Miguel Melguizo, rodeado de pacientes y compañeros en el centro de salud de Almanjáyar. Pepe Marín

Melguizo, el querido médico de Granada que se despidió de todos sus pacientes uno por uno

Miguel Melguizo pone fin a 35 años de vida entregado a la medicina familiar en el que fuera el primer centro de salud de España, el de Almanjáyar

Jueves, 28 de noviembre 2024, 00:20

La consulta número cuatro del centro de salud de Almanjáyar lucirá muy diferente a partir del lunes. No se sabe quién ocupará esa silla, pero el reto no será pequeño. Durante treinta y cinco años consecutivos, ha sido la guarida de Miguel Melguizo. Un espacio ... donde llorar, pero también reír, por el que han pasado hasta tres generaciones de una misma familia. Este médico, entregado en cuerpo y alma al barrio, ha sido un verdadero salvavidas para sus gentes. Pero ha llegado el momento de retirarse. Mañana será su último día y, como no podía ser de otra manera, ha querido despedirse de todos sus pacientes uno por uno.

Publicidad

Muchos de ellos asistieron al programa 'Radio de cerca' que ayer albergó el centro. Compañeros, residentes y usuarios rindieron homenaje al que consideran «el espíritu de Almanjáyar». Pero la rueda de los abrazos empezó a girar la semana pasada. «Me estoy despidiendo individualmente de cada uno de los pacientes que llega a mi consulta. También estoy escribiendo mensajes particulares a todos aquellos que tienen mi teléfono e incluso estoy diciendo adiós por correo electrónico», compartió el protagonista con IDEAL.

Se podría decir que el doctor Melguizo, el médico, nació con el centro de salud de Almanjáyar, el primero de toda España, que abrió sus puertas en 1984. Ese año, un joven jienense que acababa de terminar recién salido de la UGR aterrizaba allí como residente. «Cuando empecé era el más joven y ahora soy el más mayor. Es el ciclo de la vida, pero me siento estupendamente», señaló. Han sido treinta y cinco años en la misma consulta, con los mismos pacientes y el mismo equipo de trabajo. «Deseo que no me necesiten. Lo que quiero es que me quieran», admitió.

Todo un maestro

El legado del icónico doctor tiene una sombra alargada. Es un ejemplo a seguir para novatos y veteranos. Abelardo, su último residente, natural de Cáceres, estudió Medicina en Badajoz, pero en el MIR hizo «lo imposible» para venir a Granada y aprender de Melguizo en Almanjáyar. Lo consiguió. En 2020 se sumó a su equipo. Cuatro años después, asegura que «cuando vas a un congreso con Melguizo es como ser telonero de una estrella de rock».

Publicidad

Para este joven extremeño, ser su residente «no es solo aprender sobre antibióticos y nuevas técnicas. Es ir un sábado fuera de horario a casa de una paciente que estaba falleciendo». Le marcó especialmente algo que una mujer le dijo a su tutor: «Tú no eres mi médico porque sabes mis enfermedades. Eres mi médico porque sabes mi vida».

Eterno compañero

A María Pérez Raya, paciente suya desde 1990, le «remueve muchísimo». «Miguel sabe la vida de todos nosotros con pelos y señales. Después de mí, mi hermana, mis hijos, se han ido incorporando. Es un farol en nuestras vidas», aseveró en el programa de radio. Tanto pacientes como profesionales del centro lo recordaron ayer como «un hombre pensante, siempre con la mano en la ceja, reflexionando». Lo sabe bien José Antonio Castro, que ha sido su eterno compañero en esta aventura. Juntos estudiaron Medicina, hicieron la residencia y llegaron al centro de salud de Almanjáyar, donde han compartido tres décadas de vocación.

Publicidad

La marcha del Abuelo

«Al principio, teníamos tres o cuatro pacientes en toda la mañana. Nos pegábamos unos largos desayunos. Miguel incluso instauró las sesiones clínicas de Semana Santa. Explicaba el significado nota por nota. Eso habla mucho de cómo de entrega a lo que le apasiona», contó Castro. «En el corazón de todo jienense está la marcha del Abuelo. Para mí, no hay mejor forma de conectar mi pasado con mi presente. Granada me lo ha dado todo», confesó.

Llega así el final de una era, por suerte, en las mejores condiciones. «No estoy enfermo, no me han echado y no estoy quemado. Estoy contento y no tengo planes», apuntó el doctor. Eso sí, «siempre estaré a vuestro lado».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad