órgiva, Lanjarón e Izbor, Almegíjar, Cáñar, Carataunas y Los Tablones, La Rábita, La Mamola y Torvizcón.
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En la capital granadina hay cambios en los titulares de las iglesias de Santiago, Nuestra señora de Gracia, San Matías, San Juan de Dios, San Juan María Vianney, Nuestra Señora de los Dolores, Nuestra Señora del Carmen, San Juan de Ávila, San José, la parroquia de los Santos Justo y Pastor y también se renuevan los sacerdotes adscritos a las parroquias del Corpus Christi, Nuestra Señora de Gracia y el Buen Pastor.
Además cambian las capellanías del PTS, del Hospital Santa Ana de Motril, del cementerio de San José, del tanatorio metropolitano y del convento de la Concepción de las Franciscanas.
La falta de nuevas vocaciones y de relevo generacional está haciendo que muchos sacerdotes mayores de 65 años sigan trabajando, incluso más allá de la edad de jubilación. Precisamente, con motivo de la celebración del santo cura de Ars, el pasado 4 de agosto, el arzobispo de Granada quiso agradecer y ensalzar el extraordinario trabajo que realizan todos los sacerdotes de Granada y su entrega.
«Están en nuestras parroquias: las de los pueblos pequeños, como son los de nuestra Alpujarra granadina, y las de las grandes ciudades como Granada o las del área metropolitana, la Costa o Loja, desarrollando un trabajo abnegado de ayuda a los demás con su tarea evangelizadora, con la administración de los sacramentos, con la promoción de tantas obras sociales; con la cercanía a los enfermos y a los que sufren; con el consejo pronto para quien lo necesita», señaló en su discurso. Tampoco olvidó a los que viven entregados a la educación, al consuelo de los enfermos en los hospitales o a los que «cada día dejan lo mejor de sí para lograr una vida más digna a los pobres y marginados o a los que están atrapados en las nuevas esclavitudes».
Gil Tamayo dio gracias a Dios por que «aunque con cuentagotas» siga habiendo jóvenes que optan «con generosidad» por seguir esta vocación. «También ellos han roto el tópico y son gente de su tiempo, más preparada y decidida», señaló.
No obstante recordó que la diócesis de Granada sufre la «despoblación» de vocaciones, «ya que sólo contamos con poco más de una veintena de seminaristas, lo que hace cada año más difícil el relevo sacerdotal en muchos puestos pastorales y nos sitúa ante una verdadera emergencia vocacional».
«El sacerdocio no puede dejar de ser en Granada un camino atractivo para nuestros jóvenes, ofrecido sin complejos desde el gran esfuerzo educativo que la Iglesia lleva a cabo, desde la pastoral juvenil y universitaria, y desde las familias cristianas. Ya es hora de que tomemos conciencia de esta tarea urgente», reivindicó.
«Hemos de caer en la cuenta de que tenemos muchos motivos de agradecimiento para nuestros curas, cuyos nombres conocemos o recordamos. La mayoría de ellos no ocupará nunca espacio en una noticia y sí en el corazón de Dios y del pueblo. ¡Felicidades y nuestro agradecimiento!», concluyó.
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